1.06.13

Serie P. José Rivera - Gracias P. Rivera

A las 12:18 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Serie P. José Rivera

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dar gracias a Dios por las personas que, entre nosotros, suscita para que seamos mejores, debería ser, siempre, objetivo primero de nuestra existencia.

Y, ahora, el artículo de hoy.
Gracias P. Rivera

P. Ribera

“Sacerdote diocesano, formador de sacerdotes, como director espiritual en los Seminarios de El Salvador e Hispanoamericano (OCSHA) de Salamanca (1957-1963), de Toledo (1965-1970), de Palencia (1970-1975) y de nuevo en Toledo (1975-1991, muerte). Profesor de Gracia-Virtudes y Teología Espiritual en Palencia y en Toledo.”

Así empezamos esta serie. Era importante destacar que el P. José Rivera había sido eso. Pero también, a lo largo de la misma, hemos podido comprobar que tenía unas facetas que nos lo han descubierto (para las personas que no lo conocimos, claro) como mucho más que eso que era.

Así, por ejemplo, hemos visto que era, y es, profeta; que era, y es, poeta; que tenía, y tiene, de la psicología humana, una comprensión difícil de alcanzar si no es tiene la gracia de Dios que dirija una existencia. Y así podríamos estar mucho rato porque el José Rivera Ramírez, sacerdote toledano, fue, y es, mucho más.

Dar las gracias a una persona que está en la Casa del Padre alguno podría pensar que no tiene sentido. Si nuestro pensamiento es, exclusivamente, mundano y materialista, la verdad es que podría carecer del más mínimo sentido de la realidad hacer eso.

Sin embargo, nosotros, los que creemos que Dios acoge en su seno a los mejores de entre sus hijos porque han mostrado y han demostrado que han sido mejores. Y uno de los mejores fue, y es en el definitivo Reino de Dios, aquel hombre que, denominado “apóstol de los pobres” supo caminar el camino recto que lleva al Padre con amor al prójimo. Y eso enseña en cada texto que de él podamos leer y llevarnos al corazón.

Gracias, pues, seguramente dadas por este que escribe que nadie es entre los mejores, supone agradecer mucho porque mucho ha recibido de lo leído, conocido y aprendido de este hombre que supo apreciar el ser más que el tener (siempre desprendido de lo que tenía para dárselo a los que hacía falta algo) y fue sembrando la semilla de la entrega y, al fin y al cabo, de la caridad; que supo mostrar que era fiel a Dios y que consiguió, eso dicen quienes le conocieron, que la dicha de sentirse hijo del Todopoderoso, se reflejara en lo que hacía.

Gracias, pues, Padre José Rivera Ramírez y, desde el Cielo, ruegue por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán