ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 28 de julio de 2013

LA FRASE DEL DOMINGO 28 DE JULIO

"Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: el diálogo" (Papa Francisco)

 


Jornada Mundial de la Juventud Río 2013

Papa Francisco: "nos vemos en el 2016 en Cracovia"
En la misa de clausura el papa anuncia que la tierra del beato Juan Pablo II acogerá la próxima JMJ

Jóvenes: no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio
Homilía del santo padre en la misa de clausura de la JMJ

María nos enseña con su vida qué significa ser discípulo misionero
Palabras del papa en la oración del Ángelus en Copacabana

Cada uno de nosotros somos el campo de la fe de Dios
Durante la vigilia el papa anima a los jóvenes a ser protagonistas de la historia

"¡Cristo promete mucho más que una Copa del mundo!"
El papa Francisco en la vigilia de la JMJ da las claves de una vida cristiana: Oración, sacramentos y ayuda a los demás

El papa Francisco: ¿somos aún una Iglesia capaz de inflamar el corazón?
Profundo análisis del papa sobre la vida y misión de la Iglesia

El papa en el Ángelus: "Lleven la alegría de Cristo a sus familiares, compañeros y amigos"
Presentó a María como modelo de discípula y misionera

La JMJ, uno de los grandes frutos de Juan Pablo II
Palabras del cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia. Ya está en línea la web oficial.

Primeras reacciones desde Polonia al anuncio de Francisco
El papa invitó a los jóvenes el 2016 a la JMJ en Cracovia

El papa Francisco

El papa en Radio Catedral: familia necesaria para la supervivencia de la humanidad
Palabras del santo padre en una radio brasileña

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Pedro Poveda Castroverde
«Sacerdote y fundador, mártir de la guerra civil española. Gran humanista y pedagogo, alentó a la mujer en la enseñanza previendo el influjo que ella ejercería en la sociedad»


Jornada Mundial de la Juventud Río 2013


Papa Francisco: "nos vemos en el 2016 en Cracovia"
En la misa de clausura el papa anuncia que la tierra del beato Juan Pablo II acogerá la próxima JMJ

Por Rocío Lancho García

ROMA, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - Esta mañana la playa de Copacabana se ha convertido en "papacabana" como ya muchos la están llamando. El santo padre ha presidido la misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, en la que han concelebrado con el papa 60 cardenales, 1.5000 obispos y 11.000 sacerdotes. Se calcula que unos 3 millones de personas han asistido a la misa de clausura.  También han estado presentes la presidente de Brasil, Dilma Russeff, Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina y Evo Morales, presidente de Bolivia y otros mandatarios.

En su última homilía en Río de Janeiro, a los casi tres millones de personas presentes, el santo padre ha dado tres claves sobre lo que hoy "nos dice el Señor": vayan, sin miedo, para servir.

Sobre la experiencia vivida estos días el papa Francisco les ha aconsejado que "no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia". Ha explicado además que compartir esta experiencia de fe es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, "es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor". Y en este envío, ha añadido el papa, "nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor". Así mismo ha recordado que este mandado es para todos, "no es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores" y hay que llevar a Cristo a "cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales".  Y hablando en particular a la Iglesia de América Latina les ha exhortado: "ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza".

Ha pasado así al segundo punto de su homilía "sin miedo".  Como el joven Jeremías, ha recordado el papa, "Dios dice: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» Él está con nosotros". Por eso, ha insistido, en el la misión del anuncio "Jesús no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre". Otra de las claves sobre el envío que ha dado el papa: "Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos",  y ha invitado a los jóvenes a "sentir la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos".  Por su parte a los sacerdotes les ha exhortado a seguir acompañando a los jóvenes "con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos".

En el último punto de la reflexión en la homilía del santo padre ha señalado que "la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio". Y añade: "evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.

Para finalizar, Francisco ha animado a los jóvenes a que "cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio". Recordando que no están solos en esta misión les ha dicho que "Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes".

Durante el ofertorio el papa ha acogido a una niña muy pequeña que nació sin cerebro y que aún vive, cuando normalmente estos niños fallecen inmediatamente. El portavoz del Vaticano informó que los padres de la niña asistieron a la misa que el sábado el papa celebró en la catedral de Río y se la presentaron al papa y éste pidió que la llevaran al ofertorio, en señal de ofrenda a Dios por su vida.

Después de la comunión el papa ha entregado a cinco parejas de jóvenes, una de cada continente, una cruz misionera con la forma del Cristo del Corcovado con el símbolo de la JMJ.

A continuación unas últimas palabras del papa para introducir la oración mariana del Ángelus y para anunciar el destino de la próxima JMJ: "nos vemos en el 2016, en Cracovia, Polonia".

Tras la bendición final las canciones, los bailes, los coros de "esta es la juventud del papa" han seguido sonando y las banderas han seguido ondeando en la playa de Copacabana. La gran multitud de jóvenes ha seguido celebrando en el último acto de la JMJ Río 2013.  Y un grupo de peregrinos polacos han subido al escenario para celebrar que la Cruz de los jóvenes se dirige ahora a la tierra natal del beato papa Juan Pablo II.

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Jóvenes: no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio
Homilía del santo padre en la misa de clausura de la JMJ

Por Francisco papa

RíO DE JANEIRO, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha celebrado hoy a las 10.00 de esta mañana la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, en la playa de Copacabana.

Publicamos a continuación las palabras que el papa ha pronunciado en la homilía.

Queridos hermanos y hermanas,
queridos jóvenes

«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.

1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).

Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo vayan, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo él, él ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a personas libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.

¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.

En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. ¡Éste es el camino que ha de ser recorrido por ustedes!

2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, escuchamos en la lectura recién, cuando fue llamado por Dios para ser profeta: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios les dice a ustedes lo que le dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.

«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca deja solo a nadie. Nos acompaña siempre.

Además, Jesús no dijo: «Andá», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles para que vivan aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo esta eucaristía: han venido a acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Seguro que les ha rejuvenecido a todos. El joven contagia juventud. Pero es sólo una etapa en el camino. Por favor, sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos. Y aquí quiero agradecer de corazón a los grupos de pastoral juvenil, a los movimientos y nuevas comunidades que acompañan a los jóvenes en su experiencia de ser Iglesia, tan creativos y tan audaces. ¡Sigan adelante y no tengan miedo!

3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás, la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.

San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.

Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir. Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Queridos jóvenes: Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, los acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.

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Marí­a nos enseña con su vida qué significa ser discí­pulo misionero
Palabras del papa en la oración del Ángelus en Copacabana

Por Francisco papa

RíO DE JANEIRO, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - Al finalizar la misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, el santo padre Francisco ha guiado la oración del Ángelus con los jóvenes y peregrinos presentes en Copacabana.

Antes de rezar la oración mariana, el papa ha anunciado que la próxima edición internacional de la JMJ será en 2016, en Cracovia, Polonia.

Estas son las palabras que el papa Francisco ha dirigido a los presentes antes de rezar el Ángelus.

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Queridos hermanos y hermanas,

Al final de esta celebración eucarística, con la que hemos elevado a Dios nuestro canto de alabanza y gratitud por cada gracia recibida durante esta Jornada Mundial de la Juventud, quisiera agradecer de nuevo a monseñor Orani Tempesta y al cardenal Rylko las palabras que me han dirigido. Les agradezco también a ustedes, queridos jóvenes, todas las alegrías que me han dado en estos días. ¡Gracias! Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón. Ahora dirigimos nuestra mirada a la Madre del cielo, la Virgen María. En estos días, Jesús les ha repetido con insistencia la invitación a ser sus discípulos misioneros; han escuchado la voz del Buen Pastor que les ha llamado por su nombre y han reconocido la voz que les llamaba (cf. Jn 10,4). ¿No es verdad que, en esta voz que ha resonado en sus corazones, han sentido la ternura del amor de Dios? ¿Han percibido la belleza de seguir a Cristo, juntos, en la Iglesia? ¿Han comprendido mejor que el evangelio es la respuesta al deseo de una vida todavía más plena? (cf. Jn 10,10).

La Virgen Inmaculada intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de sus hijos. Que María nos enseñe con su vida qué significa ser discípulo misionero. Cada vez que rezamos el Ángelus, recordamos el evento que ha cambiado para siempre la historia de los hombres. Cuando el ángel Gabriel anunció a María que iba a ser la Madre de Jesús, del Salvador, ella, aun sin comprender del todo el significado de aquella llamada, se fió de Dios y respondió: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Pero, ¿qué hizo inmediatamente después? Después de recibir la gracia de ser la Madre del Verbo encarnado, no se quedó con aquel regalo; se sintió responsable y marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda (cf. Lc 1,38-39); realizó un gesto de amor, de caridad y de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno. Y este gesto lo hizo diligentemente.

Queridos amigos, éste es nuestro modelo. La que ha recibido el don más precioso de parte de Dios, como primer gesto de respuesta se pone en camino para servir y llevar a Jesús. Pidamos a la Virgen que nos ayude también a nosotros a llevar la alegría de Cristo a nuestros familiares, compañeros, amigos, a todos. No tengan nunca miedo de ser generosos con Cristo. ¡Vale la pena! Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que todos los hombres y mujeres encuentren al Señor.

Queridos jóvenes, tenemos una cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2016, en Cracovia, Polonia. Pidamos, por la intercesión materna de María, la luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva etapa de gozosa celebración de la fe y del amor de Cristo.

Ahora recemos juntos…
 

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Cada uno de nosotros somos el campo de la fe de Dios
Durante la vigilia el papa anima a los jóvenes a ser protagonistas de la historia

Por Francisco papa

RíO DE JANEIRO, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - En la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud, en la playa de Copacabana, el santo padre se dirigió a los presentes con las siguientes palabras:

Queridos jóvenes

Hemos recordado hace poco la historia de San Francisco de Asís. Ante el crucifijo oye la voz de Jesús, que le dice: «Ve, Francisco, y repara mi casa». Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: reparar su casa. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia; se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo.

También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. Queridos jóvenes, el Señor los necesita.  También hoy llama a cada uno de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros. Queridos jóvenes, el Señor hoy los llama, no al montón, a vos, a vos, a vos, a vos, a cada uno. Escuchen en el corazón que les dice.  Pienso que podemos aprender algo de lo que pasó en estos días. Como tuvimos que cancelar por el mal tiempo la realización de esta vigilia en el Campus Fidei en Guaratiba. ¿No estaría el Señor queriendo decirnos que el verdadero campo de la fe, el verdadero Campus Fidei no es lugar geográfico sino que somos nosotros? Sí es verdad, cada uno de nosotros, cada uno de ustedes, yo, todos. Y ser discípulo misionero significa saber que somos el campo de la fe de Dios. Por eso, a partir de la imagen del campo de fe pensé en tres imágenes que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo misionero. La primera imagen el campo como lugar donde se siembra, la segunda el campo como lugar de entrenamiento y la tercera el campo como obra de construcción.

1. El campo como lugar donde se siembra. Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). Hoy, todos los días, pero hoy de manera especial, Jesús siembra. Cuando aceptamos la palabra de Dios entonces somos el campo de la fe. Por favor, dejen que Cristo y su palabra entren en su vida. Dejen entrar la simiente de la palabra de Dios, dejen que germine, dejen que crezca. Dios hace todo, pero ustedes déjenlo hacer, dejen que Él trabaje en ese crecimiento.

Jesús nos dice que las simientes que cayeron al borde del camino, o entre las piedras y en medio de espinas, no dieron fruto.  Creo que con honestidad podemos hacernos la pregunta ¿Qué clase de terreno somos, que clase de terreno queremos ser? Quizás a veces somos como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en la vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos. Yo les pregunto, pero no contesten ahora, cada uno contesta en su corazón. ¿Yo soy un joven, una joven atontado?  ¿O somos como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes ante las dificultades, no tenemos el valor de ir contracorriente? Cada uno contestamos en nuestro corazón ¿tengo valor o soy cobarde?  ¿O somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor? (cf. Mt 13,18-22). ¿Tengo en mi corazón la costumbre de jugar a dos puntas y quedar bien con Dios y quedar bien con el diablo? ¿Quieres recibir la semilla de Jesús y a la vez regar las espinas y los yuyos que nacen en mi corazón? Cada uno en silencio se contesta.  Hoy, sin embargo yo estoy seguro de que la simiente puede caer en buena tierra. ¡Escuchamos estos testimonios, como la simiente cayó en buena tierra! No padre, yo no soy buena tierra, soy una calamidad, estoy lleno de piedras de espinas y de todo. Sí puede que eso esté ahí arriba pero haz un pedacito, un cachito de buena tierra y deja que caiga allí y vas a ver cómo germina. Yo sé que ustedes quieren ser buena tierra, cristianos en serio, no cristiano a medio tiempo, no cristianos «almidonados», con la nariz así que parecen cristianos  y en el fondo no hacen nada, no cristianos de fachada. Esos cristianos que son pura facha, sino cristianos auténticos. Sé que ustedes no quieren vivir en la ilusión de una libertad chirle, que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido. ¿Es así o me equivoco? ¿Es así? Bueno si es así hagamos una cosa todos en silencio, miremos el corazón y cada uno dígale a Jesús que quiere recibir la semilla, dígale a Jesús; mira Jesús las piedras que hay, mira las espinas, mira los yuyos, pero mira este cachito de tierra que te ofrezco para que entre la semilla. En silencio dejamos entrar la semilla de Jesús. Acuérdense de este momento, cada uno sabe el nombre de la semilla que entró, déjenla crecer y Dios la va a cuidar.   

2. El campo además de ser lugar de siembra es lugar de entrenamiento. Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo». La mayoría de ustedes les gusta el deporte. Y aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión nacional. ¿Sí o no? Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Tiene entrenarse y entrenarse mucho. Así es en nuestra vida de discípulos del Señor. San Pablo escribiendo a los cristianos nos dice: «Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible» (1 Co 9,25). ¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo, algo más grande que la Copa del Mundo!  Jesús nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda,  una vida feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna. Es lo que nos ofrece Jesús. Pero nos pide que  paguemos la entrada, y la entrada es que nos entrenemos para «estar en forma», para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. A través del diálogo con él: la oración. Padre, ¿ahora no nos va a hacer rezar a todos no? Les pregunto, pero contestan en su corazón, no en voz alta, en silencio. ¿Yo rezo?, cada uno se contesta. ¿Yo hablo con Jesús?  ¿O le tengo miedo al silencio? ¿Dejo que el Espíritu Santo hable en mi corazón? Yo le pregunto a Jesús, ¿que quieres que haga? ¿qué quieres de mi vida? Esto es entrenarse, pregúntele a Jesús, hablen con Jesús. Y si cometen un error en la vida, si se pegan un resbalón, si hacen algo que está mal, ¡no tengan miedo!  Jesús mira lo que hice, ¿qué tengo que hacer ahora? Pero siempre hablen con Jesús, en las buenas y en las malas. Cuando hacen una cosa buena y cuando hacen una cosa mala.  No le tengan miedo y con eso se van entrenando en el diálogo con Jesús en este discipulado misionero.  Y también a través de los sacramentos, que hacen crecer en nosotros su presencia. A través del amor fraterno, del saber escuchar, comprender, perdonar, acoger, ayudar a los otros, a todos, sin excluir y sin marginar. Estos son los entrenamientos para seguir a Jesús: la oración,  los sacramentos y la ayuda a los demás, el servicio a los demás. ¡Lo repetimos juntos todos! Oración, sacramentos y ayuda a los demás. No se oyó bien, otra vez.

Y tercero  El campo como obra en construcción.  Acá estamos viendo como se ha construido esto aquí. Se empezaron a mover los muchachos, las chicas, movieron y construyeron una iglesia.  Cuando nuestro corazón es una tierra buena que recibe la Palabra de Dios, cuando «se suda la camiseta», tratando de vivir como cristianos, experimentamos algo grande: nunca estamos solos, formamos parte de una familia de hermanos que recorren el mismo camino: somos parte de la Iglesia. Estos muchachos, estas chicas no estaban solos, en conjunto hicieron un camino y construyeron la iglesia, en conjunto hicieron lo de san Francisco, construir y reparar la iglesia. Les pregunto, ¿quieren construir la Iglesia? ¿Se animan? ¿Y mañana se van a olvidar de este sí que dijeron? ¡Así me gusta! Somos parte de la Iglesia, más aún, nos convertimos en constructores de la Iglesia y protagonistas de la historia. Chicos y chicas,  por favor, no se metan en la cola de la historia, ¡sean protagonistas!  Jueguen para adelante, pateen adelante, construyan  un mundo mejor, un mundo de hermanos, un mundo de justicia, de amor,  de paz de fraternidad, de solidaridad. Jueguen  adelante siempre.  San Pedro nos dice que somos piedras vivas que forman una casa espiritual (cf. 1 P 2,5). Y mirando este palco, vemos que tiene forma de una iglesia construida con piedras vivas. En la Iglesia de Jesús, las piedras vivas somos nosotros y Jesús nos pide que edifiquemos su Iglesia. Cada uno de nosotros es una piedra viva,  un pedacito de la construcción y si falta ese pedacito cuando viene la lluvia entra la gotera y se mete el agua dentro de la casa. Cada pedacito vivo tiene que cuidar la unidad y la seguridad de la Iglesia. Y no construir una pequeña capilla donde sólo cabe un grupito de personas. Jesús nos pide que su Iglesia sea tan grande que pueda alojar a toda la humanidad, que sea la casa de todos. Jesús me dice a mí, a vos, a cada uno: «Vayan, y hagan discípulos a todas las naciones». Esta tarde, respondámosle: Sí Señor, también yo quiero ser una piedra viva; juntos queremos construir la Iglesia de Jesús. Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo. ¿Se animan a repetirlo? Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo. ¡A ver ahora! Esto lo van a pensar ¿eh? Esto que dijeron juntos. Tu corazón joven quiere construir un mundo mejor. Sigo las noticias del mundo y veo que tantos jóvenes que, en muchas partes del mundo, han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Los jóvenes en la calle, son jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Por favor, no dejen que otros sean los protagonistas del cambio, ustedes son los que tienen el futuro. Ustedes, por ustedes, entra el futuro en el mundo. A ustedes les pido que también sean protagonistas de este cambio. Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diversas partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro, que se metan en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor, no balconeen  la vida, métanse en ella. Jesús no se quedó en el balcón, se metió. No balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús.  Sin embargo, queda la pregunta: ¿Por dónde empezamos? ¿A quién le pedimos que empiece esto? ¿Por dónde empezamos?  Una vez le preguntaron a la Madre Teresa qué era lo que había que cambiar en la Iglesia, para empezar, ¿por qué pared de la Iglesia empezamos? ¿Por dónde le dijeron, madre, hay que empezar? Por vos y por mí, contestó ella. Tenía garra esta mujer, sabía por donde había que empezar. Hoy también le robo la palabra a la Madre Teresa y te digo ¿empezamos? ¿por dónde? Por vos y por mí. Cada uno en silencio otra vez, pregúntese si tengo que empezar por mí, por dónde empiezo. Cada uno abra su corazón para que Jesús le diga por dónde empiezo.  

Queridos amigos, no se olviden: ustedes son el campo de la fe. Ustedes son los atletas de Cristo. Ustedes son los constructores de una Iglesia más hermosa y de un mundo mejor. Levantemos nuestros ojos hacia la Virgen. Ella nos ayuda a seguir a Jesús, nos da ejemplo con su «sí» a Dios: «Aquí está la esclava del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho» (Lc 1,38). Se lo digamos también nosotros a Dios, junto con María: Hágase en mí según tu palabra. Que así sea.

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"¡Cristo promete mucho más que una Copa del mundo!"
El papa Francisco en la vigilia de la JMJ da las claves de una vida cristiana: Oración, sacramentos y ayuda a los demás

Por Alfonso M. Bruno

RíO DE JANEIRO, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - En la tarde del sábado, pocas instrucciones al jefe de seguridad después del aterrizaje en el Fuerte de Copacabana y papa Francisco ya expresaba su deseo de bendecir, saludar y tocar a sus fieles.

En los cuatro kilómetros de la Vía Atlántica que lo tenían que conducir al escenario, besa a cuatro niño, baja al menos tres veces del jeep para saludar enfermos, recibe el regalo del solideo blanco, recibe un sombrero mexicano, coge al vuelo bufandas y banderas que guarda en el coche que se llena de calor de todos lo pueblos, también si el papa es argentino y lo demuestra besando una gran bandera de su país mientras la levantaba el viento.

La fe de los jóvenes ha sido más fuerte que la lluvia en estos días y el amor al papa ha hecho ya olvidar la larga espera  en la playa para encontrar un sitio para la vigilia de la JMJ.

Este siempre es un momento bello y sugerente, el más fuerte junto a la santa misa, el que quizá contiene el mensaje más completo del evento.

Artistas y testimonios han colmado el vacío de tiempo antes de la llegada del papa por lo que la jornada se ha llenado plenamente solo con su presencia.

Marcelo Rossi, Fabio De Melo, Alcione, son solo algunos de los nombres de lo que evangelizaron con el canto. Entre todos ha impresionado en el escenario Toni Melendez, no tiene brazos y toca "con los pies" y alaba al Señor como un ruiseñor de la alegría que contamina.

Entre los testimonios el de un drogadicto que acabó robando y vendiendo droga para poder conseguir algo de dinero y  gracias a una amiga cristiana fue conquistado por la cruz; el del joven sacerdote carioca misionero entre los indios del Mato Grosso y finalmente el del joven treintañero devoto de la beata Elena Guerra que golpeado durante un intento de robo, ha hecho de la silla de ruedas en la que ha acabado, ¡su cruz gloriosa!

"Pidamos al papa consagrar la humanidad al Espíritu Santo y a la Virgen de Fátima", propuso el joven lleno de entusiasmo que ha dicho: "¡para mí vivir es Cristo!". Mientras el papa escuchaba los testimonios con gran atención y en muchos momentos se le podía ver en profunda oración.

Después de escuchar estas experiencias de vida, unos jóvenes vestidos de franciscanos entonaron el cántico de las criaturas y hablaron de la inspiración de san Francisco mientras otros grupo de jóvenes construía una iglesia con pedazos de madera.

Por eso el papa comenzó su discurso diciendo: "Queridos jóvenes mirando a vosotros me viene a la mente la historia de san Francisco. Delante del crucifijo escucha 've y repara mi casa'. Con prontitud y generosidad responde, pero entiende pronto que no tienen que ser un albañil, sino que debe poner su vida al servicio de la Iglesia".

El hecho de no haber podido vivir la vigilia y la misa en el Campus Fidei debido a la lluvia que ha hecho estropeado el terreno revela quizá que el "campo de la fe" son los jóvenes mismos, ha dicho el papa, piedras vivas de la Iglesia sobre las que cuenta el Señor.

En realidad también hoy el Señor llama a los jóvenes a cooperar al obra de salvación. A este propósito, con el esquema habitual de homilía ignaciano,  el papa Francisco propuso tres imágenes: el campo como lugar donde se siembra, el campo como lugar de entrenamiento, el campo como obra de construcción.

Apoyándose en la parábola del sembrador y la pregunta planteada lanzada a los jóvenes a preguntarse de qué tipo es su terreno donde la semilla caiga y de fruto.

Condenando el pesimismo y el desanimo, el padre Francisco continuó después diciendo que en el corazón de cada joven hay fértil de tierra.

Pero el papa advirtió sobre los cristianos a medio tiempo o de fachada. "¡Sed auténticos!", pidió a los jóvenes seguido de un fuerte aplauso.

En un simpático recurso retórico el papa Francisco tocó después un punto sensible a los jóvenes de Brasil y no sólo a ellos cuando utilizó la analogía de la Copa del Mundo diciendo que "¡Cristo promete más!".

No hay éxito en la experiencia humana sin entrenamiento, sin compromiso y sacrificio, añadió el papa, diciendo que es necesario "sudar la camiseta".

Entrenarse en el espíritu significa orar y dialogar con Jesús, tanto como cuando va bien, como cuando "todo va mal".

El papa animó a los jóvenes a ir adelante siempre, ¡adelante! Les invitó además a ser "protagonistas de la historia", "no quedarse a la cola".

Es necesario construir un espacio gran de en el propio corazón para no encontrarse con una iglesia pequeña como una cabaña.

Sobre cómo cambiar las cosas que no van bien en este mundo, el papa Francisco ha citado a la Madre Teresa Cuando  le preguntaron qué era lo que debía cambiar en la Iglesia, respondió: "Tú y yo".

Finalmente recordó a los jóvenes llenándoles de ánimo: "ustedes son el campo de la fe. Ustedes son los atletas de Cristo. Ustedes son los constructores de una Iglesia más hermosa y de un mundo mejor".

Toda la euforia, los cánticos y los aplausos fueron desapareciendo ante la presencia del Santísimo Sacramento. Los tres millones de fieles, según el cálculo de la organización, quedaron en un imponente silencio para la adoración eucarística.

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El papa Francisco: ¿somos aún una Iglesia capaz de inflamar el corazón?
Profundo análisis del papa sobre la vida y misión de la Iglesia

Por Rocío Lancho García

ROMA, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - "Prefiero hablarles en español, para poder expresar mejor lo que llevo en el corazón", dijo ayer el santo padre al episcopado brasileño en el encuentro que tuvo con ellos. Y "de corazón a corazón" pronunció el discurso más largo y estructurado de su pontificado.

El santo padre realizó un profundo análisis sobre la Iglesia, su situación actual, sus retos y en concreto en la Iglesia en Brasil.

En primer lugar habló de Aparecida como un clave de lectura para la misión de la Iglesia, "una lección de esa humildad que pertenece a Dios como un rasgo esencial, está en el adn de Dios. En Aparecida hay algo perenne que aprender sobre Dios y sobre la Iglesia; una enseñanza que ni la Iglesia en Brasil, ni Brasil mismo deben olvidar", advirtió el papa. Y añadió que "siempre se pone a prueba la paciencia de los que le esperan. Y Dios llegó de un modo nuevo, porque siempre puede reinventarse". Tomando el ejemplo de los pescadores que encontraron la Virgen de Aparecida, advirtió que hay mucho que aprender de su actitud: "una iglesia que da espacio al misterio de Dios; una iglesia que alberga en sí misma este misterio, de manera que pueda maravillar a la gente, atraerla. Sólo la belleza de Dios puede atraer. El camino de Dios es el de la atracción, la fascinación. A Dios, uno se lo lleva a casa". Del mismo modo recordó que "Dios quiere manifestarse precisamente a través de nuestros medios, medios pobres, porque es siempre él quien actúa". Una última lección que hay que aprender de Aparecida es que la Iglesia "no puede alejarse de la sencillez, de lo contrario olvida el lenguaje del misterio, y no sólo se queda fuera, a las puertas del misterio, sino que ni siquiera consigue entrar en aquellos que pretenden de la Iglesia lo no pueden darse por sí mismos, es decir, Dios mismo."

El segundo punto tratado por el papa Francisco fue el aprecio por la trayectoria de la Iglesia en Brasil. "Pienso en los obispos que están en la selva, subiendo y bajando por los ríos, en las zonas semiáridas, en el Pantanal, en la pampa, en las junglas urbanas de las megalópolis. Amen siempre con una dedicación total a su grey", matizó. Así mismo quiso señalar que "la Iglesia en Brasil ha recibido y aplicado con originalidad el Concilio Vaticano II y el camino recorrido, aunque ha debido superar algunas enfermedades infantiles, ha llevado gradualmente a una Iglesia más madura, generosa y misionera", y recordado que no es una época de cambios, sino un cambio de época, les invitó a preguntarse: ¿Qué nos pide Dios? A continuación dio una serie de líneas de respuesta a esta pregunta.

En primer lugar habló del icono de Emaús como clave de lectura del presente y del futuro. Advirtió el papa a no ceder al desencanto, al desánimo, a las lamentaciones. Y por eso señaló que "hace falta una Iglesia que no tenga miedo a entrar en su noche. Necesitamos una Iglesia capaz de encontrarse en su camino. Necesitamos una Iglesia capaz de entrar en su conversación. Necesitamos una Iglesia que sepa dialogar con aquellos discípulos que, huyendo de Jerusalén, vagan sin una meta, solos, con su propio desencanto, con la decepción de un cristianismo considerado ya estéril, infecundo, impotente para generar sentido" e invitó a preguntarse "¿somos aún una Iglesia capaz de inflamar el corazón?"

En segundo lugar puso la atención sobre los desafíos de la Iglesia en Brasil, destacando puntos como la prioridad de la formación, la colegialidad y solidaridad de la Conferencia Episcopal, el estado permanente de misión y conversión pastoral, la tarea de la Iglesia en la sociedad y la Amazonia como tornasol, banco de pruebas para la Iglesia y la sociedad brasileña.

Sobre la importancia de la formación destacó que "es importante promover y cuidar una formación de calidad, que cree personas capaces de bajar en la noche sin verse dominadas por la oscuridad y perderse; de escuchar la ilusión de tantos, sin dejarse seducir; de acoger las desilusiones, sin desesperarse y caer en la amargura; de tocar la desintegración del otro, sin dejarse diluir y descomponerse en su propia identidad" y además "no es suficiente una vaga prioridad de formación, ni los documentos o las reuniones. Hace falta la sabiduría práctica de establecer estructuras duraderas de preparación en el ámbito local, regional, nacional, y que sean el verdadero corazón para el episcopado, sin escatimar esfuerzos, atenciones y acompañamiento", explicó el santo padre.

Con respecto a la colegialidad destacó que "la comunión es un lienzo que se debe tejer con paciencia y perseverancia, que va gradualmente «juntando los puntos» para lograr una textura cada vez más amplia y espesa" y explicó que "la Conferencia Episcopal es precisamente un ámbito vital para posibilitar el intercambio de testimonios sobre los encuentros con el Resucitado, en el norte, en el sur, en el oeste..."

Sobre la misión recordó que "su urgencia proviene de su motivación interna: la de transmitir un legado; y, sobre el método, es decisivo recordar que un legado es como el testigo, la posta en la carrera de relevos: no se lanza al aire y quien consigue agarrarlo, bien, y quien no, se queda sin él. Y sobre la conversión pastoral quiso recordar que «pastoral» es el ejercicio de la maternidad de la Iglesia. "La Iglesia da a luz, amamanta, hace crecer, corrige, alimenta, lleva de la mano...", afirmó el santo padre. En la misión, "también en la continental", destacó el papel de la familia, los jóvenes y las mujeres: "es muy importante reforzar la familia, que sigue siendo la célula esencial para la sociedad y para la Iglesia; los jóvenes, que son el rostro futuro de la Iglesia; las mujeres, que tienen un papel fundamental en la transmisión de la fe".

En el ámbito social, "sólo hay una cosa que la Iglesia pide con particular claridad -señaló el santo padre - la libertad de anunciar el Evangelio de modo integral, aun cuando esté en contraste con el mundo, cuando vaya contracorriente, defendiendo el tesoro del cual es solamente guardiana, y los valores de los que no dispone, pero que ha recibido y a los cuales debe ser fiel" y recordó que "la Iglesia tiene el derecho y el deber de mantener encendida la llama de la libertad y de la unidad del hombre".

En el último punto de su discurso el papa Francisco habló sobre la Amazonia afirmando que "la Iglesia está presente en la Amazonia desde el principio con misioneros, congregaciones religiosas, y todavía hoy está presente y es determinante para el futuro de la zona", y reconociendo y agradeciendo la labor que se ha hecho en la zona hasta ahora exhortó diciendo que "se necesitan instructores cualificados, sobre todo profesores de teología, para consolidar los resultados alcanzados en el campo de la formación de un clero autóctono, para tener también sacerdotes adaptados a las condiciones locales y fortalecer, por decirlo así, el «rostro amazónico» de la Iglesia".

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El papa en el Ángelus: "Lleven la alegría de Cristo a sus familiares, compañeros y amigos"
Presentó a Marí­a como modelo de discí­pula y misionera

Por José Antonio Varela Vidal

LIMA, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - Terminada la misa que dio fin a la Jornada Mundial de la Juventud de Río 2013 en las playas de Copacabana, y ante una multitud que algunos estiman en cuatro millones de jóvenes y peregrinos, el papa Francisco rezó con los fieles el Ángelus, antes del cual reconoció el trabajo del arzobispo de Río de Janeiro, monseñor Orani Tempesta y del cardenal Stanisław Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos que lo precedieron en la palabra.

Dirigiéndose a los jóvenes, les aseguró: "llevo a cada uno en mi corazón", a la vez que les agradecía por "todas las alegrías que me han dado en estos días".

Los invitó a dirigir la mirada a María, como Madre del Cielo. Y destacó que en estos días se ha sentido fuerte "la llamada de Cristo a ser sus discípulos misioneros", lo que ha causado en muchísimos sentimientos de alegría, ternura y preguntas sinceras para comprender "que el evangelio es la respuesta al deseo de una vida todavía más plena".

María medianera

Les recordó también que la Virgen Inmaculada "intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de sus hijos (y) nos enseña con su vida qué significa ser discípulo misionero".

Recomendó que al rezar el Ángelus se recuerde "el evento que ha cambiado para siempre la historia de los hombres", pero que, al igual que María, no hay que "quedarse" con aquel regalo como fue el anuncio salvífico. Sino que se debe ser como Ella, quien "se sintió responsable y marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda (..) fue un gesto de amor, de caridad y de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno".

Quiso Francisco presentar a María como modelo de los jóvenes, quien "se pone en camino para servir y llevar a Jesús". Y de este modo comprometió a una juventud que lo escuchaba emocionada, a "llevar la alegría de Cristo a nuestros familiares, compañeros, amigos, a todos".

Y los alentó a no tener miedo de ser generosos con Cristo: "Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que todos los hombres y mujeres encuentren al Señor. ¡Vale la pena!", les dijo, también él emocionado.

El texto completo de las palabras del papa en el Ángelus aquí

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La JMJ, uno de los grandes frutos de Juan Pablo II
Palabras del cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia. Ya está en línea la web oficial.

Por Redacción

ROMA, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - El cardenal Stanislaw, arzobispo metropolita de Cracovia ha enviado un comunicado en el que afirma que ha "acogido con grandísima alegría la noticia anunciada hoy por le papa Francisco que la próxima Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar en Polonia en 2016. Para nosotros es una alegría, un honor, un compromiso. En este mismo año celebraremos también los 1050 años del bautismo de Polonia".

Añade que "junto con toda la Iglesia polaca me alegro que el santo padre haya acogido la propuesta y la invitación, enviada por las más altas autoridades del Estado y del episcopado de Polonia. En este modo ha realizado el deseo de muchos jóvenes, que desde hace mucho tiempo tenían el deseo de festejar su fe en la patria y en la ciudad de Karol Wojtyła".

Continúa señalando que entre las muchas iniciativas pastoral de Juan Pablo II "no hay duda que las Jornadas Mundiales de la Juventud estén entre las más exitosas, más ricas de consecuencias, más fructuosas. El beato papa desde el inicio había visto en los jóvenes los centinelas de la mañana, que vigilan al alba del tercer milenio".

Finaliza señalando que "ya desde hoy Polonia y Cracovia abren los corazones para acoger, dentro de tres años, a los jóvenes peregrinos, con el papa Francisco a la cabeza".

La web de la JMJ Cracovia 2016 puede verse aquí

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Primeras reacciones desde Polonia al anuncio de Francisco
El papa invitó a los jóvenes el 2016 a la JMJ en Cracovia

Por P. Mariusz Frukacz

CRACOVIA, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - Cracovia será la capital de la Jornada Mundial de la Juventud 2016. Lo anunció el papa Francisco antes de la oración del Ángelus, que rezó con los jóvenes en la misa de clausura de la JMJ de Río.

Después de la JMJ que se realizó en Czestochowa en 1991, el país de Karol Wojtyla acogerá por segunda vez a los jóvenes de todo el mundo, para un nuevo encuentro con el santo padre, lo que ha sido adoptado con entusiasmo, especialmente entre los jóvenes polacos congregados en la playa de Copacabana.

"Cracovia y Polonia tienen el placer de convertirse una vez más en la ciudad y el país de los jóvenes. Estamos encantados de que el santo padre Francisco haya anunciado que la Jornada Mundial de la Juventud se celebrará en Cracovia”, dijo a KAI (Agencia Católica de Información en Polonia) el cardenal Stanisław Dziwisz, arzobispo de Cracovia y ex secretario de Juan Pablo II.

La juventud del papa

ZENIT también recogió los comentarios de algunos polacos. "Creo que es una buena idea que la JMJ 2016 sea en Polonia, es decir, en Cracovia. En particular, debemos saber que incluso en Polonia hay actualmente crisis de fe en muchas personas, la mayoría de los cuales son jóvenes. Ellos vienen experimentando una crisis espiritual y se estimulan con alcohol y drogas”, dijo a ZENIT Kacper Kostrzewski, estudiante en la escuela secundaria.

“Por lo tanto, se espera que con el papa Francisco, con la oración común, estaremos en grado de sanar muchas almas. Creo también que esta JMJ es un valioso don del beato Juan Pablo II, añadió Kacper.

También para Dominika Majdzik, la JMJ en Cracovia "tendrá un efecto positivo sobre la adhesión de los jóvenes a la Iglesia".

“Creo que la gente podrá mejorar y profundizar en la fe”, dijo la joven polaca.

Polonia es católica

Para el padre Piotr Rutkowski, el sacerdote que trabaja en el santuario mariano de Wąsosz en la arquidiócesis de Częstochowa, "la decisión del papa Francisco ha encendido los corazones con fe y esperanza".

“Es un gran regalo para la Iglesia en Polonia, pero a la vez un compromiso que abrirá las puertas de nuestros hogares, parroquias y diócesis a los jóvenes del mundo. Será una gran cosa para nosotros, ya que con la JMJ podremos unirnos como una comunidad fiel a Cristo y a Pedro”, dijo el padre Rutkowski, quien recordó que el año 2016 se celebrará el el 1050 aniversario del bautismo de Polonia, “lo que nos permitirá volver a las raíces y a las fuentes de nuestra fe".

Para el presbítero polaco, "la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia será una oportunidad para que participen jóvenes de Europa del Este, como sucedió en Częstochowa en 1991".

*Este artículo fue escrito en colaboración con Jowita Kostrzewska.

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El papa Francisco


El papa en Radio Catedral: familia necesaria para la supervivencia de la humanidad
Palabras del santo padre en una radio brasileña

Por Redacción

RíO DE JANEIRO, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - Después de la comida de ayer con los obispos brasileños, el santo padre Francisco visitó los estudios de "Radio Catedral" de Río de Janeiro.

Durante su intervención, el santo padre comentó que "veo que es tan importante hoy día los medios de comunicación. Yo diría que una radio, una radio católica hoy es el púlpito más cercano que tenemos. Es desde donde podemos anunciar a través de la radio, los valores humanos, los valores religiosos, y sobre todo anunciar a Jesucristo, al Señor, darle al Señor esa gracia de darle sitio en nuestras cosas".

También agradeció el esfuerzo de la archidiócesis por tener y mantener una radio y con una red tan grande. A todos los oyentes les pidió que rezaran por él y por esa radio, por el obispo y la arquidiócesis, "que todos nos unamos en la oración y que todos trabajemos (...) por una cultura más humanista, más llena de valores y que no dejemos a nadie afuera, que todos trabajemos por esa palabra que hoy día no gusta: solidaridad. Es una palabra que tratan de dejarla de lado siempre porque es molesta y sin embargo es una palabra que refleja los valores humanos y cristianos que hoy se nos piden para ir contra (...) la cultura del descarte, lo descartable. Una cultura que siempre deja fuera la gente, deja fuera los niños, deja fuera los jóvenes, deja fuera los ancianos, deja fuera a los que nos sirven, los que no producen y eso no puede ser. La solidaridad pone a todos a dentro, seguir trabajando por esta cultura de la solidaridad y por el Evangelio.

A la pregunta sobre la importancia de la familia hoy en la nueva evangelización, el santo padre contestó "no solo diría que la familia es importante para la evangelización del nuevo mundo, la familia es importante, es necesaria para la supervivencia de la humanidad. Si no hay familia corre peligro la supervivencia cultural de la humanidad. Es la base, nos guste o no nos guste", concluyó Francisco.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Pedro Poveda Castroverde
«Sacerdote y fundador, mártir de la guerra civil española. Gran humanista y pedagogo, alentó a la mujer en la enseñanza previendo el influjo que ella ejercería en la sociedad»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 28 de julio de 2013 (Zenit.org) - «En la vida de los santos, admíralo todo e imita de ellos lo que puedas», aconsejó el mártir fundador de la Institución Teresiana. Cuando transmitió esta máxima en 1908, transitaba con firmeza por la vereda que le encumbraría a los altares, llevado de su pasión por Cristo, movido por ardiente caridad y la clarividencia que acompaña a los auténticos hijos de Dios. Hoy, cumplidos los diez años de su canonización, es su devenir el que nos interpela e invita a seguir sus pasos. Continua siendo faro de luz.

Nació en Linares, Jaén, España, el 3 de diciembre de 1874 en una familia de siete hermanos, de los cuales fue el primogénito. No tuvo que dilucidar nada acerca de su quehacer porque tuvo clara su vocación sacerdotal. Inicialmente, ingresó en el seminario de Jaén, y luego se trasladó al de Guádix, Granada, donde fue ordenado sacerdote en 1897. Después se licenció en teología en Sevilla. En Guádix permaneció hasta 1905 y allí puso los pilares de lo que sería su preocupación fundamental: la enseñanza. Fue testigo de las graves deficiencias que presentaba una parte de la población, especialmente la residente en el barrio marginal de las cuevas de esta localidad granadina. Eran gentes que no recibían atenciones, faltas de educación y carentes de recursos económicos. Para asistirlas puso en marcha las Escuelas del Sagrado Corazón.

Su siguiente destino fue Covadonga, Asturias; iba como canónigo. En esta nueva etapa de su vida, que duró siete años, oró y estudió con ahínco mientras pervivía en su corazón la inquietud por la enseñanza. Prueba de ello fue la creación en 1911 de dos academias, la de Gijón dirigida a los varones y la de Oviedo a las mujeres; al año siguiente abrió otra en Linares. Con ellas se propuso dar lance a los problemas educativos que hubo en España en las primeras décadas del siglo XX. Su idea pedagógica partía con visión universal y tenía el sólido pilar del humanismo cristiano; todo un aldabonazo en la tarea educativa. Además, acertadamente sumó a este empeño el inmediato objetivo de formar al profesorado de Magisterio.

Vuelto a Jaén en 1913, compaginó su misión como canónigo de la catedral con otras responsabilidades. Fue profesor del Seminario, de las Escuelas Normales y del Instituto de Segunda Enseñanza. Entones conoció a María Josefa Segovia, una valiosa joven que apenas sobrepasaba la veintena, en cuyas manos puso la Academia de Magisterio fundada en la ciudad. También fue la primera en dirigir la Institución Teresiana. Porque otra de las características que resaltan en Pedro es la excepcional labor que realizó escalando peldaños en pro de la educación femenina. Propició la creación de las bases precisas para que las mujeres accedieran a la cultura a través de las academias sembradas en el país, y en 1914 impulsó en Madrid la primera residencia universitaria femenina española. Quería que los docentes implicados en esta tarea, tanto en el presente como en el futuro, supieran mostrar «con los hechos que la ciencia hermana bien con la santidad de vida». Toda su labor estuvo impregnada de la fe, de la oración. Era un hombre de ideas claras, con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, un gran director y formador. Advertía: «No mires jamás el bien que hiciste en la vida pasada ni el mal que evitaste con el auxilio del Señor; pon la mira en el cielo, en lo mucho que te falta para conseguirlo. Familiarízate con la frase ¡adelante!, interpretando bien lo que por ella se significa».

En 1921 fue designado capellán real, lo cual le permitió desarrollar fecundos proyectos aprovechando el interesante campo de relaciones que se abrió ante él. Fomentó la colaboración con personalidades afines a su ideario, y de ese modo proporcionó nuevas alternativas a una sociedad que empezaba a impregnarse con los primeros atisbos de secularismo. Continuó impulsando la fundación, sin relegar otros proyectos educativos vinculados a organismos que respaldaban al profesorado católico. En esta etapa de su vida instituyó la Liga Femenina de Orientación y Cultura. También apuntaló su obra con la redacción de las líneas que debería seguir y las bases de la reforma educativa que había promovido. En 1924 la Institución recibió la aprobación pontificia como Pía Unión, y en 1928 comenzó a expandirse por el extranjero.

Fue un apóstol infatigable, dio pruebas de su humildad, paciencia y mansedumbre, y jalonó su vida con la oración y entrega constantes. Como dijo de sí mismo en 1920, su fe no fue «vacilante», sino «firme e inquebrantable», y así lo mostró nuevamente al final de su existencia. Había manifestado: «Creer bien y enmudecer no es posible», una convicción que rubricó con su sangre. El 27 de julio de 1936, en medio de la hecatombe de la guerra civil, fue detenido en su domicilio; acababa de oficiar la misa. Se identificó con valentía: «¡Soy sacerdote de Cristo!». Siempre movido por el vivo anhelo de cumplir la voluntad de Dios, se disponía a encontrarse con Él para siempre. «Sin cruz no tendrás llave para abrir las puertas del cielo», había dicho. Otro matiz de la que portaba él cabalgaba a lomos del odio y del resentimiento, aunque en su airado prójimo siguió reconociendo a Cristo; otro rasgo de su evangélico corazón: «Ve en el prójimo la imagen de Jesús, y así amarás aún a los mismos enemigos […]. Jamás des entrada al odio en tu corazón. Perdona generosamente…». Pocos días antes de su captura escribió: «Nunca como ahora debemos estudiar la vida de los primeros cristianos para aprender de ellos a conducirnos en tiempo de persecución. ¡Cómo obedecían a la Iglesia, cómo confesaban a Jesucristo, cómo se preparaban para el martirio, cómo oraban por sus perseguidores, cómo perdonaban, cómo amaban, cómo bendecían al Señor, cómo alentaban a sus hermanos!». Apenas le dieron respiro. Fue ejecutado el 28 de julio, al día siguiente de su detención.Juan Pablo II lo beatificó el 10 de octubre de 1993, y lo canonizó el 4 de mayo de 2003.

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