7.07.13

Fray Gorrón

A las 11:04 AM, por Jorge
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Para fray Macario era importante el voto de pobreza. Por eso, entre otras cosas, no tenía carnet de conducir y se había prometido a sí mismo no tomar jamás un taxi. Eso sí, constantemente: ¿P. Manuel, me puede llevar en el coche de la comunidad a tal sitio, D. Fulano, sería tan amable de acercarme con su coche a tal lugar a recoger unas cosas, doña Menganita, me acercaría mañana a la estación de autobuses, que voy de viaje y tengo una maleta bastante pesada?

También valoraba mucho la pobreza el P. Senén. Por eso no solía llevar apenas dinero encima. Pero tampoco se privaba de nada. Buenas vacaciones en casas de familias distinguidas, comer en los mejores restaurantes, refrescos, cine, teatro… Padre ¿y la pobreza? Es que me invitan…

Fr. Alberto pasa todos los años unos cuantos días en la playa en casa de unos familiares a mesa y mantel. No paga nada ni por la casa, ni por la manutención. Si salen a comer fuera, ellos pagan. Si un refresco, invitado. Los viajes o con ellos, o con el billete pagado. No se priva de nada. Ellos pagan. Otro pobre.

Un día un hermano de Fr. Alberto le dijo: hombre, tú eres un pobre muy especial. Vives exactamente como nosotros que no tenemos voto de pobreza, y encima te pagamos los gastos. Si eres pobre, te quedas sin vacaciones como los pobres.

Igual Fr. Macario. Alguien le dijo: no es que no te gusten los taxis, lo que no te gusta es pagarlos. Si eres pobre ya sabes, transporte público, y si la maleta te pesa, te aguantas. Y al P. Senén algo parecido. La pobreza padre ¿le permite vivir en esos hotelazos, comer en esos restaurantes de lujo, acudir a los mejores teatros con la disculpa de que se lo pagan los demás?

También nos pasa a los curas. Recuerdo con qué desfachatez aquél párroco decía: yo todos los veranos voy a veranear a la costa. Y añadía entre risitas: a la costa de mi hermana…

No me imagino yo a San Francisco de Asís banqueteando cada día con la disculpa de le invitan.

La pobreza es un estilo de vida. Y quien ama la pobreza aprende a vivir como pobre. Y los pobres ni van en taxi gratuito, ni banquetean constantemente, ni marchan a la playa a costa de los demás. Sus vacaciones son austeras. Su estilo de vida muy sencillo. Han aprendido a vivir muy sobriamente, a dar lo que pueden a los pobres, y sobre todo a trabajar para no ser gravosos a nadie. El pobre de verdad trabaja, está siempre disponible, vive austeramente le inviten o no, y cuida mucho no abusar de los bienes de los demás.

Cuando alguien, en aras del amor a la pobreza, no paga taxis, pero se hace llevar en vehículos privados gratis, come en buenos restaurantes sin pagar jamás un euro, frecuenta buenos hoteles cuyas cuentas pagan otros, no se priva de un buen refresco que alguien abonará y encima dice que es que nosotros somos pobres… Ese alguien no es un pobre. Es simplemente un gorrón.

Evidentemente, no es lo mismo.