8.07.13

 

En octubre del año 2009, el cardenal Rodé, por entonces Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, envió una carta a la abadesa del monasterio benedictino de San Benet de Montserrat, en la que le pedía que exigiera a Sor Teresa Forcades que manifestara públicamente su adhesión a los principios doctrinales de la Iglesia. La razón era que, en relación al aborto, la religiosa había abogabado por el “derecho a decidir” de la madre -a decidir matar al hijo no nacido, se entiende- y se mostraba favorable a la distribución de la píldora abortiva.

La monja respondió a través de la revista Foc Nou. En su declaración la religiosa benedictina afirmaba que la función magisterial de la Iglesia, “tiene que ser respetada por todos los bautizados católicos y de manera particular por todos los teólogos católicos, pero este respeto no excluye la manifestación pública de hipótesis razonables que puedan hacer avanzar el magisterio eclesial“. Ahondando en sus argumentos, sor Teresa Forcades aseguraba que “ningún católico -sea o no teólogo- tiene por qué tener miedo de expresar de forma pública dudas razonables en relación a un punto doctrinal, con la paz y la libertad de los hijos de Dios, como aquel que se siente y encuentra en familia, sin temer ser denunciado o descalificado“. El resto de su respuesta puede ser leído en el siguiente enlace.

Desde ese año hasta hoy, sor Teresa Forcades ha vuelto a manifestarse de forma constante contra el magisterio de la Iglesia en el tema del aborto y del “matrimonio” homosexual. También es conocida por haberse identificado con la Candidatura d’Unitat Popular, opción política catalana que aboga por el secesionismo y, últimamente, por encabezar junto con Arcadi Oliveres el movimiento “Procés Constituent”, igualmente secesionista.

Ahora, bien, hasta ahora no se había atrevido a sugerir que la Iglesia le apoyaba en sus andanzas políticas. Sin embargo, Europa Press ha informado de que la religiosa había consultado con el arzobispado de Barcelona acerca de sus actividades en ese movimiento sin que le hubieran puesto impedimento alguno. La archidiócesis de Barcelona ha emitido hoy un comunicado desmintiendo tal consulta.

Yo creo que ya va siendo hora de que la Iglesia ponga fin al problema Forcades. Quien es capaz de desobedecer al prefecto del dicasterio de los religiosos no obedecería ni al mismísimo Papa si este se lo reclamara. Es ya evidente que esto no se soluciona con llamadas al orden. Esa monja se mofa de la fe de la Iglesia, del magisterio, del derecho a la vida, de la institución familiar y además le gusta más la política que a un tonto un lápiz.

La ciudadana Teresa Forcades es libre de pensar lo que quiera, de opinar públicamente sobre lo que le venga en gana y de participar en cualquier aventura política bolivariana-catalana. Pero una monja benedictina no puede hacer todo eso.

Este mismo año se ha publicado un libro -Diálogos con Teresa Forcades- en el que se “recoge una serie de conversaciones con la monja, médica y teóloga Teresa Forcades realizadas por la periodista Eulàlia Tort en el monasterio de Sant Benet, en Montserrat, a lo largo de un año“. Cabe la posibilidad de que dicho libro provoque una reacción por parte de la Santa Sede similar a la que tuvo lugar con la obra “Pare Manel més a prop de la terra que del cel", escrito por el periodista Francesc Buixeda. El sacerdote tuvo que retractarse públicamente de las afirmaciones que hacía en esa obra.

No sabemos si sor Teresa hará el paripé de desdecirse nominalmente de lo que ha venido diciendo en estos años atrás en caso de que Roma se lo exija. Creo que es mucho mejor que sea consecuente y abandone la vida religiosa. Y si no lo hace voluntariamente, la Iglesia debe de forzarla a hacerlo. La opción de retirarse de la vida pública para convertirse en una monja benedictina de verdad -y no el esperpento que es ahora- sería lo ideal en caso de que fuera fruto de su ductilidad a la gracia de Dios. Pero una cosa es segura: así no puede seguir.

Ya de paso, sería quizás conveniente que la Santa Sede se plantee si no sería conveniente una vista apostólica al monasterio de sor Teresa Forcades. Cómo no será la cosa que hasta los benedictinos de Montserrat consideraron oportuno desmarcarse de ella. Es decir, hasta sus compañeros de orden religiosa están hartos de ella. Cuanto antes de solucione este escándalo eclesial, mejor para todos.

Luis Fernando Pérez Bustamante