18.07.13

 

“Otro que muere impune". Así titula el diario argentino Página 12 la información que publica sobre la muerte de Jorge Walter Pérez Blanco, participante en la represión de aquel país durante su dictadura, y que estaba vinculado a la Iglesia de la Unificación o “secta Moon".

Según algunos medios pertenecía al movimiento fundado por el coreano Sun Myung Moon, pero los datos ofrecidos son confusos. De hecho, en la necrológica publicada en el blog de la autodenominada Misión en la Argentina de la Iglesia Bielorrusa Eslava, un grupo cismático que no es reconocido por las Iglesias ortodoxas. En dicha crónica se le presenta como arcipreste de dicha “Misión", después de haber sido pastor luterano.

También se señala su puesto de asesor legal del Parlamento Argentino de Religiones, una peculiar institución de la que informamos más abajo, y que puede haber originado que se le vincule a la secta Moon. En las fotografías publicadas de su vida se le puede ver, por ejemplo, con un representante de la llamada “Iglesia Carismática de la Recta Doctrina".

El perfil del fallecido

Según Página 12, el represor Jorge Walter Pérez Blanco, que fue Personal Civil de Inteligencia del Destacamento 121 del Ejército, murió el 11 de julio último, en libertad, como dispuso en junio de 2009 la Cámara Federal de Rosario al dictarle la falta de mérito en la causa por la desaparición de Ariel Morandi, Susana Miranda, Hilda Cardozo y las privaciones ilegítimas de libertad y torturas a Olga Moyano, Ramón Verón, Juan Rivero y Adriana Arce. La noticia la desveló el periodista Fabián Scabuzzo en su blog ensulaberinto.com.ar, bajo el título “Murió el Astiz rosarino”, con abundante información sobre los actuales contactos del fallecido con la Secta Moon, llamada “Iglesia de la Unificación".

De hecho, la confirmación de la muerte de Pérez Blanco puede hallarse en otro blog, éste de nombre Cristópolis, asociado a la secta Moon, en el que lo recuerdan con alabanzas, y fotos alusivas a su tarea como pastor luterano. “Se presentaba como el Reverendo Jorge W. Pérez y falleció el 11 de Julio último, lucía como un curita bonachón y destacaba su pasado académico impecable ligado al estudio de la teología, pero en verdad fue un terrible personaje de la represión argentina”, escribió Scabuzzo.

Pérez Blanco trabajó en la Universidad Nacional de Rosario en la cátedra de Medicina Legal de la Facultad de Ciencias Médicas durante la dictadura y hasta 1998, cuando fue cesanteado por el inicio de un juicio académico. En 2007, la UNR le pagó una polémica indemnización de 30.000 pesos, como reveló Rosario/12 entonces.

Pérez Blanco fue apresado por orden del juez federal Marcelo Bailaque el 25 de abril de 2008, en el marco de la causa entonces llamada “Jordana Testoni", cuya primera parte se elevó a juicio oral bajo el nombre de Guerrieri, y que culminó el 15 de abril de 2010 con la condena de Pascual Guerrieri, Jorge Fariña, Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Costanzo a prisión perpetua.

Mientras tanto, en la parte de esa causa que continuaba en etapa de instrucción -y cuyo juicio oral se inicia el próximo 9 de agosto- Bailaque decidió dictarle falta de mérito a Pérez Blanco. Pese a las quejas de la querella representada por la abogada Gabriela Durruty, la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario ratificó esa decisión, en junio de 2009. Entonces, Durruty argumentó: “Debe recordarse que la autoría en estos casos se analiza a través del reparto de funciones, y por ello, no existen dudas posibles acerca de la participación de Pérez Blanco en los hechos investigados. La función como personal civil de inteligencia del ejército que cumplía en la maquinaria ilegal de represión que llevó delante el plan clandestino de represión ilegal lo ubican en un rol protagónico de cómo sucedieron los hechos”. Pese a estos argumentos, Pérez Blanco murió en libertad, y ejerciendo su tarea “pastoral".

Según relata Scabuzzo, “en los últimos años Pérez Blanco fue elegido como representante rosarino del Parlamento Argentino de Religiones, otro de los muchos disfraces con que los integrantes de la Secta Moon intentan involucrarse con instituciones y personas influyentes del país”.

El Parlamento Argentino de Religiones

Tal como informó en el año 2007 Aciprensa, Luis Santamaría del Río, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), denunció que el autoproclamado “Parlamento Argentino de Religiones” (PAR), que se presenta como plataforma de diálogo interreligioso, congrega en su seno a multitud de sectas, incluyendo grupos tan peligrosos como la autodenominada Iglesia de la Unificación o secta Moon.

“Además de otros grupos orientalistas, espiritistas y de la Nueva Era, (el PAR) reúne a movimientos cismáticos procedentes de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa, entre otras confesiones cristianas”, indicó, e informó de que el PAR instrumentaliza “en su beneficio a la jerarquía de la Iglesia Católica argentina y, sobre todo, al Papa”.

Santamaría, licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y estudioso del fenómeno sectario, advirtió que el PAR, como otros grupos, aprovecha “estas entidades, redes y proyectos para aparecer como movimientos religiosos al mismo nivel que las grandes tradiciones espirituales”.

Según Santamaría, la “vinculación especialísima del PAR con la Iglesia de la Unificación” no “es algo casual, sino orgánico y oficial”. “Además, podemos encontrarnos con otras presencias de la nueva religiosidad como la secta Brahma Kumaris, una habitual de estos foros multirreligiosos. Y encontramos multitud de grupos de impronta oriental, en torno al yoga y otras prácticas de tipo espiritual”, indicó.

También “aparece como miembro del PAR la llamada Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava de Argentina. En una de sus ceremonias, tal como testimonia la web del PAR, dan la comunión a los responsables de esta plataforma multirreligiosa, aún sin estar bautizados en su Iglesia. Una forma bastante curiosa de acoger a los no ortodoxos, excepcional en los que se dicen miembros de la Ortodoxia”.

“También puede observarse en el listado de miembros del PAR que aparecen algunos grupos cismáticos, separados de la Iglesia Católica e independientes de ella, aunque empleen denominaciones que pueden llevar a la confusión”, sostiene Santamaría.

El experto denunció entonces que “en su página web, el PAR muestra una bendición del Papa Benedicto XVI, lo que ostentan como un respaldo del Pontífice a su proyecto”, sin embargo, “si consultamos el documento, podemos observar que se trata de una carta firmada por el nuncio apostólico en Buenos Aires, Adriano Bernardini, en el que traslada en diciembre de 2006 la bendición del Obispo de Roma a la Unión de Trabajadores Cooperativistas de la República Argentina ‘Trabajo Solidario’, a la vez que les insta a seguir luchando por una sociedad más justa a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. No hay, por lo tanto, ninguna mención al PAR, en contra de la presentación de la portada de la web”.

Para Santamaría, “un objetivo claro de la actividad del PAR, y que explica el conglomerado de grupos que lo forman, es la influencia sobre los legisladores a la hora de configurar una ley de cultos más favorable para ellos en Argentina”.