NOTA DE PRENSA

Un experto recomienda como “principal tarea” en Educación Infantil desarrollar en el niño sus capacidades de movimiento para lograr un desarrollo cerebral completo


  • Enrique Juan, maestro, pedagogo, orientador escolar, filósofo y teólogo ha intervenido en el curso “Educación Emocional e Inteligencias Múltiples” de la Universidad Católica de Valencia en Santander


 

SANTANDER | 09.07.2013


Enrique Juan, pedagogo, maestro y orientador escolar, ha afirmado que “en nuestra sociedad hemos perdido el origen de nuestro movimiento y hemos generado un aprendizaje que parte de la lectoescritura y de las matemáticas sin cuestionar qué cimientos tienen que componerse en el niño previamente”. Ante esto, este experto en el método Cemedete ha propuesto que la primera actividad del aula, sobre todo en las etapas de infantil, sea “desarrollar las capacidades de movimiento, que no terminan con caminar”, de lo contrario, los niños “no lograrán un desarrollo cerebral completo”, en el marco del curso de pedagogía “Educación Emocional e Inteligencias Múltiples” de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” en Santander

 

Enrique Juan, que también es filósofo y teólogo, ha pronunciado la ponencia  “El desarrollo de la Inteligencia Corporal en los primeros años de nuestra vida”, en la que ha presentado el método Cemedete, basado en la educación y desarrollo de la psicomotricidad.

 

Sobre esta metodología, el ponente ha expresado que “toda respuesta, para que sea positiva a la hora de resolver los problemas, tiene que ser multidisciplinar, esto es, abordarse desde la medicina, unida con la psicología, con la pedagogía y con todas las teorías del aprendizaje, pues solo así se logra un cuerpo que sabe dirigir y encauzar al ser humano para que recorra el camino hacia su madurez”. En este sentido, “Cedemete es un plano de carreteras que te indica por qué hitos tienes que cruzar para alcanzar la adultez”.

 

En su intervención, Enrique Juan ha empleado el símil del cerebro humano como si fuese un ordenador para afirmar que “educar la capacidad de movimiento equivale a desarrollar el procesador de nuestro cerebro que permite trabajar el resto de programas”. Así, “según la forma en que pedagógicamente lo desarrollemos alcanzaremos la meta de cualquier tipo de inteligencia”, ha asegurado.

 

En primer lugar, este experto ha afirmado que “el ser humano es inteligente, lo que supone el desarrollo de un cerebro que es distinto al de todos los animales mamíferos”. “La especie humana ha ido elaborando un cerebro capaz de caminar y, a través de esa forma de moverse, ha desarrollado su capacidad de hablar, de pensar y de relacionarse, de tal modo que la inteligencia se inicia aprendiendo a moverse”, ha subrayado.

 

“Cuando un soldado iba al servicio militar obligatorio y hacía la instrucción, si no caminaba bien terminaba pelando patatas; sabía el ejército que ese soldado no podía hacerse responsable de un fusil. Si en un niño no desarrollas su psicomotricidad, su cerebro va a funcionar como el primer procesador que puso en marcha los ordenadores domésticos”, ha asegurado.

 

Por todo ello, Enrique Juan se ha referido en su intervención a los principales movimientos que la persona ha de aprender desde su nacimiento con tal de que su desarrollo cerebral sea completo. “El ser humano ha estado como una camisa de caballero totalmente plegado dentro del útero materno; así, lo primero que hay que hacer con el bebé recién nacido es suspenderlo boca abajo sostenido por los tobillos con tal de que su cuerpo se estire”.

 

“El primer movimiento que el ser humano es capaz de hacer y que necesita seis meses para alcanzarlo es poderse girar, dar la vuelta, pasar de boca arriba abajo y viceversa. A continuación, debe moverse por el suelo girando, y si no lo hace, aprender; de hecho, la mayoría de las personas que se marean o tienen vértigo es porque no han practicado este movimiento”, ha asegurado.


 

GATEAR PARA PODER HABLAR

El siguiente movimiento al que se ha referido es el gateo. “Nos permite desplazarlos por el suelo -porque no tenemos todavía capacidad para levantar nuestra espalda- arrastrándonos, pero con una secuencia muy compleja y es combinar el movimiento del brazo derecho con la pierna izquierda, esto es, la coordinación contralateral, que al final nos permitirá hablar. Los gorilas, como no saben arrastrarse, no hablarán jamás”, ha expresado.

 

Finalmente, “el hito que marca el momento cumbre en nuestra especie es ponernos de pie. Un ciervo, cuando nace, está de pie, pero luego tiene que aprender a doblarse, a tumbarse en el suelo. Nosotros empezamos desde abajo: nacemos y tenemos que estar tumbados y, a partir de ahí, hemos de generar una fuerza muscular que nos permita levantarnos sin puntos de apoyo”.

 

En este sentido, entre otras conclusiones, Enrique Juan ha asegurado que “el ser humano, en la medida en que no tiene desarrolladas las capacidades de movimiento, no piensa, no es responsable, no relaciona, no puede deducir, no puede encontrar soluciones a los problemas específicos que se le presenten”.

 

Por la tarde, este experto ha desarrollado un taller de psicomotricidad en el que ha mostrado el desarrollo práctico de la sesión teórica impartida por la mañana. Las jornadas de Educación de los cursos de verano organizados por la Universidad Católica de Valencia en el Seminario Diocesano de Monte Corbán de Santander se prolongarán hasta el próximo viernes 12.

 

Carola Minguet

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