20.07.13

 

Cuando el pasado 13 de marzo supimos que el nuevo Papa sería Jorge Mario Bergoglio, algunos creyeron que su pontificado supondría el fin para una parte importante de la Iglesia. Un día después, un periodista escribió lo siguiente:

El papa no hace la Iglesia. No es infalible, ni eterno, ni todopoderoso. Pero sí es un icono imprescindible en esta sociedad tan acostumbrada a los mitos, a las personas, a los gestos. Hay una Iglesia que tiembla. La que se había autoproclamado única detentadora de la Verdad Revelada, los únicos adalides de la tan cacareada “nueva evangelización”. Kikos, Opus, Comunión y Liberación (qué derrota la de Angelo Scola), por no hablar de los lefebvrianos, se retiran en silencio a sus cuarteles de invierno. No tardarán en regresar para reconquistar “su” Iglesia. Que no es la de Cristo.

Aparte de la chorrada cósmica de incluir a los lefebvrianos en un ese grupo, es claro por dónde iban los tiros. Más de cuatro meses después, el director del portal religioso donde presta sus servicios dicho periodista, ha escrito esto:

Un signo de confianza papal extraordinario. Primero en la persona. El Padre Vallejo, miembro del Opus Dei, ya era secretario de la Prefectura, pero, ahora, con este nombramiento es una de las “estrellas” del nuevo pontificado. Le espera la mitra y, quizás, el capelo. Y si arregla los pecados económicos de la Curia, bien merecido se lo tendrá.

Y un nuevo espaldarazo a la Obra. Francisco ya había nombrado a otros español, monseñor Arrieta, como secretario y moderador de la comisión encargada de reformar el IOR. Y, ahora, hace lo propio con Lucio Ángel. Gestos inequívocos de que el Papa pone toda su confianza económica en el Opus Dei. Dicen que la Prelatura ya salvó al Vaticano de la quiebra en época del Papa Wojtyla. ¿Se repite la historia? ¿Pedirá algo a cambio?

No sé como lo ven ustedes, pero sospecho que algo no encaja. En realidad pienso que el Papa elige a quien cree más adecuado independientemente de su adscripción eclesial, pero si hay algo que ya empieza a estar claro es que no se están dando la profetizada retirada a los cuarteles de invierno. Es más, me pregunto qué ha hecho o dicho el Papa en estos meses que pueda interpretarse como algo radicalmente contrario a lo que representan los que aparecían descritos en las palabras de la primera cita.

El Opus Dei ve como Mons. Álvaro del Portillo llega a los altares -conviene recordar que los beatos y los santos son para TODA la Iglesia- y ahora algunos de sus hombres ocupan puestos claves en los nombramientos que el Papa está llevando a cabo para emprender las reformas que necesita la Santa Sede. Así son las cosas.

Luis Fernando Pérez Bustamante