14.08.13

Mártires e hispanidad de Cataluña

A las 10:03 AM, por Santiago Mata
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Como es sabido, la elección de Tarragona como sede de la beatificación de 522 mártires de la Guerra Civil se debe a que de esa diócesis es de donde más mártires (147) se incluyen. El que se adelantara la fecha al domingo 13 de octubre respecto a la originalmente prevista (27 de octubre), ha tenido como consecuencia que una asociación organice un viaje conjunto a la manifestación pro hispanidad de Cataluña que se celebrará en Barcelona el sábado 12, para continuar al día siguiente asistiendo a la beatificación. Lo cual ha molestado a algunos catalanistas que atacan a la beatificación, suponiendo que tiene fines concomitantes con la manifestación del día anterior.

Nunca llueve a gusto de todos, pero para información veamos algo de lo que algunos de los mártires catalanes dijeron sobre sus patrias chicas y grandes, por orden cronológico de sus fechas de martirio.


Pau Virgili Monfà, párroco de Pla de Santa Maria (entonces Plan de Cabra, Tarragona), de 57 años, había publicado en 1911 una Novena a la Mare de Déu de la Candela, patrona de Valls, su localidad natal. Era sacerdote desde 1893. Había declarado: “Con mucho gusto daría mi vida para salvar la fe de España”. Fue fusilado el 5 de agosto de 1936, en el barranco seco de Montblanc (Tarragona), con otro sacerdote, mientras gritaba: “¡Que nuestra sangre sea semilla de cristianos!”. Es uno de los 147 mártires de la diócesis tarraconense que serán beatificados el 13 de octubre.


Esteban Casadevall Puig, claretiano de Argelaguer (Girona), asesinado a los 23 años de edad en Barbastro (Huesca) el 13 de agosto de 1936 y beatificado el 25 de octubre de 1992, dejó dicho a uno de los que se salvaron: “Ofrezco gustoso mi sangre por el reinado del sagrado Corazón de Jesús en España, y de una manera especial por el reinado del Inmaculado Corazón de María en todo el mundo, y no descansaré en el cielo hasta haber conseguido este reinado del Corazón Virginal en todas las naciones de la tierra".


Francisco María Roura Farró, otro claretiano gerundense (de Sords) de 23 años, asesinado dos días después y beatificado en la misma fecha, escribió en el papel que con sus compañeros dejó como despedida este escueto mensaje: “Viva Cataluña Católica”.


Joan Vernet Masip, de 37 años, párroco de La Morera de Montsant (Tarragona), fue confinado por el comité local en su pueblo natal (La Vilella Alta, Tarragona) y a algunos que lo visitaban les dijo: “Por mucho que hagan los rojos, España volverá a ser lo que era. Quizá costará, pero la Iglesia triunfará y las iglesias se volverán a abrir. Aunque me maten, eso no tiene importancia, será lo que Dios quiera. No os apuréis, que no nos matarán a todos”. Lo fusilaron el 25 de agosto de 1936 en Juncosa (Lleida) y será beatificado el 13 de octubre.


La dominica contemplativa Buenaventura (Josefina) Sauleda Paulís, natural de Sant Pol de Mar (Barcelona) y de 51 años, fue asesinada en el hipódromo barcelonés el 1 de septiembre de 1936. En la posguerra, uno de sus asesinos confesó que no podía sacarse de la memoria aquella noche en la cual lenta y cruelmente la madre Josefina fue torturada, mientras rezaba por España y por sus verdugos. Fue beatificada en 2007.


El mismo día fue asesinado el párroco de Santa María de Mataró, Josep Samsó i Elías, de 49 años y natural de Castellbisbal, a quien ya he dedicado un post, y que el 7 de marzo de 1936 escribía a una religiosa: “Ganen derechas, ganen izquierdas, quien gobierna en España y en el mundo entero es nuestro Dios, el cual sabe escribir recto con líneas torcidas”. Al los hermanos Vergés escribía el 30 de marzo: “¡Ojala el Señor nos honrase escogiéndonos como víctima agradable para la salvación de España, para el reinado definitivo del Sagrado Corazón y de su santísima Madre en España!". Fue beatificado el 22 de enero de 2010.


El sacerdote salesiano Julio Junyer Padern (de Vilamaniscle, Girona, y de 45 años), fue fusilado el 26 de abril de 1938 en Montjuïc tras una condena por supuesto espionaje. Era inocente de ese cargo, y ofreció su vida por el bien de la Iglesia y de España. Fue beatificado el 11 de marzo de 2001.