11.07.13

 

El actual obispo de Alcalá de Henares ha puesto sobre la mesa una cuestión que un número indeterminado pero importante de fieles han denunciado desde hace unos cuantos años:

- En España no existe un partido político que defienda la vida. ¿Cómo pueden defenderse políticamente los católicos? ¿Mediante la abstención?

Ahora mismo en el Parlamento español no hay ningún partido político que defienda en su integridad la doctrina de la Iglesia Católica sobre bienes tan esenciales como la vida humana, el valor del matrimonio, el gran bien social de la familia, la auténtica libertad de enseñanza, la justicia social y la solidaridad para con los más empobrecidos. Estos bienes que son innegociables tienen que orientar el voto católico. No es suficiente aceptar el mal menor que nos ha traído en los últimos años tantas leyes inicuas. Los católicos deben de ser conscientes de su responsabilidad en la política y de lo que se juega en las votaciones y en la participación en las instituciones de la vida social.

Si se fijan ustedes, le preguntan por los partidos políticos en general y el obispo habla solo de los presentes en el parlamento español. Aunque no lo dice expresamente, don Juan Antonio sabe que sí hay partidos que asumen, al menos en teoría, la dotrina social de la Iglesia en esas materias tan importantes. Pero la mayor parte de los españoles, católicos practicantes incluidos, desconocen que existan o los consideran como algo exótico, quizás extremista.

Dado que previsamente el prelado ha reconocido la existencia de movimientos cívicos provida y profamilia, parece evidente que está señalando un hecho que muchos llevamos indicando desde nuestras plataformas en internet. A saber, que el problema no está en la falta de vigor de la sociedad civil que defiende el derecho a la vida y la institución familiar sino la absoluta ausencia de una opción política parlamentaria que lleve dicha cosmovisión allá donde se hacen las leyes.

Eso solo se puede solucionar de dos maneras:

1- Apoyando a los partidos pequeños que creen en los principios no negociables indicados por el Papa Benedicto XVI y que señala el obispo de Alcalá.

2- Favoreciendo la creación de una plataforma política nueva que recoja dichos principios. Lógicamente, no se puede despreciar a las siglas que han estado luchando por esos valores.

¿Hay incompatibilidad entre la acción se los movimientos cívicos y esa posible opción política? No debería. De hecho, lo lógico es que fueran complementarios, respetando siempre la independencia de cada cual. Pero, como ya he señalado recientemente, las relaciones entre los partidos minoritarios -sobre todo uno- y las organizaciónes cívicas- sobre todo una- son penosas. Y como ya advertí, he decidido no dedicar un segundo más de mi tiempo a intentar que eso se solucione. Allá ellos.

Este post lo escribo para constatar que hay pastores, no solo Mons. Reig Pla, que son conscientes del problema político que tiene el sector católico de la población española. A saber, que no hay nadie que les represente en el parlamento.

Si el obispo dice que “los católicos deben de ser conscientes de su responsabilidad en la política y de lo que se juega en las votaciones” la pregunta es inmediata: ¿cómo se puede votar lo que no se conoce?

Cada cual sabrá lo que tiene que hacer, a quién tiene que apoyar, con quién no se tiene que enfrentar -siquiera sea por pragmatismo-, etc. Una cosa sí tengo clara. Mientras la Iglesia no ponga a sus medios de comunicación a realizar la tarea de dar a conocer a quienes quieren llevar al parlamento esos principios, de nada valdrá lo que digan obispos como el de Alcalá de Henares. Dentro de unos años seguiremos igual. El voto católico, si es que existe, no tendrá importancia alguna. Y las leyes serán cada vez más inicuas. Puede que lo sean aunque los católicos movilicen sus votos hacia partidos que merezcan la pena. Pero al menos se habrá intentado.

Luis Fernando Pérez Bustamante