Recibe a los participantes en la Conferencia de la FAO

El Papa advierte a Naciones Unidas que el hambre no se erradica con promesas que no se cumplen

 

Esta mañana el Santo Padre ha recibido a los participantes en la XXXVIII Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El Papa ha comenzado hablando de la especial dificultad que atraviesa la situación mundial no sólo a causa de la crisis económica, sino también «por los problemas ligados a la seguridad, a demasiados conflictos abiertos, al cambio climático, a la conservación de la diversidad biológica. Todas estas son situaciones -ha dicho el Papa- que requieren un compromiso renovado de la FAO para hacer frente a los múltiples problemas del mundo agrícola y de cuantos viven y trabajan en zonas rurales».

20/06/13 6:08 PM


(VIS) El Pontífice ha recordado que son muchas las iniciativas y las soluciones posibles y no se limitan al aumento de la producción ya que la producción actual es suficiente. A pesar de esto, ha continuado diciendo, «hay millones de personas que sufren y mueren de hambre: esto constituye un verdadero escándalo. Es necesario, pues, encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra...por una exigencia de justicia, equidad y respeto a todo ser humano».

Francisco ha reiterado que la finalidad del encuentro con los participantes de la FAO es «compartir la idea de que se puede y se debe hacer algo más para dar vigor a la acción internacional en favor de los pobres, no sólo armados de buena voluntad o, lo que es peor, de promesas que a menudo no se han mantenido». «Si no se consideren las situaciones y condiciones de vida a la luz de la dimensión de la persona humana y de su dignidad -ha dicho el Papa- éstas corren el riesgo de convertirse en una abstracción ante cuestiones como el uso de la fuerza, la guerra, la desnutrición, la marginación, la violación de las libertades fundamentales o la especulación financiera, que en este momento condiciona el precio de los alimentos, tratándolos como cualquier otra mercancía y olvidando su destino primario».

El Santo Padre ha declarado que la situación actual a pesar de estar «directamente relacionada con factores económicos y financieros es también consecuencia de una crisis de convicciones y valores, incluidos los que son el fundamento de la vida internacional». Asimismo el Papa ha pedido a la FAO, a sus Estados miembros y a toda la comunidad internacional que abran su corazón. «Es preciso superar el desinterés o el impulso a mirar hacia otro lado, y prestar atención con urgencia a las necesidades inmediatas...abandonando cualquier tentación de poder, o de poseer más y más, o buscar el propio interés en lugar de servir a la familia humana y, en ella, especialmente y sobre todo a los indigentes y los que aún sufren por hambre y desnutrición».

De igual manera, el Papa ha mencionado que el hecho de dedicar el próximo año a la familia rural es una decisión sumamente expresiva, que más allá de ser una mera celebración, será un motivo que refuerce la convicción de que «la familia es el lugar principal del crecimiento de cada uno, pues a través de ella el ser humano se abre a la vida y a esa exigencia natural de relacionarse con los otros».

El Papa Francisco ha recordado que la Santa Sede «sigue con interés las iniciativas que la FAO emprende, alentando todas sus actividades y con las estructuras e instituciones de la Iglesia Católica, les acompaña en este esfuerzo».