29.05.13

Legionarios de Cristo: reforma, contradicciones y éxodo

A las 6:19 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Legionarios de Cristo

La reforma interna de los Legionarios de Cristo avanza, en medio de grandes tribulaciones. Velasio De Paolis, el “interventor” designado por Benedicto XVI para purificar a la congregación, quiere voltear página lo antes posible. Parece interesado sólo en la redacción de unos nuevos estatutos y en mantener cierto equilibrio interno, aunque frágil. Pero en los últimos cuatro años la Legión perdió el 20 por ciento de sus miembros, producto de una crisis destinada a profundizarse.

La mañana del lunes 27 de mayo el cardenal De Paolis se reunió con Francisco durante 45 minutos. Por primera vez el nuevo Papa recibió un reporte pormenorizado del proceso de renovación en ese instituto religioso. Un itinerario que comenzó en 2010 tras una auditoría impuesta por Ratzinger que llevó a la Santa Sede a reconocer el nefasto influjo ejercitado por Marcial Maciel Degollado, inmoral fundador responsable de abusos sexuales a menores.

A Jorge Mario Bergoglio el purpurado ofreció su versión: los superiores heredados por Maciel fueron exonerados, las pérdidas de miembros fueron limitadas (e inevitables, considerada la situación) y el nuevo cuadro de comando sería fruto de una “operación de limpieza". Pero los hechos no acompañan esa visión edulcorada.

En los últimos cinco años la Legión ha sufrido un sistemático éxodo de integrantes. Las estadísticas oficiales lo confirman. Desde finales de 2008 a la fecha unos 123 sacerdotes dejaron de manera definitiva la congregación, mientras otros 48 están fuera de sus comunidades en diversos periodos de discernimiento. Una pérdida relativa de 171 unidades, equivalente al 18 por ciento del total de curas legionarios, 953.

El decrecimiento se ha manifestado en todos los niveles de formación, pero el dato más preocupante se refiere al éxodo de sacerdotes. A finales de 2008 el total de integrantes (incluidos seminaristas menores y mayores) era de tres mil 389, mientras a inicios de este año era de dos mil 830, unos 559 menos. Si a éstos se le restaran los 48 “exclaustrados", los integrantes reales serían dos mil 782.

Se trata de cifras destinadas a reducirse aún más porque las últimas estadísticas datan del 31 de diciembre de 2012 y no incluyen los primeros meses de 2013. Aunque la explicación oficial de los superiores intenta minimizar la amplitud de la crisis, los datos no muestran un aumento de vocaciones, sino todo lo contrario. En apenas cuatro años más de mil miembros han abandonado la obra, una tendencia difícil de revertir a corto plazo.

El capítulo de los superiores ha provocado no pocas tensiones. Es cierto que ya no se encuentran en el vértice de la congregación los directivos impuestos por Maciel en 2005, cuando El Vaticano le obligó a renunciar a su puesto de director general. Pero ninguno de ellos fue exonerado. Más bien al contrario, ellos tuvieron salidas más que decorosas. El superior Álvaro Corcuera obtuvo un “año sabático” por problemas de salud y el vicario Luis Garza Medina fue trasladado como responsable para Norteamérica.

No pocos legionarios se quejaron, al interior y al exterior, de la “lentitud” con la cual operó Velasio De Paolis. Ellos fueron etiquetados de “disidentes” y condenados al ostracismo. La mayoría ya están fuera. Ahora sonríen cuando sienten hablar de “operación limpieza".

Pese a las dificultades muchos han preferido permanecer, esperanzados en una reforma de verdad. Ellos han sido involucrados en discusiones sistematizadas sobre cada uno de los puntos que contendrán los nuevos estatutos. Durante meses han sostenido debates en pequeñas comunidades y sus conclusiones se han turnado a una comisión.

Este grupo procesará las propuestas y redactará las nuevas Constituciones. Un documento que deberá ser aprobado en un capítulo general previsto para inicios del 2014. Una vez aprobado el texto De Paolis presentará su renuncia y dejará finalmente un puesto que le ha procurado numerosos dolores de cabeza.

Mientras tanto los superiores acaban de mandar una carta a todos los miembros, tanto de la Legión como del Regnum Christi. En ella reconocieron que con la sola reforma de los estatutos no basta. Animaron a “transformar las mentes y los corazones", a “hacer la verdad sobre nuestras vidas", a salir “al encuentro de quienes se sienten heridos” y a cultivar “el deseo de aprender a perdonar y la humildad de pedir perdón para no vivir presos del rencor”.