ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 09 de junio de 2013

La frase del domingo 9 de junio

Muchas personas entrarán y saldrán de tu vida, pero solo los verdaderos amigos dejarán huella en tu corazón.

Eleanor Roosevelt (1884 - 1962)

 


Francisco papa

Hoy no nos olvidemos del amor de Dios. Él nos perdona siempre
Franciso en el Ángelus, ante una enorme multitud, ha recordado la devoción al Corazón de Jesús

Veamos los diez mandamientos como un himno al 'sí', a la libertad
El papa Francisco envía videomensaje a Diez plazas para los diez mandamientos

Juventud

Jornada Mundial de la Juventud Río2013: tendrá 273 lugares de catequesis
Serán días feriados. Los autobuses privados no llegarán al centro. Se alistan 2400 voluntarios para primeros auxilios

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

Beato José de Anchieta
«Apóstol de Brasil»

Foro

Protección a los migrantes
Un problema al que hacer frente


Francisco papa


Hoy no nos olvidemos del amor de Dios. Él nos perdona siempre
Franciso en el Ángelus, ante una enorme multitud, ha recordado la devoción al Corazón de Jesús

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 09 de junio de 2013 (Zenit.org) - A pesar de que el clima estaba un poco inestable y de no ser una particular festividad, la plaza de San Pedro estaba repleta, como buena parte de la Vía de la Concilación. El papa Francisco se asomó ante esta multitud, desde la ventana de su estudio en el Palacio ApostólicoVaticano, para relzar el ángelus con los fieles.

A continuación las palabras del papa:

¡Queridos hermanos y hermanas! El mes de junio es dedicando tradicionalmente al Sagrado Corazón de Jesús, la máxima expresión humana del amor divino. Justamente el viernes pasado hemos celebrado la solemnidad del Corazón de Cristo y esta fiesta le imprime el tono a todo el mes. La piedad popular valoriza mucho los símbolos, y el Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios. Pero no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que represente el centro, la fuente de la cual brotó la salvación para toda la humanidad”.

En los evangelios encontramos diversas referencias al Corazón de Jesús, por ejemplo el pasaje en el que Cristo mismo dice: “Vengan a mí todos ustedes que están cansado y opresos, y yo les daré reposo. Carguen con mi yugo y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,28-29).

Fundamental es la narración de Juan sobre la muerte de Cristo. Este evangelista de hecho da testimonio de lo que vio en el Calvario. O sea que un soldado, cuando Jesús ya estaba muerto, le atravesó el costado con la lanza y de esa herida fluyeron sangre y agua (Cfr. Gv 19,33-34). Juan reconoce en este hecho, aparentemente casual, el inicio de las profecías: del corazón de Jesús, como un cordero inmolado en la cruz, viene para todos los hombres el perdón y la vida.

Pero la misericordia de Jesús no es solamente un sentimiento, es mucho más. ¡Es una fuerza que da vida, que resucita al hombre!. Lo dice también el evangelio de hoy, en el episodio de la viuda de Nain (Lc 7,11-17).Jesús con sus discípulos está llegando justamente a Nain, un pueblo de Galilea, en el momento mismo en que se está realizando un funeral: cargan a un joven para enterrarlo, hijo único de una mujer viuda. La mirada de Jesús se fija en seguida sobre la madre en lágrimas.

Dice el evangelista Luca: “Al verla el Señor fue tomado de gran compasión por ella” (v.13). Esta “compasión es el amor de Dios por el hombre, es la misericordia, o sea la actitud de Dios hacia la miseria humana, hacia nuestra indigencia, en el sufrimiento, en la angustia. El término bíblico “compasión” llama a las vísceras maternas: la madre de hecho, tiene una reacción particular delante del dolor de los hijos. Así nos ama Dios, dice la escritura.

¿Y cuál es el fruto de este amor? ¡Es la vida! Jesús le dijo a la viuda de Nain: “¡No llores!”, y entonces llamó al joven muerto y lo despertó como de un sueño(cfr vv. 13-15).

La misericordia de Dios le da la vida al hombre, lo resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. ¡No tengamos temor de acercarnos a Él! ¡Hay un corazón misericordioso! Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, ¡Él siempre nos perdona. Es pura misericordia!

Dirijamonos a la Virgen María: su corazón inmaculado, su corazón de madre ha compartido al máximo la 'compasión' de Dios, especialmente en la hora de la pasión y muerte de Jesús. Nos ayude María a ser mansos, humildes y misericordiosos con nuestros hermanos.

A continuación el santo padre rezó la oración del ángelus y después dirigió otras palabras.

Hoy en Caracovia son proclamadas beatas dos religiosas polacas: Sofía Czeska Maciejowska que en la primera mitad del siglo XVII fundó la Congregación de las Vírgenes de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María. Y Margarita Lucia Szewczyk, que en el siglo XIX fundó la Congregación de las Hijas de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores. ¡Con la Iglesia que está en Cracovia, demos gracias al Señor!

Saludo con afecto a todos los peregrinos hoy presentes: grupos parroquiales, familias, escolares, asociaciones y movimientos. Saludo también a los fieles venidos de Mumbay (India).

Saludo al Movimiento del Amor Familiar de Roma; a las confraternidades y a los voluntarios del Santuario de Mongiovino, en Perusa; a la Juventud Franciscana de Umbria; a la Casa de la Caridad, de Lecce; a los fieles de la provincia de Módena, a quienes animo a la reconstrucción; y a aquellos de Ceprano. Saludo a los peregrinos de Ortona, en donde se veneran las reliquias del apóstol Tomás, quienes realizaron un camino de 'Tomás a Pedro'. ¡Gracias!

El santo padre entonces improvisó unas últimas palabras: “Hoy no nos olvidemos del amor de Dios, del amor de Jesús. Él nos mira, nos ama, nos espera. Es todo corazón, toda misericordia. Vamos con confianza hacia Jesús, Él nos perdona siempre. ¡Buen domingo y buen provecho!

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Veamos los diez mandamientos como un himno al 'sí', a la libertad
El papa Francisco envía videomensaje a Diez plazas para los diez mandamientos

Por Redacción

ROMA, 09 de junio de 2013 (Zenit.org) - Por los 40 años del nacimiento en Italia de 'Rinnovamento nello Spirito Santo', el movimiento eclesial ha promovido una iniciativa: “Diez Plazas para los Diez Mandamientos” en colaboración con el Pontificio Consejo de la Nueva Evangelización y la Conferencia Episcopal Italiana.

El proyecto de 'relectura' de los diez mandamientos, fue inaugurado en septiembre pasado en la vigilia del Sínodo sobre la Nueva Evangelización y del Año de la Fe, que llevó a decenas de miles de personas en las plazas de Roma, Nápoles y Verona. Al atardecer de este sábado 8, la iniciativa fue en Milán, la ciudad industrial del norte de Italia.

El papa Francisco grabó un videomensaje para el evento, el cual fue proyectados durante la manifestación, y que será retransmitido desde junio hasta octubre en las plazas de ciudades como, Génova, Florencia, Bolonia, Turín y ente otras.

“¡Buona sera a tutti!” fue el primer saludo del papa, que manifestó su intención de unirse a quienes realizan esta relectura de los diez mandamientos. Y le agradeció a los responsables: “¡Son buenos estos, de Renovación en el Espíritu Santo, felicitaciones!”. Y también “a todos los que realizan este proyecto especial en el Año de la Fe”.

“¿Qué sentido tienen para nosotros estas diez palabras? ¿Qué le dicen a nuestro tiempo, agitado y confundido, que parece querer importarse de Dios?” preguntó el Santo Padre. Y explicó que “los diez mandamientos son un don de Dios”, aunque la palabra mandamiento no esté de moda y se la vincule a algo negativo.

Porque “los diez mandamientos vienen de un Dios que nos creó por amor” y por lo tanto “confiemos en Él”. Porque “los diez mandamiento nos indican un camino que es necesario recorrer y son también una especie de 'código ético' para construir sociedades justas a la medida del hombre”. Y exclamó: “¡Cuanta desigualdad hay en el mundo, cuánta hambre de alimento y de verdad. Cuanta pobreza moral y material derivan del rechazo de Dios y de poner en su lugar a tantos ídolos!”.

“Los diez mandamientos -prosiguió el pontífice- nos indican un camino de libertad, encuentran su plenitud en la ley del Espíritu escrita no en tablas de piedra, sino en el corazón”. Y recordó que Dios mismo en el Monte Sinaí le dio a Moisés las tablas de la ley, “para indicarle a su pueblo y a todos nosotros el recorrido para ser libres, un recorrido escrito en el corazón del hombre, como una ley moral universal”.

“No veamos a los diez mandamientos -invitó Francisco- como una limitación a la libertad. No , no es esto. Debemos verlos como una indicación para la libertad”. Porque “nos enseñan a evitar la esclavitud a la que nos reducen tantos ídolos que nosotros mismos nos construimos”.

Y nos invitan “a abrirnos a una dimensión más amplia de la material, a vivir el respeto por las personas, a vencer la avidez de poder, posesiones y dinero. A ser honestos en nuestras relaciones y a custodiar toda la creación”. Para “caminar hacia la libertad auténtica que Cristo nos ha enseñado en las bienaventuranzas”.

Y que Jesús nos enseño el sentido profundo de estas palabras: “Ama al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y al prójimo como a ti mismo”.

“Los diez mandamientos -concluye el papa en su videomensaje- no son un himno al 'no', lo son al 'sí'. Un 'sí' a dios, un 'sí' al amor, y porque digo 'sí al amor, digo 'no' al no amor. Porque el 'no' es una consecuencia de aquel 'sí' que viene de Dios y nos hace amar.

“¡Redescubramos y vivamos las diez palabras de Dios! Digamos 'sí' a estas 'diez vías del amor' perfeccionadas por Cristo. ¡Para defender al hombre y llevarlo a la verdadera libertad! exclamó”.

“Que la Virgen María -concluyó Francisco- nos acompañe en este camino”. E impartió “de corazón” su bendición.

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Juventud


Jornada Mundial de la Juventud Río2013: tendrá 273 lugares de catequesis
Serán días feriados. Los autobuses privados no llegarán al centro. Se alistan 2400 voluntarios para primeros auxilios

Por Redacción

ROMA, 09 de junio de 2013 (Zenit.org) - La Jornada Mundial de la Juventud, que se realizará en Río de Janeiro del 23 al 28 de julio próximo, con la presencia del papa Francisco, tendrá 273 lugares de catequesis en 10 regiones de Río y de las diócesis vecinas. Lo informó en la web de la JMJ, el sacerdote Leandro Lenin, director del sector Preparación Pastoral y Catequesis.

Las sedes de catequesis además de estar en Río, se encontrarán en: Jacarepaguá, Norte, Suburbano, Urbano, Sul, Leopoldina, Oeste, Nova Iguaçu, Niterói y Caxias. En total las catequesis se realizarán en 20 idiomas; claramente el principal es el portugués, aunque habrá 50 locales en los que hablará en español, 25 en inglés, 15 en italiano, 15 en francés, 8 en alemán y 5 en polaco.

Los peregrinos serán alojados cerca de sus zonas de catequesis, y en estos los locales habrá distribución de kits, y se otorgará también desayuno para los peregrinos que hayan elegido esa opción. Las personas con discapacidad tendrán una catequesis especial.

Los locales con mayor número de peregrinos son la catedral metropolitana de San Sebastián, en el centro de Río; el centro de congresos en el barrio de Jacarepaguá. Ambos con capacidad para cinco mil personas y destinado a los peregrinos de idioma portugués.

Los ómnibus particulares no podrán circular en Río durante la JMJ, para evitar congestionamientos en una ciudad que cuenta siempre con un tráfico intenso. A los peregrinos que se han inscrito les será dada una tarjeta para el transporte público que les permitirá realizar ocho viajes cada día y tendrá validez durante todo el encuentro. El transporte público será potenciado.

Los peregrinos que viajan a Río con autobuses alquilados deben inscribir el vehículo en la web de la JMJ de manera les sea indicado los lugares de estacionamiento hasta el final de la JMJ.

Durante el evento los días feriados serán cuatro, el primero es el miércoles 23 por la tarde y se extienden hasta el sábado. A pesar de los feriados los servicios esenciales para la ciudad se mantendrán e incluso serán reforzados.

De otro lado un grupo de 2.400 los voluntarios ya inició los entrenamientos con la Cruz Roja, para prestar servicios durante el evento. Dirigidos por el equipo de médicos y enfermeros, y de 500 socorredores de la Cruz Roja que serán los superiores directos de los diversos grupos en el que se dividirán los voluntarios.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


Beato José de Anchieta
«Apóstol de Brasil»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 09 de junio de 2013 (Zenit.org) - Nació el 19 de marzo de 1534 en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife. Fue el tercero de una numerosa familia. Su padre fue alcalde de la ciudad; estaba emparentado con san Ignacio de Loyola. A los 15 años enviaron a José junto a uno de sus hermanos a Portugal. Allí estudió en el colegio de Artes, institución de la universidad de Coimbra. Algunos apuntan que pudo influir en esta decisión la ascendencia judía de su madre. Enviarlo allí se entendería como una prevención para su vida, ya que en ese país la temida Inquisición, que hacía estragos en España, no tenía la misma rigidez. Su trayectoria académica fue brillante. Entonces se apreciaron sus singulares dotes para la poesía. Fue época de cruciales decisiones comenzando por la consagración de su virginidad ante una imagen de María. En 1551, animado por las noticias que san Francisco Javier transmitía en sus cartas, se sintió llamado a la vida misionera y se vinculó a la Compañía de Jesús. Pero padecía severa escoliosis desde que era niño y se acentuó con la misión que le encomendaron: ayudar a los sacerdotes que oficiaban la misa, más de una decena diarias. Tanto tiempo de pie fue agravando la lesión y acarreó de por vida dolores osteoarticulares. Aunque no se quejaba –solamente llevaba una faja para su mejor sostén–, unos comentarios que escuchó acerca de ella le hicieron temer que podría verse obligado a dejar el convento. El provincial Simón Rodríguez, compañero de san Ignacio, lo tranquilizó; no tenía nada que temer. Al final, como él deseaba, fue trasladado a Brasil junto a otros jesuitas.

Llegó a Bahía en 1553 lleno de ardor apostólico, con el anhelo de hender la cruz en aquellas tierras que quiso de antemano. Cristo bendecía ese signo del genuino misionero que parte entusiasmado, lleno de fe. Tanto es así que en unos meses, junto al provincial Manuel de Lóbrega, fundó Piratininga. Determinado a evangelizar a los indios, se estableció junto a ellos. Con la ayuda del P. Auspicueta se familiarizó con la lengua de los tupíes y guaraníes. Acogió como si fueran suyas costumbres y leyendas. A su vez, les enseñó gramática al igual que hizo con los hijos de los portugueses. Fue pionero, tanto en apreciar una raíz común entre todas las lenguas que se hablaban, a la que denominó tupí, como en dar a luz una gramática, diccionario y catecismo tupi-guarani; no fueron sus únicas obras. La vertiente pastoral estuvo presente al menos en dos textos: uno dedicado a confesores y otro para asistencia de los que se hallan en trance de morir. En uno de sus trabajos incluyó un conjunto de sermones y cantos. Fue dramaturgo y autor de manuales de medicina, fauna y flora. Engrosan su labor literaria, poesía y dramas en diversas lenguas. Se le considera iniciador de la historia literaria de Brasil. Se convirtió en gran defensor de los derechos de los indios a quienes prestó toda su ayuda. En la festividad de san Pablo de 1555 inauguró el colegio que hizo construir. Fue origen de la ciudad de Sâo Paulo. En 1563 fue designado embajador de paz entre los portugueses y los tamoias. Era un pueblo peligroso que practicaba la antropofagia y lo tuvo como rehén durante cinco meses en la aldea de Iperoig. Les enseñó el Evangelio sin dejar de encomendarse a Dios insistentemente y a María en cuyo honor escribía en la arena –y grababa en su memoria– un extenso poema latino, publicado en 1663 en Lisboa. Mientras llegaba la paz, amenazaron con matarle en distintas ocasiones. Pero él decía: «Yo sé que no me mataréis, que no ha llegado aún el tiempo de mi muerte». Al final, viendo los prodigios que realizó, fue estimadísimo en la tribu. En 1565 fue ordenado sacerdote. Ese año, junto a Nóbrega, puso los cimientos de la fundación de Río de Janeiro.

Durante una década fue rector del colegio de San Vicente, y en este tiempo no solo predicó a los portugueses con gran fruto, sino que se encargó también de evangelizar a los vecinos indios tapuyas, una tribu difícil y feroz. Su intenso apostolado con los indios discurrió entre las colonias portuguesas de Río y de Espíritu Santo. El dominio de la lengua, su valentía y el amor que profesaba a esos pueblos, a los que alfabetizó y enseñó diversas artes sanándoles humana y espiritualmente, fue admirable y heroico. Afrontó situaciones comprometidas, llenas de angustia y altamente peligrosas. Transitando con un hermano con los pies descalzos por un barrizal, comentó: «Algunos desean que les sorprenda la muerte en varias partes o colegios, conforme al afecto de cada uno, para pasar aquel último trance con mayor ánimo y consuelo, ayudados de la caridad de sus hermanos; pero yo digo que no hay género de muerte mejor que dejar la vida anegada entre el cieno y el agua de estas lagunas, caminando por obediencia y el bien de nuestros prójimos». Su labor como provincial se caracterizó por el trato caritativo y delicado que dispensó a todos. Se desplazaba con tanta rapidez para visitar a los hermanos, especialmente si debía restablecer la paz entre algunos, que se ha visto en ello un hecho milagroso. Fue un hombre de profunda oración; a veces hasta comiendo se quedaba tan prendido de la presencia de Dios que se olvidaba de la comida. Fue un maestro de la pobreza y de la obediencia, servicial, humilde e incansable trabajador, muy devoto de la Pasión de Cristo. Recibió varios carismas y dones, entre otros el de éxtasis y profecía. Al final le sugirieron que eligiese un lugar para su retiro. Lo rehusó. Había ido a misionar Brasil y allí quería morir. Partió a Reritiba en 1587 junto a al P. Guarapari, y sacando fuerzas de flaqueza siguió evangelizando a los indios. Tenía debilidad por los enfermos. Una noche se levantó para asistir a uno de ellos, y sufrió una caída. Su salud se fue agravando durante seis meses y falleció el 9 de junio de 1597, como él mismo vaticinó. Juan Pablo II lo beatificó el 22 de junio de 1980. En honor del santo, Reritiba modificó su nombre tomando el de Anchieta que mantiene en la actualidad.

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Protección a los migrantes
Un problema al que hacer frente

Por Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 09 de junio de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos el artículo de nuestro colaborador Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, México, que aborda el problema de la seguridad de los migrantes.

SITUACIONES

Es una vergüenza internacional que nuestro país no brinde mayor protección y seguridad a tantos migrantes que pasan por aquí, huyendo de la pobreza y de la violencia de sus países. Muchos son ultrajados, explotados, secuestrados, extorsionados; varias mujeres son violadas; algunos son asesinados por bandas de delincuentes y narcotraficantes. A unos los obligan a sumarse a esas bandas; si no lo hacen, los matan. Sufren un verdadero calvario, que nos avergüenza y nos duele.

En días pasados, a orillas de Pakal Na, una colonia de la ciudad de Palenque, dos mujeres hondureñas fueron macheteadas y asesinadas por criminales que iban en el mismo tren, donde se suben los migrantes que carecen de recursos para atravesar el país sin pagar este transporte, en su ilusión de pasar a Estados Unidos. Esas mujeres habían denunciado, dos días antes, las extorsiones de que eran objeto; de alguna forma se enteraron los de la banda criminal, las identificaron, hicieron que se detuviera el tren, las bajaron y a sangre fría les machetearon el rostro y con un tiro las mataron.

La gente no viaja por curiosidad o por turismo, sino por necesidad. En sus países de origen, no encuentran formas de mejorar sus condiciones económicas, sufren la violencia de los “maras”, tienen deudas enormes que no pueden pagar, y en su desesperación, a pesar de que saben los peligros a que se exponen al pasar por territorio mexicano, se arriesgan y muchos no llegan a su destino.

Otra cara del problema son los migrantes nativos de nuestro Estado que salen a Playa del Carmen, a Cancún, en Quintana Roo, o al norte del país y al extranjero, buscando alternativas a su pobreza, porque los recursos locales les son insuficientes. Son personas muy trabajadoras, pero el café, el maíz, el frijol, el campo en general y la pequeña ganadería no les rinden tanto como para cubrir sus necesidades básicas. ¡Cuánto sufren ellos y sus familias; muchas se desintegran! Se pierde la cultura rural e indígena, con toda su riqueza de idioma, costumbres, religión, vivencia familiar y comunitaria. Se hacen individualistas, interesados más que todo en el dinero; se prostituyen, se contagian de actitudes y criterios destructivos, y varios también de sida. Cuando regresan a sus comunidades, se sienten extraños; critican a sus mayores y a sus paisanos; quieren contaminar a otros jóvenes de costumbres inmorales; se quieren hacer aparecer como grandes y triunfadores sólo porque usan celular, aretes, peinados extravagantes, playeras con letreros en inglés, y se drogan para sentirse fuertes. Muchos cambian de religión, o se alejan totalmente de Dios.

ILUMINACION

Dijimos en Aparecida: “Es expresión de caridad, también eclesial, el acompañamiento pastoral de los migrantes. La Iglesia, como Madre, debe sentirse a sí misma como Iglesia sin fronteras, Iglesia familiar, atenta al fenómeno creciente de la movilidad humana en sus diversos sectores. Considera indispensable el desarrollo de una mentalidad y una espiritualidad al servicio pastoral de los hermanos en movilidad, estableciendo estructuras nacionales y diocesanas apropiadas. Entre las tareas de la Iglesia a favor de los migrantes, está indudablemente la denuncia profética de los atropellos que sufren frecuentemente, como también el esfuerzo por incidir, junto a los organismos de la sociedad civil, en los gobiernos de los países, para lograr una política migratoria que tenga en cuenta los derechos de las personas en movilidad” (Nos. 411-414).

COMPROMISOS

Desde hace tiempo se ha propuesto que se dé a los migrantes algún documento que les permita pasar por el país de una forma segura, sin estar expuestos a los polleros y a las bandas del crimen organizado. Es urgente un trabajo de inteligencia de las corporaciones de seguridad, para detectar a los delincuentes. Que el ejército acompañe a los trenes, dando protección a los migrantes. La autoridad civil debe hacer mucho más para resolver este problema; por nuestra parte, no dejaremos de atenderles humanitariamente, con la solidaridad propia de la mayoría de los mexicanos.

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