18.07.13

Monseñor Romero y el P. Álvaro del Portillo: relación fructífera

A las 12:12 AM, por Eleuterio
Categorías : General, S. Josemaría -Opus Dei

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

A muchos creyentes las cosas que pasan en la Iglesia católica no les satisfacen mucho. Ciertamente han de tener un concepto muy distinto de comunidad creyente.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Hace, casi justamente, tres años, escribí en estas mismas páginas acerca de la relación existente entre Óscar Arnulfo Romero, más conocido como Monseñor Romero, y el Opus Dei. A muchos les sorprendió. ¡Cómo era posible que el adalid, según algunos, de los pobres, pudiera mantener una relación tan buena con una fuerza tan “conservadora” como la Obra de Dios fundada por san Josemaría!

Seguramente a muchos no les gustó nada de nada lo dicho entonces. Pero las cosas son como son y no se pueden cambiar.

Pues ahora vuelve a pasar lo mismo pero con otro protagonista muy en boca de muchos en estos días por haber sido citado por el Vaticano como creyente cuya beatificación será más pronto que tarde. Y hablamos de Álvaro del Portillo, hijo de Dios, sacerdote, obispo y Prelado, que lo fue, del Opus Dei.

Gracias, ahora también, a Carlos Colorado, administrador (¡qué palabra!) del blog “Super Martyrio” (http://polycarpi.blogspot.com.es/) que se ha vuelto a poner en contacto con quien esto escribe, he tenido acceso a una carta que envió, en su día, Álvaro del Portillo a Monseñor Romero. Dice lo siguiente:

Álvaro del Portillo

Opus Dei
Presidente General
Roma, 9 de noviembre 1979

Excmo. y Revmo.
Mons. Oscar A. Romero
Arzobispo de San Salvador

Muy querido Señor Arzobispo:

a través del Consiliario del Opus Dei en esa querida tierra, he recibido su afectuosa carta recordando la celebración del cincuenta aniversario de la fundación del Opus Dei.

Deseo contestarle enseguida para agradecer esa muestra de afecto, y que se haya unido a nuestra acción de gracias al Señor por todos los beneficios que ha derramado sobre su Obra en estos primeros cincuenta años de vida.

Sé que los socios y asociadas del Opus Dei - ahí, como en todos los sitios, gracias a Dios - trabajan con empeño y movidos sólo por el deseo de servir a la Iglesia. Conozco bien el afecto que le tienen y la fidelidad con que viven el espíritu de la Obra, que nos lleva a secundar las indicaciones del Revmo. Ordinario en todas las diócesis donde trabajamos, y a tirar del carro - como decía nuestro Fundador, de santa memoria - en la misma dirección que el Prelado diocesano.

Le ruego que continúe rezando por nuestra labor apostólica en todo el mundo. Por mi parte, le aseguro que le encomendaré a diario, en la Santa Misa, pidiendo por usted y por toda la labor de almas que realiza.

Agradeciéndole de nuevo su carta, quedo suyo,

Devotissimo in Domino

Alvaro del Portillo

Es más, el autor del blog citado, apunta que “Romero reconoció la carta de Mons. del Portillo en su homilía del 23 de diciembre de 1979, pronunciada tres meses antes de su asesinato” donde dijo que

Monseñor Romero

Será de mucho agrado a los numerosos miembros que en nuestra Arquidiócesis forman el Opus Dei, la carta que he recibido de su Presidente General, Mons. Alvaro del Portillo en que dice: “Los socios y asociados del Opus Dei ahí, como en todos los sitios -gracias a Dios.-, trabajan con empeño y movidos sólo por el deseo de servir a la Iglesia. Conozco bien el afecto que le tienen y la fidelidad con que viven el espíritu de la obra que los llevan a secundar las indicaciones del obispo en todas las diócesis donde trabajamos. “Y a tirar el carro, como decía nuestro fundador, en la misma dirección que el prelado diocesano". Me alegro mucho de que esa fuerza del Opus Dei no es al margen, ni paralela, si no que está en plena línea de nuestra pastoral Arquidiocesana. Esperamos que los hechos confirmen esta orientación que les dá el Presidente General del Opus Dei.

Vemos, pues, que las cosas no son como muchos quisieran que fueran sino que las relaciones entre miembros de la Iglesia católica ha de ser fructífera porque sólo de tal forma se ensanchará el Reino de Dios en este mundo. De otra forma, lo único que se hace es hacer de menos al mismo y, de paso, hacer de más al Príncipe de este mundo que ya sabemos quién es.

Eleuterio Fernández Guzmán