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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 23 de junio de 2013

Francisco papa

Se puede vivir el "martirio de la vida cotidiana"
Francisco invita a no temer y a dar testimonio en el mundo

Francisco se encuentra con los tripulantes del "Tren de los niños"
Iniciativa del Pontificio Consejo de la Cultura acerca a los pequeños al arte

"Jóvenes: ¡sean valientes y vayan contracorriente!"
Llamado del papa durante el rezo del Ángelus

Mirada al mundo

Venezuela: Finalizó el encuentro filosófico en el Táchira
Acogido por el Instituto Eclesiástico Santo Tomás de Aquino

Se cumplen diez años de la exhortación apostólica "Ecclesia in Europa"
El Sínodo de los Obispos propuso acciones pastorales urgentes

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San José Cafasso
«Gran maestro y formador de sacerdotes»

Jornadas Mundiales de la Juventud

Con el violín a la Jornada Mundial de la Juventud
Toda una familia realiza conciertos en parroquias para que hermanita viaje a Río


Francisco papa


Se puede vivir el "martirio de la vida cotidiana"
Francisco invita a no temer y a dar testimonio en el mundo

Por José Antonio Varela Vidal

LIMA, 23 de junio de 2013 (Zenit.org) - Hoy el papa estuvo especialmente enérgico en sus palabras. Dirigiéndose a los miles de fieles y peregrinos llegados hoy hasta la Plaza de San Pedro para saludarlo y escucharlo, los invitó a asumir el cristianismo con valentía y a "andar contracorriente".

Partiendo del evangelio dominical, se formuló la pregunta "¿qué significa 'perder la vida por la causa de Jesús'?" Sobre esto, explicó que el cristiano tiene dos maneras de hacerlo: explícitamente confesando la fe; o defendiendo implícitamente la verdad.

Presentó como ejemplo a los mártires, quienes "son el mejor ejemplo de perder la vida por Cristo". Sin embargo, no solo habló del martirio de la Iglesia primitiva, sino también de los de ahora, asegurando que hoy la Iglesia tiene más mártires que en los primeros siglos. 

El mártir de cada día

También quiso referirse a otro martirio, aquel 'cotidiano', "que no implica la muerte pero eso también es un 'perder la vida' por Cristo". Estos son, para Francisco, los que "cumplen su deber con amor, según la lógica de Jesús, la lógica del don y sacrificio.

Invitó a valorar todo lo que hacen los padres de familia que ponen en práctica su fe, su vida entera, por el bien de sus familias. O trajo a la memoria a quienes son consagrados y misioneros que trabajan con generosidad a favor de los niños, los discapacitados, los ancianos, solo por mencionar algunos. "¡Estos son mártires de la vida cotidiana!", indicó.

Un profeta en el desierto

Ante la inminente celebración de la solemnidad de Juan el Bautista este lunes 24, el santo padre se refirió al primo de Cristo para recordar que él mismo sufrió en carne propia las consecuencias del martirio. Con una vida dedicada a Dios, fue decapitado cuando denunció el adulterio de Herodes y Herodías.

Por ello invitó a los jóvenes a ser ellos también valientes, como muchas personas que "pagan un alto precio por su compromiso con la verdad". 

¡"Vayan contracorriente!" fue casi un grito de guerra el que les dirigió Francisco a la juventud, invocándolos a evitar todo aquello que los aleje de los valores fundamentales.

No contento con ello, al terminar el rezo del Ángelus, volvió sobre sus pasos para recordarles a los cristianos, tibios y fríos: "¡No tengan miedo de ir contra la corriente! ¡Sean valientes! Y así, como no queremos comer una comida en mal estado, no carguemos con nosotros estos valores que están deteriorados y que arruinan la vida, y que quitan la esperanza".

El texto completo del papa aquí

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Francisco se encuentra con los tripulantes del "Tren de los niños"
Iniciativa del Pontificio Consejo de la Cultura acerca a los pequeños al arte

Por Redacción

ROMA, 23 de junio de 2013 (Zenit.org) - Concluida la oración del Ángelus este domingo, el santo padre Francisco llegó a la estación de tren del Vaticano para encontrarse con los participantes de la iniciativa "El Tren de los Niños, un viaje a través de la belleza", promovido por el Consejo Pontificio para la Cultura en el marco del Patio de los Niños, en colaboración con los Ferrocarriles del Estado italiano.

Según informa la sala de prensa de la Santa Sede, se trata de un “Frecciargento” (tren rápido ndr) de siete vagones procedente de Milán, con escalas en Boloña y Florencia, el que llegó la mañana del domingo a la estación de Roma San Pedro y de allí fue impulsado por una locomotora diesel hasta la estación ferroviaria del Vaticano que se utiliza en pocas ocasiones.

A bordo iban cerca de 250 niños entre seis y diez años, con sus acompañantes. El proyecto, dedicado a los niños marcados por experiencias difíciles de inclusión en la sociedad y con problemas psico-sociales, tiene el objetivo de acercar a los niños a la comunicación visual y al lenguaje de las imágenes a través de la visita de obras de arte --en particular las catedrales de las diferentes ciudades--, y a través de talleres educativos.

La nota relata también que el santo padre saludó a los niños dirigiéndoles algunas preguntas sobre el viaje, y que se ha entretenido con ellos por un espacio de casi veinte minutos.

Estuvieron presentes, entre otros, el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, y promotor del "Patio de los gentiles" en el cual se insertan las iniciativas del "Patio de los niños", y el director general de los Ferrocarriles del Estado, Mauro Moretti.

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"Jóvenes: ¡sean valientes y vayan contracorriente!"
Llamado del papa durante el rezo del Ángelus

Por Francisco papa

CIUDAD DEL VATICANO, 23 de junio de 2013 (Zenit.org) - Este domingo al mediodía, el papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apóstolico Vaticano para rezar el Ángelus con los fieles.

Ante la Plaza de San Pedro, visitada por una gran cantidad de peregrinos, el santo padre resaltó la vida de los mártires en la Iglesia, sea quienes dan la vida por el evangelio, como quienes lo hacen en el "martirio de la cotidianidad".

Ofrecemos a nuestros lectores el texto del papa.

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¡Queridos hermanos y hermanas!

En el evangelio de este domingo resuena una de las palabras más incisivas de Jesús: "El que quiera salvar su vida la perderá, pero quien pierda su vida por mi causa, la salvará" (Lc. 9,24).

He aquí un resumen del mensaje de Cristo, y se expresa en una paradoja muy eficaz, que nos hace conocer su forma de hablar, casi nos hace sentir su voz ...

Pero ¿qué significa "perder la vida por la causa de Jesús"? Esto puede suceder de dos maneras: ya sea explícitamente confesando la fe, o defendiendo implícitamente la verdad. Los mártires son el mejor ejemplo de perder la vida por Cristo. En dos mil años, son una legión inmensa los hombres y las mujeres que sacrificaron su vida para permanecer fieles a Jesucristo y al evangelio.

Y hoy en día, en muchas partes del mundo, hay muchos, más que en los primeros siglos, muchos mártires que dan su vida por Cristo, que son llevados a la muerte por no renegar de Jesucristo. Esta es nuestra Iglesia. ¡Hoy tenemos más mártires que en los primeros siglos!

Pero también existe el martirio cotidiano, que no implica la muerte pero eso también es un "perder la vida" por Cristo, cumpliendo con su deber con amor, según la lógica de Jesús, la lógica del don y sacrificio. ¡Pensemos en la cantidad de papás y mamás que cada día ponen en práctica su fe, ofreciendo concretamente la propia vida por el bien de la familia! ¡Pensemos en todos ellos! ¿Cuántos sacerdotes, frailes y religiosas desarrollan con generosidad su servicio por el Reino de Dios? ¿Cuántos jóvenes renuncian a sus propios intereses para dedicarse a los niños, a los discapacitados, a los ancianos..?. ¡Estos también son mártires! ¡Mártires cotidianos, mártires de la vida cotidiana!

Y luego hay tanta gente, cristianos y no cristianos, que "pierden la propia vida" por la verdad. Y Cristo dijo: "Yo soy la verdad", por lo tanto, quien sirve a la verdad sirve a Cristo.

Una de estas personas, que dio su vida por la verdad, es Juan el Bautista: propiamente mañana, 24 de junio, es una gran fiesta, la solemnidad de su nacimiento. Juan fue elegido por Dios para preparar el camino delante de Jesús, y lo ha presentado al pueblo de Israel como el Mesías, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (cf. Jn. 1,29). Juan se dedicó por completo a Dios y a su enviado, Jesús.

Pero al final ¿qué fue lo que pasó? Murió por la causa de la verdad, cuando denunció el adulterio de Herodes y Herodías. ¡Cuántas personas pagan un alto precio por su compromiso con la verdad! ¡Cuántos hombres justos prefieren ir contra la corriente, para no negar la voz de la conciencia, la voz de la verdad! ¡Personas rectas, que no tienen miedo de ir contracorriente! Y nosotros, ¡no debemos tener miedo!

Y a ustedes jóvenes, les digo: No tengan miedo de ir contracorriente, cuando les quieran robar la esperanza, cuando les propongan esos valores dañados, que son como una comida descompuesta, y cuando una comida está descompuesta nos hace mal; estos valores nos hacen mal. ¡Debemos ir contracorriente! Y ustedes jóvenes, sean los primeros: vayan contra la corriente tengan esa altura de ir contra la corriente, ¡Adelante, sean valientes y vayan contracorriente! ¡Y siéntanse orgullosos de hacerlo!

Queridos amigos, acojamos con alegría esta palabra de Jesús. Es una regla de vida propuesta a todos. Y que san Juan Bautista nos ayude a ponerla en práctica. En este camino nos precede, como siempre, nuestra Madre, la Santísima Virgen María: ella ha perdido su vida por Jesús, hasta la Cruz, y lo recibió en plenitud, con toda la luz y la belleza de la Resurrección. Que María nos ayude a hacer siempre nuestra la lógica del evangelio.

Recuerden bien: ¡No tengan miedo de ir contra la corriente! ¡Sean valientes! Y así, como no queremos comer una comida en mal estado, no carguemos con nosotros estos valores que están deteriorados y que arruinan la vida, y que quitan la esperanza. ¡Vamos adelante!

Traducido por José Antonio Varela V.

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Mirada al mundo


Venezuela: Finalizó el encuentro filosófico en el Táchira
Acogido por el Instituto Eclesiástico Santo Tomás de Aquino

Por Redacción

ROMA, 23 de junio de 2013 (Zenit.org) - El 21 y 22 de junio se realizó el “Primer Festival Filosófico” organizado por el Instituto Universitario Eclesiástico Santo Tomás de Aquino (IUESTA) de la Diócesis de San Cristóbal en el Táchira, venezuela.

La actividad, que contó con la participación de escritores y conferencistas como Antonio Pérez Esclarín y Ricardo Bulmez, fue inaugurado por el obispo de San Cristóbal, monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez.

Según informaron los organizadores el festival tuvo como objetivo “fortalecer espacios de diálogo acerca de la articulación de los saberes y de la práctica en la formación filosófica, teológica y en diferentes contextos”. De la igual manera han querido “promover cruces disciplinarios entre filosofía, fe, educación, arte, literatura y ciencias sociales para el abordaje del reconocimiento, la integración y la diversidad”.

Durante este festival en el IUESTA, también hubo un festival de "postres filosóficos", galería de arte y filosofía, café filosóficos, y mesas de trabajo, que ampliaron la participación de los asistentes.

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Se cumplen diez años de la exhortación apostólica "Ecclesia in Europa"
El Sí­nodo de los Obispos propuso acciones pastorales urgentes

Por José Antonio Varela Vidal

LIMA, 23 de junio de 2013 (Zenit.org) - Este 28 de junio se conmemoran los diez años de la Exhortación apostólica postsinodal "Ecclesia in Europa", promulgada por el beato Juan Pablo II, como resultado de la II Asamblea Especial para Europa en Roma.

Los 117 padres sinodales de entonces reflexionaron del 1 al 23 de octubre de 1999 sobre el tema "Jesucristo viviente en su Iglesia, fuente de esperanza para Europa”. Lo destacable fue que iba en continuación de la primera asamblea de fines de 1991, que centró su debate sobre el testimonio cristiano en un mundo contemporáneo y sentaba las bases para una nueva evangelización en el Viejo Continente.

Propuestas urgentes

La Segunda Asamblea Especial para Europa fue la última de la serie de asambleas sinodales continentales convocadas por el entonces papa y hoy beato Juan Pablo II, en su carta apostólica Tertio millenio adveniente, como parte de la preparación al Gran Jubileo del Año 2000.

Según se recoge en la reseña de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, la segunda asamblea se desarrolló en medio de "nuevas situaciones sociales y culturales, presentes en el continente tras los cambios políticos ocurridos en el Este".

Se lee también que los padres sinodales prestaron atención a las diversas realidades de la Iglesia en Europa y al particular momento histórico en relación al proyecto de unificación del continente. "El tema de Jesucristo, viviente en su Iglesia, dominó la discusión sinodal sobre las raíces culturales del continente y, al mismo tiempo, constituyó una fuente de esperanza en la construcción de una nueva Europa sobre el fundamento de la fe", reseña el alto ente eclesial.

Promulgado el documento que hoy se recuerda, el Consejo post-sinodal (instalado por norma al término de cada asamblea sinodal), se reunió para evaluar el impacto y la aplicación de Ecclesia in Europa en el continente, elaborando un cuestionario que se envió a las conferencias episcopales y a las organizaciones continentales en Europa. Estas respuestas permitieron evaluar algunos aspectos de la misión de la Iglesia para el trabajo a futuro en los países europeos.

La exhortación postsinodal "Ecclesia in Europa" puede leerse aquí

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San José Cafasso
«Gran maestro y formador de sacerdotes»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 23 de junio de 2013 (Zenit.org) - «Toda la santidad, la perfección y el provecho de una persona está en hacer perfectamente la voluntad de Dios (…). Felices nosotros si consiguiéramos verter así nuestro corazón dentro del de Dios, unir de tal forma nuestros deseos, nuestra voluntad a la suya, que formen un solo corazón y una sola voluntad: querer lo que Dios quiere, quererlo en el modo, en el tiempo, en las circunstancias que Él quiere y querer todo eso no por otro motivo sino porque Dios lo quiere». La explícita voluntad de seguir los dictados divinos por encima de cualquier afán particular, contenida en esta manifestación de José, fue una de las características de su vida. Benedicto XVI, al glosar su figura en una catequesis, lo calificó como «maestro y formador de sacerdotes».

Nació en Castelnuovo d´Asti, Italia, el 15 de enero de 1811. Penúltimo de cuatro hijos, pertenecía a una familia acomodada y cristiana. El beato José Allamano era su sobrino, lo había alumbrado su hermana pequeña, toda una señal de la espléndida labor pedagógica en la transmisión de la fe que hicieron sus padres con su prole. San Juan Bosco, natural de la misma localidad, menor que Cafasso y buen conocedor suyo, lo describió gráficamente cuando vistió por vez primera la sotana en 1827, a sus 16 años. Dijo que era «pequeño de estatura, de ojos brillantes, aire afable y rostro angelical». Por las respuestas que dio entonces, Don Bosco quedó admirado de su bondad. Sus padres no tuvieron problemas para instruirle en la fe porque enseguida mostró tal atracción por la virtud que hasta los vecinos le dieron el sobrenombre de il santetto. Pronto manifestó su vocación sacerdotal. Se formó en el seminario de Chieri y fue ordenado el 21 de septiembre de 1833, mucho antes de lo acostumbrado, mediante dispensa. Había sido un estudiante excelente, pero no se sentía suficientemente preparado, y se afilió al Convitto San Francisco de Asís de Turín. Allí tuvo ocasión de impregnarse de la espiritualidad ignaciana y acoger el néctar teológico y moral de san Alfonso María de Ligorio. Fue tan valiosa su tarea docente como profesor de esta disciplina, que le confiaron su cátedra en el Convitto. Tenía 24 espléndidos años, un caudal de pasión por Cristo, una enorme ilusión por compartir su ideal con sus compañeros, y una santa inquietud por la formación cabal de los sacerdotes. Sabía que siendo grandes confesores cosecharían numerosos frutos.

Tras el fallecimiento del rector Guala, fue elegido unánimemente para sustituirle. Apreciaban su caridad, serenidad, prudencia, jovial alegría, paciencia y delicadeza; había elegido como modelos de vida a san Francisco de Sales y a san Felipe Neri. Atraía al confesionario, al que dedicaba horas, a muchas personas de distintas procedencias y estamentos sociales; le planteaban asuntos que requerían tacto sabiendo que él les ayudaría a resolverlos. Tenía presente «lo que pueda volverse en mayor gloria de Dios y en provecho de las almas». Todos los penitentes partían con el consuelo de haber sido atendidos por un hombre ejemplar, a través del cual veían la bondad y la misericordia de Dios. Su buen juicio se evidenciaba en certeros consejos que le hicieron acreedor de una fama bien merecida. Sus pasiones fueron la Eucaristía, la Virgen y el papa. Fue un defensor de la ortodoxia; luchó contra el rigorismo y el jansenismo imperantes en la Iglesia. Su generosidad merecería capítulo aparte. Entre otros –y no solo a los pobres con los que ya ejercía su caridad siendo niño–, ayudó económicamente a Don Bosco para que pudiera cursar estudios. Después, fue benefactor de su obra, lo defendió y estuvo a su lado cuando le menospreciaron. Además, le hacía entrega de lo que recaudaba tras haber tocado el corazón de personas sobradas de medios. Bajo su amparo, del Convitto salían grandes y animosos directores espirituales. Algunos de sus alumnos fueron santos. Les decía: «Nuestro Señor quiere que lo imitemos en su mansedumbre». Tenía por costumbre compaginar sus enseñanzas con acciones encaminadas a despertar en ellos sentimientos de solidaridad. Les invitaba a acompañarle a las cárceles para visitar a los presos y acudir a barrios marginales. Esperaba que al ver el estado lastimoso de tantos desheredados pudieran hacerles todo el bien que estuviese en sus manos. Don Bosco heredó esta formidable táctica pedagógica que marcó su vida, dedicándose a rescatar a los muchachos abandonados, librándolos de las calamidades que había tenido ocasión de ver en las cárceles. El P. Cafasso era estimadísimo entre los presos y condenados, a quienes ayudó materialmente; se entregaba a ellos sin medir el tiempo para obtener su conversión. Se cuenta que de 57 malhechores, algunos autores de crímenes espantosos, ninguno se le resistió; todos se confesaron arrepentidos. Cuando recibían la condena, que generalmente era la horca, los reos solían pedir como última gracia que les acompañara en ese postrer instante. Así rescataba sus almas. Se ve que tenía una fortaleza y temple singulares para soportar esas penas de las que era testigo, y una gracia especial para ese apostolado. Don Bosco cayó desmayado en una ocasión cuando vio el ajusticiamiento de un delincuente; no fue capaz de contemplar tan dramática escena. A punto de entregar su vida a Dios, José escribió: «No será muerte sino un dulce sueño para ti, alma mía, si al morir te asiste Jesús, y te recibe la Virgen María». Le parecía hermoso morir en sábado, día de María, para ser llevado por Ella al cielo; lo dijo en un sermón. Se cumplió su sueño. Falleció el sábado 23 de junio de 1860. La oración fúnebre corrió a cargo de Don Bosco que plasmó sus sentimientos hacia el que había sido su director espiritual durante un cuarto de siglo. Cafasso fue beatificado por Pío XI el 3 de mayo de 1925, y canonizado por Pío XII el 22 de junio de 1947. El 23 de septiembre de 1950 este pontífice lo puso como modelo para los sacerdotes, comprometidos con el sacramento de la reconciliación, y en la dirección espiritual.

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Jornadas Mundiales de la Juventud


Con el violí­n a la Jornada Mundial de la Juventud
Toda una familia realiza conciertos en parroquias para que hermanita viaje a Rí­o

Por José Alberto Rugeles Martínez

TOLEDO, 23 de junio de 2013 (Zenit.org) - Son cuatro hermanos. Solo ella, la mayor, Sara de 15 años irá al Brasil, a Río de Janeiro, a la JMJ 2013. Pero como desde el continente europeo el gasto es grande, la familia se ha puesto en marcha para conseguir los medios. Y los hermanos menores se han convertido en la mejor ayuda para la mayor. David de 12, Pedro de 9 y María de 6 años, no lo han dudado, y han tomado sus respectivos violines y junto a la mayor y a los padres, Oscar e Isabel --que les acompañan, estimulan y participan--, ofrecen conciertos de violín en los templos de varias parroquias de la diócesis de Alcalá de Henares.

"En casa siempre se reza. Es algo natural en nuestra familia" afirma sin reparos David que está feliz de ayudar a su hermana Sara, que ya ha participado en la JMJ Madrid 2011 junto con sus padres y hermanos. "Me ilusiona mucho ir al Brasil, conocer ese país-continente y ver al nuevo papa Francisco. En Madrid conocí a Benedicto XVI y no lo olvido. Ya tengo la camiseta de la JMJ Río 2013. Me la trajo un amigo de mis padres de Roma. Pero hay que conseguir los recursos, y la música es un medio de obtenerlos".

Oscar e Isabel, los padres de Sara, son veteranos en lo que a participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud se refiere. Estuvieron en Santiago de Compostela, en Roma, en París, en Polonia y en Madrid. Ahora le toca a Sara. Le ilusiona mucho viajar a la JMJ y está feliz de que sus hermanos David, Pedro y María sean sus mejores palancas de ayuda para viajar.

Pero la mejor "palanca" es el amparo de María a quien toda la familia se encomienda. Pero "a Dios rogando y con el mazo dando". Así que valiéndose de sus violines, y en la compañía de Bach, Corelli, Pachelbel, Vivaldi y Mozart los hermamos Vásquez esperan conseguir los medios para que Sara vaya a la JMJ Río 2013.

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