16.08.13

Eppur si muove - ¿Un Papa poco progre?

A las 12:02 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Eppur si muove

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Caminar sin saber el camino no es tarea fácil. Sin embargo, Cristo nos lo dejó bien trazado. Sólo hay que seguirlo.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Algunos andan llorando o, mejor, reclamando, porque el Papa Francisco no es, del todo, como ellos quieren. Ya sabemos que son los mismos de siempre pero, ¡qué quieren que les diga!, resulta del todo gracioso ver cómo se mesan los cabellos y cómo se rompen, incluso, las vestiduras por un quítame allá una declaración o un hecho que no les parece bien.

De todas formas, ya estamos en el conocimiento de que, para algunos creyentes católicos, nada vale la pena si se sale de sus esquemas progresistas (¿?) y todo lo que no llegue hasta esos niveles de “avance eclesial” está fuera de juego, eliminado de su asentimiento, out.

Se ve y se nota que el reciente viaje a Brasil del Papa Francisco está dando mucho de sí porque siendo aquella tierra la que es en materia de ciertas teologías, algunos esperaban más. Vamos, esperaban bastante más de la pírrica situación en la que han quedado sus trasnochados y desnortados pensamientos y doctrinas.

Pues bien, Juan Cejudo, a la sazón miembro de MOCEOP (algo así como grupo de creyentes que piden que el celibato sacerdotal sea “opcional”) y de Comunidades Cristianas Populares (¡Uf!) ha escrito que el viaje del Santo Padre no le ha parecido tal mal porque ha visto cosas buenas en el mismo. Sin embargo, como para estas personas progres nunca están de acuerdo en todo, ha tenido que poner unos “peros”.

Es decir, el viaje ha sido bueno pero:

No me ha gustado nada la cerrazón que demostró en la rueda de prensa ante la posibilidad del sacerdocio de las mujeres, que dijo era un asunto cerrado. No comparto ese punto de vista. La Iglesia debe profundizar mucho más en la igualdad entre hombres y mujeres, también en la Iglesia, y no cerrar esa posibilidad que ya está presente en otras muchas religiones cristianas y que no tiene ningún fundamento- más bien todo lo contrario- en la vida de las primeras comunidades cristianas, donde las mujeres desempeñaban tareas de gran protagonismo. Esta posición a favor del sacerdocio de la mujer está hoy muy ampliamente defendida por muchos teólogos y teólogas en todo el mundo.

Cualquiera diría que la mujer, en la Iglesia católica de hoy, no goza de un gran protagonismo como bien dice Juan Cejudo de las mujeres de los primeros tiempos. Sin embargo, no puede decir que alguna fuera apóstol porque, en verdad, Jesús sólo escogió a hombres. Y esto, fuera del lenguaje políticamente correcto y de lo moderno de las cosas, es lo que hay. ¡Qué le vamos a hacer! Y, aunque muchos crean que lo mejor de lo mejor es que la mujer pueda ser sacerdote, lo bien cierto es que, como dice el Papa, es asunto cerrado.

También es cierto, pues, que en otros cristianismos es posible, de hecho lo es, que hay mujeres sacerdotes, obispos y lo que quieran hacer pero, al fin y al cabo, cada cual es libre de equivocarse como quiera. Y, además, si tanto le gustan tales cristianismos, ya sabe Juan Cejudo lo que tiene que hacer. Allí encontrará vía libre para casarse (si no lo está, que no lo sé y si es sacerdote), para ver a mujeres ataviadas con ornamentos de sacerdotes y, si me apuran, alguna que otra papisa… Ya sabe, además, eso que dice el refrán sobre que “a enemigo que huye, puente de plata” (¡que digo de plata, de oro macizo!) pues propondría, el que esto escribe, facilitar lo más posible la salida de los creyentes que están tan a disgusto en la Iglesia católica cuando los citados cristianismos están tan faltos de fieles modernos y guays.

Por otra parte, el viaje no ha estado tan mal, pero no le gustaron:

Nada las palabras que tuvo hablando de los movimientos pentecostales que él no podía ver en los años 70-80 y que ahora empieza a valorar como muy positivos. Todos sabemos lo que son estos movimientos espiritualistas, tan lejos de ese compromiso socio-político con los más desfavorecidos, que la Teología de la Liberación alienta.

Ahora resulta que lo que importa en los movimientos pentecostales es que no hacen aquello que defiende la Teología de la Liberación. Yo creía que, a lo mejor, lo malo de ellos es que no son católicos y que, por lo tanto, pueden andar equivocados en lo que hacen y lo que dicen y, aunque, pueden volver al seno de la verdadera Iglesia (la católica, no lo olvidemos) lo bien cierto es que si no llevan a la práctica lo que la Teología de la Liberación dice que hay que hacer… pues mucho mejor para ellos y menor será su error.

¡Ah!, también escribe sobre neoliberalismo, las entidades financieras, las multinacionales que, al parecer, son las culpables totales de todo lo que pasa en el mundo. Nada tienen que ver los gobiernos corruptos de muchas naciones, ni la apropiación indebida del poder por muchos revolucionarios y la consiguiente explotación inmisericorde del pueblo que dicen defender, ni nada de nada. Sólo son culpables… los mismos culpables a los que, desde la izquierda política, designa como tales.

En fin…

En realidad, lo que pasa es que este Papa, llamado Francisco en recuerdo y actualización de otro Francisco muy pobre y fundador muy importante, no les ha salido tan progre como algunos creen que debería haber salido.

Y, sin embargo, aún le queda esperanza (a Juan Cejudo y a los muchos que, como él, opinan, dicen, escriben y gritan). Lo digo porque, en un momento determinado dice que “Con todo, sigo viendo con esperanza a este nuevo papa que aún lleva pocos meses en el gobierno de la Iglesia. Me encanta su sencillez, naturalidad y cercanía hacia los más pobres.”

Bueno, de ilusión (lo único que les queda) también se vive. Pero no mucho, no mucho.

Eleuterio Fernández Guzmán