SANTA SEDE

“La fe del Pueblo de Dios lleva dentro una teología que no se equivoca, porque hay en ella el Espíritu”, dice el Papa Francisco


 

El Papa Francisco llamó a la Iglesia a tener sus “puertas abiertas” y a no actuar como si fuera “una aduana”. Lo dijo el Santo Padre este sábado 25 de mayo, durante la misa de la mañana en Santa Marta. El Papa reflexionó sobre Evangelio del día, cuando Jesús reprende a los discípulos que tratan de sacar a los niños que la gente trae al Señor para que los bendiga. “Jesús les abraza, los besa, y tocar a todo el mundo. Pero al ver cansado a Jesús, los discípulos “quieren impedir que la gente se avecine y Jesús se indigna: “Dejad que vengan a mí, no se lo impidáis. Para los que son como ellos, es el reino de Dios”.

“La fe del Pueblo de Dios -dijo el Papa- es una fe simple, es una fe que tal vez no tiene mucha teología, pero lleva dentro una teología que no se equivoca, porque hay en ella el Espíritu”. El Papa Francisco recordó el Concilio Vaticano I y el Vaticano II, allí donde se dice que “el pueblo santo de Dios…no puede equivocarse en la fe” (Lumen Gentium). Y para explicar esta formulación teológica agregó: “Si usted quiere saber quién es María vaya del teólogo y se lo dirá exactamente quién es María. Pero si usted quiere saber cómo amar a María vaya al pueblo de Dios que se lo enseñará mejor”. El pueblo de Dios -continuó el Papa- “siempre se acerca para pedir algo más a Jesús, a veces es un poco insistente, pero es la insistencia de quien cree “:

Recuerdo que una vez, saliendo de la ciudad de Salta, de la fiesta patronal, había una señora humilde que pidió la bendición de un sacerdote. El sacerdote le dijo: “Muy bien, pero señora usted ha estado en la Misa!”. Y le explicó toda la teología de la bendición de la misa. Lo hizo bien… ‘Ah, gracias padre. Sí, padre -decía la señora. Cuando el sacerdote se fue, la mujer se dirigió a otro sacerdote: “¡Déme su bendición! ‘. Y todas aquellas palabras no habían servido de nada, porque ella tenía otra necesidad: la necesidad de ser tocada por el Señor. Esa es la fe que siempre encontramos, y esta fe la infunde el Espíritu Santo. Tenemos que facilitarla, hacerla crecer, ayudarla a crecer”.

El Papa citó también el episodio del ciego de Jericó, reprendido por los discípulos porque gritaba al Señor: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”

“El Evangelio dice que ellos no querían que gritase, que no gritase más. Pero el gritaba cada vez más… ¿por qué? Porque él tenía fe en Jesús! El Espíritu Santo había puesto la fe en su corazón. Y los discípulos decían: ‘No, no puedes! Al Señor no se le grita. El protocolo no lo permite”. “Es la segunda Persona de la Trinidad! Mira lo que haces… “, como diciendo eso, ¿verdad?”.

En su homilía, el Papa citó también el ejemplo de un sacerdote que se niega a bautizar al hijo de una madre soltera. “Esta es una mujer que tuvo la valentía de proseguir su embarazo (…) ¿y qué es lo que encuentra? Una puerta cerrada”, dijo Francisco. “Cuando escogemos este camino, no estamos ayudando al pueblo de Dios”, dijo el Pontífice, añadiendo que “Jesús creó los siete sacramentos y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral!”.

“Pensemos hoy a Jesús, que siempre quiere que todos se acerquen a Él; pensemos en el pueblo santo de Dios, un pueblo sencillo, que quieren acercarse a Jesús; y pensemos en tantos cristianos de buena voluntad que se equivocan y que en lugar de abrir una puerta la cierran… y pidamos al Señor que todos los que vienen a la Iglesia encuentren las puertas abiertas, abiertas para encontrar este amor de Jesús. Pidamos esta gracia”.

ER – RV