19.07.13

Eppur si muove - El paradigma de la monja fantasma

A las 12:20 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Eppur si muove

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Creerse el centro del mundo, aunque el mismo sea pequeño, es una forma de demostrar que lo de la humildad no se ha entendido muy bien…

Y, ahora, el artículo de hoy.

Tengo que reconocer que, a veces, le resulta difícil a la Iglesia católica caminar, seguir adelante, con personas dentro de ella (¿aún?) como Teresa Forcades, a la sazón religiosa de su religión catalanista. También tengo que reconocer que, a medida que iba leyendo lo que hoy traigo aquí no es que aumentara en mí la indignación sino, francamente, la risa y el pensar que, en efecto, esta persona es una auténtica fantasma o Teresita la Fantástica. Y es que se nota que vive en su mundo, mirándose el ombligo (si es que le deja el hábito hacer eso) y, en fin, pensando que todo el mundo tiene el mismo grado de idiocia que ella muestra cuando habla. Es más, ni siquiera da asco lo que se lee sino más bien pena.

No se busca, con el título de este Eppur si muove ninguna intención fuera de lo común. No es que Teresa Forcades sea un ente sin cuerpo tipo fantasma sino que, para decirlo pronto, es una “persona envanecida y presuntuosa” que es una de las acepciones de la palabra “fantasma”. Y no me negarán ustedes que la cosa está algo equivocada o que es exagerada.

Veamos.

Dice, por ejemplo, esto:

“Los personalismos son un peligro real. Iremos mal si la gente, en lugar de ayudarnos a generar con nosotros este proceso, se piensa que somos sus salvadores. Por eso remarcamos que no queremos una estructura piramidal. Ni cabezas de partido. Queremos que los votantes o militantes de base de todos los partidos se impliquen. Queremos un proceso que nazca desde abajo. Porque si dentro de un año Arcadi y yo seguimos siendo las caras visibles, habremos fracasado”.

O esto:

“Los pioneros fueron los del 15M. Ellos labraron la tierra y nosotros estamos poniendo una semilla en su terreno. Por eso debemos tejer una relación cordial con ellos y la verdad es que muchos nos están dando apoyo, a través de representantes de muchas plataformas que vienen a conocernos a título personal. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca, las mareas, los iaioflautas… Nuestra fuerza debe ser la unión porque van a intentar separarnos”.

O esto otro:

“Si yo estuviera en un país con mayor justicia social, igualmente trabajaría por la independencia. En el mundo, como más pequeño y cercano sea el Gobierno mejor. Es algo que llamo globalización uniformadora porque evita el nacionalismo cerrado. Incluso apostaría por los municipios libres. Lo que se pueda decidir a nivel local que no se decida a un nivel mayor”.

¡Cuánta vanidad! y ¡cuánta presunción! en una persona, se supone, pegada al humus de la poca cosa o la humildad.

En realidad, ni en esto ni en el resto de lo que esto sea (entrevista, discurso, rollete, etc.) aparece, para nada, su condición de religiosa. Nada de nada al respecto de una serie de valores que, se supone, debería defender por pertenecer a la Iglesia católica; nada de nada sobre lo que importa la universalidad de la fe ni nada de nada de nada pero que nada. Aunque, a lo mejor, no dice nada porque defendería, por ejemplo, el aborto lo que tenga que defender como buena mundana que parece ser.

Dice, además, como título de la entrevista (o lo que sea esto; por cierto, si alguien ha traducido del catalán para publicar esto deberían hacérselo mirar porque es torpe, torpe, torpe) que le hacen en ese engendro llamado “Público” algo así como que si les meten en la cárcel que le vaya alguien a contar lo que pasa. ¡Menos lobos, Caperucita!, ¡Echa el freno, Madaleno!, ¡Para el carro!… que no será la cosa para tanto porque, al fin al cabo, esta religiosa muy sui generis es poco pollo para tanto arroz.

En verdad, en la cárcel yo no la metía pero que en su trasero benedictino sí le pegaba una imaginaria pero efectiva patada y la mandaba a su casa a meditar en la vida seglar el resto de su vida… eso sí. Vamos que sí.

Eleuterio Fernández Guzmán