5.07.13

El nacimiento de los Evangelios sinópticos (4) –El problema sinóptico

A las 1:55 PM, por Daniel Iglesias
Categorías : Biblia

Comentario de: Jean Carmignac, La naissance des Évangiles synoptiques, François-Xavier de Guibert, Quatrième édition, Paris 2007.

Dado que las distintas partes de esta serie han estado demasiado espaciadas en el tiempo, indico a continuación las direcciones de las tres primeras, y también la de otro artículo relacionado con ellas:

• Parte 1: El nacimiento de los Evangelios sinópticos –1
• Parte 2: El nacimiento de los Evangelios sinópticos –2
• Parte 3: El nacimiento de los Evangelios sinópticos –3
• Tres indicios de la antigüedad del Nuevo Testamento en 2 Corintios: Tres indicios de la antigüedad del Nuevo Testamento en 2 Corintios


En el Capítulo 4 del libro, Carmignac presenta su visión del famoso “problema sinóptico”. Los Evangelios de Mateo (Mt), Marcos (Mc) y Lucas (Lc) se denominan “sinópticos” porque son tan semejantes entre sí que sus textos se pueden colocar en tres columnas paralelas para obtener una visión de conjunto. Sin embargo, también existen muchas diferencias entre los tres Evangelios sinópticos. El “problema sinóptico” (o la “cuestión sinóptica”) consiste en cómo explicar a la vez esas semejanzas y esas diferencias. Cientos de sabios han estudiado el problema sinóptico, sin llegar a resolverlo totalmente.

Para aproximarnos al problema sinóptico, primeramente consideraremos que las distintas perícopas (narraciones o discursos) de los Evangelios sinópticos pueden clasificarse en tres grupos y siete subgrupos:
• Perícopas de tradición simple: están presentes en un solo Evangelio sinóptico (Mt, Mc o Lc).
• Perícopas de tradición doble: están presentes en dos Evangelios sinópticos (Mt-Mc, Mt-Lc o Mc-Lc).
• Perícopas de tradición triple: están presentes en los tres Evangelios sinópticos (Mt-Mc-Lc).

La gran mayoría de los exégetas contemporáneos (incluyendo a Carmignac) se inclina por la “teoría de las dos fuentes”, que sostiene que las fuentes de Mateo y Lucas son Marcos y el hipotético documento Q (del alemán “Quelle” = “fuente”), documento que Carmignac llama “Colección de Discursos”, porque narraría sobre todo discursos de Jesús. Algunos estudiosos agregan dos fuentes propias de Mateo y Lucas (M y L) obteniendo así la “teoría de las cuatro fuentes” (Mc, Q, M y L).

Según estas teorías:
• los textos de tradición triple y los de tradición doble Mt-Mc y Mc-Lc dependen de Marcos;
• los textos de tradición doble Mt-Lc dependen de Q;
• los textos de tradición simple “mateana” dependen de Q o M;
• y los de tradición simple “lucana” dependen de Q o L.

El fuerte consenso actual acerca de la prioridad de Marcos se basa sobre todo en dos aspectos de este Evangelio:

1. Su gran brevedad. Mc narra menos hechos y muchos menos discursos que Mt o Lc, y esto sería casi inverosímil si Mc fuera posterior a Mt o Lc.
2. Su carácter testimonial. En muchas perícopas de tradición triple y de tradición doble Mt-Mc o Mc-Lc, Mc proporciona detalles precisos y concretos (a veces pintorescos) que parecen provenir de un testigo directo. La desaparición de esos detalles en Mt y Lc puede ser el resultado de su mayor concentración en el contenido teológico.

La fuente Q, el otro gran pilar de la teoría de las dos fuentes (además de la prioridad de Marcos), me parece menos sólida, debido a un grave problema que soslayé al presentar las tradiciones simples, dobles y triple, pero que debemos abordar ahora. Se trata de que, en los textos de tradición triple, con frecuencia Mateo y Lucas “modifican de la misma manera el texto de Marcos: las mismas omisiones, las mismas adiciones, las mismas sustituciones (ya sea en griego o en el hebreo subyacente)” (p. 54). Existen cientos de estos “acuerdos menores de Mateo y Lucas contra Marcos”. Para resolver este problema se han propuesto dos soluciones principales. Algunos expertos suponen que Mateo y Lucas no dependen de nuestro Marcos actual, sino de una redacción más antigua de Marcos (llamada en alemán Ur-Markus). Carmignac se inclina por la otra solución, agregándole su teoría sobre la redacción de Marcos en hebreo: “Parecería sobre todo que un compilador habría querido combinar Marcos y la Colección de Discursos en una sola obra y que en esta ocasión habría retocado con frecuencia el texto hebreo de Marcos, omitiendo ciertos detalles, transformando ciertas frases, agregando algunas explicaciones. Es este Marcos Completado el que habrían utilizado Mateo y Lucas. Así se explicaría por qué muchas veces Mateo y Lucas encajan la misma cita de la Colección de Discursos en el mismo lugar del relato de Marcos.” (p. 55).

Carmignac subraya que Lucas no miente cuando habla de “muchos” relatos anteriores al suyo (Lc 1,1). Según Carmignac, se trataría de al menos estas cuatro obras: Marcos, Colección de Discursos, Marcos Completado y Mateo. El mayor aporte de Carmignac sobre el problema sinóptico consiste en afirmar que, debido a sus numerosos semitismos (distribuidos en todas sus partes principales), esas cuatro obras más antiguas que Lucas deben haber sido escritas en un idioma semítico, probablemente el hebreo. La intervención de diferentes traductores del hebreo al griego ayudaría a explicar muchas de las diferencias entre los Evangelios sinópticos. Carmignac pretendía probar ampliamente su tesis en una gran obra en varios volúmenes, pero la muerte le impidió completar su tarea. Sus estudios sobre los Evangelios sinópticos permanecen en gran medida inéditos.

En la nota 10 de la página 55 Carmignac dice que la solución propuesta por él no cambiaría sustancialmente si se supusiera que el redactor de Marcos Completado es la misma persona que el redactor de la Colección de Discursos. No menciona aquí la posibilidad de que ese redactor de ambas “obras” fuera el mismo Mateo. En realidad esa posibilidad constituye una teoría alternativa a la de las dos fuentes: Mateo se habría servido de Marcos y Lucas se habría servido de Marcos y Mateo. Esta hipótesis, defendida en nuestra época por Farrer, parece mucho más simple que la teoría de las dos o cuatro fuentes. Esta última da la impresión de multiplicar las fuentes sin necesidad (contra el célebre principio de “la navaja de Ockham”); pero en verdad las grandes complicaciones de esa teoría no son gratuitas, sino que provienen de una hipótesis inicial que me parece bastante cuestionable: que Lucas no tuvo a su disposición el Evangelio de Mateo. Quizás Carmignac, habiendo arremetido contra uno de los grandes postulados de la exégesis moderna (la redacción original de los Evangelios en griego) no quiso abrir otro frente de lucha arremetiendo también contra la fuente Q, otro de esos postulados.

Daniel Iglesias Grèzes