IGLESIA EN ESPAÑA

“Los mártires de Tarragona son personas de nuestro tiempo, gente común pero con viva conciencia cristiana”


 

Tarragona será la sede, el próximo 13 de octubre, de la beatificación de más de medio millar de mártires españoles del siglo XX. Mª Encarnación González, ha sido la responsable de coordinar esta enorme evento. En esta entrevista concedida a Agencia SIC, la Directora de la Oficina para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Española, destaca la importancia de este evento para la vida eclesial española.

Se trata de la mayor beatificación en España ya que, tras la última aprobación del Papa, los próximos beatos superan el medio millar. ¿Cuáles son las diócesis con mayor número de mártires?

En efecto, ha resultado ser la mayor beatificación de mártires del siglo XX en España realizada hasta ahora, pues se decidió beatificar conjuntamente a los mártires de las Causas cuya Ponencia (Positio) fue presentada en la Congregación de las Causas de los Santos de Roma entre 1997 y 2002.

En principio el número era algo más elevado, pero han quedado 522. Las diócesis que más mártires tienen son: Tarragona con 147; Madrid, 106; Lleida sola o con otras diócesis, 95, y Barcelona, sola o con otras, 55. Luego ya desciende el número a 18, como es el caso de Barbastro, o menos.

 ¿Cómo se lleva a cabo una Causa?

Una Causa siempre parte del pueblo de Dios que reconoce el martirio o la santidad de vida en determinada persona o personas. Presentan la propuesta de incoar la Causa al obispo donde han muertos el siervo o los siervos de Dios y este, si lo considera oportuno, instruye la Causa. En la primera fase, diocesana, se recogen las pruebas. Para recoger la prueba documental —todos los documentos relacionados con la Causa— el obispo nombra una Comisión Histórica, formada por historiadores, y para recoger la prueba testifical —interrogar a los testigos— nombra una Comisión Delegada, que actúa a modo de tribunal. Recogidas las pruebas, se revisan y se cierran las Actas, y se envían dos copias a Roma. Allí revisan si se ha procedido correctamente, en cuyo caso se obtiene el Decreto de Validez.

Si es así, se redacta la Ponencia (Positio) que consta de una Informatio, o presentación y defensa de la Causa, una biografía documentada del siervo o los siervos de Dios, el Sumario de las declaraciones de los testigos y una selección de la documentación. Esta Ponencia es estudiada en primer lugar por los teólogos, que dan su parecer individualmente y en el Congreso Peculiar de Consultores Teólogos, y después por los cardenales y obispos miembros de la Congregación, que también la estudian por separado y juntos en la llamada Congregación Ordinaria. Si en todos los casos se ha obtenido un parecer afirmativo, el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos lo presenta al Papa y este autoriza a que se publique el Decreto.

En el caso de los mártires, ya se puede proceder a la beatificación y en de la vida santa se requiere la comprobación de un milagro. Para la canonización, en ambos casos hace falta un milagro.

¿Cuál es la agenda prevista para estos días? ¿Quiénes serán los encargados de oficiar la Misa de Beatificación?

Está previsto que presida la celebración el Papa el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos de Roma. La beatificación es un acto pontificio, pero actúa él como representante del Papa.

Concelebrarán con el cardenal prefecto los cardenales, obispos y sacerdotes presentes que deseen hacerlo. Todavía no conocemos el número exacto.

¿Cuántas personas se espera que acudan a esta celebración?

Por el momento, es imposible saberlo. Ya se han apuntando varios miles de personas, pero será en el mes de septiembre, más cerca de la celebración, cuando nos haremos idea más exacta del número.

En contra de lo que pueda parecer, el siglo XX ha sido un siglo prolijo en martirios a causa de la Fe, ¿Cómo se hace vida el ejemplo de estos mártires para un cristiano del siglo XXI? ¿Existe actualmente este tipo de martirios para los cristianos?

Sí, el siglo de la democracia y de la libertad, paradójicamente ha sido también el siglo del martirio, del terror. No ha existido momento de la historia eclesial en que, en una o en otra parte del mundo, la sangre de sus mártires no haya manifestado el testimonio de su adhesión a Cristo y confirmado la fe de los creyentes, pero el siglo XX, como lo está siendo el XXI, han vuelto los mártires.

El Papa Juan Pablo II tuvo la audacia de llamar la atención sobre este hecho respecto al siglo XX, y manifestó su deseo de que nunca se perdiera en la Iglesia la memoria de los mártires recientes, que han sido muchísimos. También el siglo XXI, como escuchamos o leemos en la noticias todos los días, está siendo siglo de mártires. Estudios recientes sobre este tema con el Informe sobre libertad religiosa en el mundo 2012, elaborado por la Fundación “Ayuda a la Iglesia Necesitada”, son escalofriantes.

La sede de Tarragona ha sido escogida por ser la primera en la que se tiene constancia de martirio en España ¿Es España una “tierra de mártires’’?

España ha sido “tierra mártires” desde los primeros momentos del cristianismo hispano. Con frecuencia se mezcla la historia y la leyenda, pero no cabe duda de que la sangre de los mártires de los primeros siglos ha fecundado el cristianismo hispano. En Tarragona tenemos constancia arqueológica y documental cierta del martirio del obispo Fructuoso y de sus diáconos Augurio y Eulogio, el 21 de enero del año 259.

Impresiona mucho la Passio Fructuosi,  que narra el martirio de los tres santos. En este día, cada año se lee la Passio en lugar en que ocurrieron los hechos y es muy impresionante. Es una experiencia única.    

La beatificación tiene como marco el Año de la Fe, ¿el ejemplo de estos mártires es una llamada a la firmeza da nuestra Fe a pesar de las dificultades actuales, que, si bien no matan la vida física quieren “matar” la vida de Dios en el hombre?

Sí, el ejemplo de los mártires es un aldabonazo a nuestra conciencia cristiana, a nuestra vida de fe, que a veces hemos dejado ir apagándose, o tenemos en letargo, bien por las dificultades actuales para expresarla o porque nos estamos dejando seducir por cantos de sirena que nos tienen entretenidos.

Hay que tener la valentía de mirar a los mártires y de dejarnos interpelar por su testimonio de amor, de fe y de perdón. Porque no son los legendarios héroes de tiempos lejanos; son mis familiares, mis vecinos, el que fue cura de mi pueblo; los frailes o monjas de los colegios donde estudiaron mis antepasados recientes…En todo caso, personas de nuestro tiempo, gente común pero con viva conciencia cristiana que, ante la disyuntiva de abandonar la fe o seguir a Jesucristo, prefirieron renunciar a un valor grande, como es la vida, por otro mayor como es el amor y la fidelidad al que murió por nosotros.

A veces pensamos en el martirio como algo propio o incluso exclusivo de personas excepcionales, sin embargo, entre los próximos beatos encontramos a consagrados, laicos,… ¿Representa esta diversidad la entrega cristiana en todos los estados? 

La gran mayoría de los que serán beatificados en octubre pertenecen a órdenes o congregaciones religiosas. También hay un centenar de sacerdotes diocesanos, tres de ellos obispos. Esta vez los laicos son pocos, solo 7, dos mujeres y cinco hombres. Pero esta proporción no es una muestra de lo que fue el martirio del siglo XX en España. Lo que sucede es que es más fácil tener contabilizar a los religiosos y los clérigos mártires, porque cada diócesis o familia espiritual tiene la lista de sus propios miembros, que saber el número de laicos que dieron su vida en defensa de su fe. No obstante, la Acción Católica, o la Adoración Nocturna, o la Confederación Católica Agraria, cuentan con miles de mártires entre sus miembros.

Los datos de las diócesis sobre los mártires laicos son imprecisos, pero los números resultan muy elevados. Por ejemplo: una dice que “pasan de los 1100; la casi totalidad fueron asesinados por sus ideas religiosas”, y otra:No se sabe el número exacto; aproximadamente fueron unos 12.000. De estos, un 70% lo fueron por sus ideas religiosas”. Fue todo el pueblo de Dios, desde el último fiel hasta los obispos, quienes en una terrible circunstancia persecutoria supieron dar, entregando su vida en martirio, verdadero testimonio de su fe. Muchos miles de inocentes, de todos los estados de vida, fueron violentados, torturados y matados…; y en ellos triunfó el amor, y supieron perdonar a sus perseguidores, mirando a la pasión de Cristo como estímulo y modelo. Esto constituye una interpelación para nosotros, y lo será más en la medida en que tengamos mayor conocimiento de los hechos y datos reales.

Más allá de esta beatificación numerosa, ¿existen muchas diócesis españolas trabajando en causas de beatificación? ¿Qué importancia tiene para la Iglesia en España este evento?

Hay muchas Causas de mártires en las que se continúa trabajando y, sin duda, se iniciarán más. Pero aunque las Causas contribuyen a ello, falta aún mucha investigación histórica por hacer hasta que conozcamos el verdadero alcance de la persecución religiosa del siglo XX en España. Es una tarea ardua, pero apasionante y necesaria. Porque el mártir no es un kamikaze, ni un caído en una guerra, ni un suicida, ni un provocador; es un hombre o una mujer que cree en Jesucristo, es un enamorado de él que trabaja por la paz, por la Iglesia, y que no se deja intimidar; que mira al Crucificado y que, en la identificación con Él, encuentra la fuerza para asumir el martirio y para perdonar a quienes les están arrancando la vida.

Esta Beatificación del Año de la Fe, además de exaltar a 522 mártires, tiene el hondo significado de recordar y de hacernos presentes a todos los que, conocidos o no, dieron testimonio de su fe en las mismas circunstancias. La Iglesia que peregrina en España fue desde los comienzos, y lo ha sido recientemente con números muy elevados, Iglesia de mártires. Una preciosa herencia que genera entusiasmo, hondura, reciedumbre y vigor de cara a la nueva evangelización.

 

Mª José Atienza/Agencia SIC