ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 21 de agosto de 2013

La frase del miércoles 21

"El poder le teme a los hombres que dialogan con Dios: los vuelve libres y no asimilables.

El papa Francisco al 'Meeting de Rimini' 

 


El papa Francisco

Llevar la luz de la fe a los marginados para Bergoglio era un empeño de vida
El cura Pepe, de la Villa 21, amenazado por su labor antidroga recuerda el apoyo que les daba en entonces obispo de Buenos Aires.

El papa Francisco: No puede haber paz sin diálogo
Palabras del santo padre a los jóvenes de un colegio japonés

Mirada al mundo

La teología de la liberación entra en el debate del Meeting de Rímini
El cura 'Pepe' Di Paola: cercanos al pueblo pero sin análisis políticos del evangelio. La mejora de las villas desmiente que la religión sea el opio de los pueblos

Teología de la Liberación: no era necesaria para predicar el evangelio a los pobres
Precisa el profesor Carriquiry en el Meeting de Rimini. Y añade: Diabólico insistir en una discontinuidad entre Benedicto XVI y Francisco

Egipto: este jueves celebrarán la misa por la Asunción
Será por la mañana y no por la noche, para evitar situaciones de peligro

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Pío X
«Papa de la Eucaristía, gran reformador, celoso sacerdote y carismático pastor; un hombre sencillo y abnegado que asumió la altísima misión de regir a la Iglesia en medio de conmovedoras lágrimas, confesando su sentimiento de indignidad»


El papa Francisco


Llevar la luz de la fe a los marginados para Bergoglio era un empeño de vida
El cura Pepe, de la Villa 21, amenazado por su labor antidroga recuerda el apoyo que les daba en entonces obispo de Buenos Aires.

Por H. Sergio Mora

RIMINI, 21 de agosto de 2013 (Zenit.org) - En el cuarto día del Meeting de Rimini para la Amistad entre los Pueblos el sacerdote argentino José María 'Pepe' di Paola, párroco de la Villa 21 de Buenos Aires, habló en un encuentro sobre la encíclica 'Lumen Fidei' firmada por el papa Francisco, delante de un auditorio de al menos diez mil personas.

Narró la labor de llevar la 'luz de la fe' en esos barrios marginales con una trabajo que el obispo Jorge “ha compartido con nosotros” y precisó que era una misión que aprovechaba “la religiosidad popular traída de los países limítrofes, con una riqueza cultural notable que se oponía al relativismo que se respiraba en la ciudad de Buenos Aires”. Y que la entrada de la droga en estos barrios se debía no a los pobladores sino a la ausencia del Estado. 

El padre 'Pepe' Di Paola inició su exposición recordando que el papa Bergoglio cuando era obispo de Buenos Aires, visitaba físicamente las villas y que para él las periferias se transformaron en el centro de la ciudad: “Pudimos comprobar que este fenómeno era un empeño de vida”.

Y como el actual pontífice “a los villeros no solamente les daba una mirada privilegiada, sino que además hacía que los habitantes de Buenos Aires pudieran ver la existencia de estas periferias”.

“Y aquellos que se quedaban afuera -prosiguió- por así decir de esta ciudad amurallada, ellos fueron los privilegiados en su labor pastoral.

Mientras el sacerdote hablaba se pasaron videos en el que se registraba el trabajo pastoral de Bergoglio, las villas, los barrios extremamente pobres, las confirmaciones y bautismos, en donde era clara la religiosidad popular, con procesiones que evocaban aquellas realizadas en las zonas andinas de Latinoamérica.

El padre 'Pepe' recordó que se trata de “una historia de más de cuarenta años que inició con la decisión de algunos sacerdotes de ir a vivir a estas villas” como “un vecino más”, iniciativa que “se oponía a la de un Estado que les ignoraba” e "iniciaban así una presencia transformadora en la ciudad de Buenos Aires”.

Recordó los diversos desafíos existentes, desde la obtención de servicios hídricos, o de los centros de sanitarios para permitirle a esas personas vivir con dignidad, hasta la lucha durante la dictadura militar, que permitió que estos barrios fueran habitados nuevamente.

“Muchos hermanos que no habían tenido los sacramentos los obtuvieron, a veces debido a la burocracia o requisitos pedidos por la misma Iglesia. Y para ellos fue un motivo de gran felicidad”. El párroco de Villa 21 consideró que aprendimos “con nuestro obispo Jorge a creer más en la gracia de Dios que en los cursos que podían ser impartidos”.

“En esta encíclica se habla de fe como encuentro -dijo- y lo hemos podido practicar, en estos aspectos concretos, los más concretos del encuentro entre Dios y los hombres”.

La otra idea fundamental que guiaba nuestro trabajo, precisó el padre 'Pepe', y compartida por Bergoglio, es una mirada diversa del pobre, “no solamente como el sujeto que necesita una ayuda material, al que podemos darle mucho, pero también de quien podemos aprender mucho”.

“En todo este tiempo el apoyo del obispo Jorge a las periferias se concretizó con su presencia, a veces inesperada”.

Recordó que eran diez sacerdotes quienes trabajaban en las villas de Buenos Aires, en comunidad y con un apoyo apoyo económico efectivo por parte de la diócesis de Buenos Aires para realizar los proyectos. “No eramos un grupo aislado, porque nuestro obispo estaba con nosotros” dijo. “Y en esta integración hemos visto el camino del Evangelio”.

“Hemos señalado -aseveró el párroco- que los jóvenes de las villas eran las primeras víctimas de un narcotráfico que no había nacido en las villas, como afirmaban algunos sectores de la ciudad de Buenos Aires, sino que el fenómeno se había desarrollado porque el Estado estaba ausente.

Recordó que publicaron el documento 'Las drogas de las villas despenalizadas de hecho' en el 2009 debido al cual “fui amenazado porque era yo quien distribuía este documento” y en ese momento “el obispo Bergoglio vino con nosotros”.

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El papa Francisco: No puede haber paz sin diálogo
Palabras del santo padre a los jóvenes de un colegio japonés

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de agosto de 2013 (Zenit.org) - El Papa Francisco recibió hoy a un grupo de estudiantes y profesores del colegio japonés Seibu Gauken Bunri Junior High School, de Tokyo. En total fueron unos 200 estudiantes de 15 años y 15 profesores. En este breve encuentro en el patio de San Dámaso, el Santo Padre invitó a los jóvenes a encontrar a otras personas, a otras culturas, a crecer, a no aislarse, a emprender una aventura muy linda que es dialogar. Por que “no puede haber paz sin diálogo”.

Palabras del Papa a los estudiantes japoneses:¡Buenos días!

Se ve que entienden el italiano… ¡Les saludo!
Es un gusto para mí esta visita. Espero que para ustedes este viaje sea muy fructífero ya que conocer a otras personas, a otras culturas nos hace siempre mucho bien: Nos hace crecer.

 Y esto, ¿por qué? Porque si estamos aislados en nosotros mismos, tenemos sólo aquello que tenemos, no podemos crecer culturalmente. En cambio, si vamos a encontrar a otras personas, a otras culturas, otras formas de pensar, otras religiones, salimos de nosotros mismos y comenzamos aquella aventura tan bella que se llama “diálogo”.

El diálogo es muy importante para la propia madurez, porque al confrontarse con otra persona, con otras culturas, también al confrontarse sanamente con las otras religiones uno crece, madura.

Es verdad que existe un riesgo: que si uno se cierra al diálogo y se enoja, puede pelear y el peligro es el de pelear. Y eso no está bien, porque nosotros dialogamos para encontrarnos, y no para pelear.

Y ¿cuál es la actitud más profunda que debemos tener para dialogar y no pelear? La mansedumbre. La capacidad de encontrar personas, de encontrar culturas en paz. La capacidad de hacer preguntas inteligentes: “¿Por qué piensas que es así? ¿Por qué esta cultura es así?”.

Hay que escuchar a los otros y después hablar. Primero escuchar, luego hablar. Esto es mansedumbre. Y si tú no piensas como yo … “pero, sabes, yo pienso diferente, tú a mí no me convences, pero igual somos amigos; he escuchado como piensas y tú has escuchado como pienso”.

Y ¿saben una cosa?, ¿una cosa importante?, este diálogo es aquel que permite la paz. No puede haber paz sin diálogo. Todas las guerras, todas las luchas, todos los problemas que no se resuelven, que hay y existen es por falta de diálogo.

Cuando hay un problema, diálogo: aquello produce la paz. Y esto es lo que deseo a ustedes en este viaje de diálogo, que sepan dialogar… “Ah, cómo piensa esta cultura, que bello esto, esto no me gusta”, pero dialogando. Y así se crece. Les deseo esto y un buen viaje por Roma. Les deseo lo mejor para todos, para su escuela y sus familias: que Dios les bendiga a todos. Gracias. 

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Mirada al mundo


La teología de la liberación entra en el debate del Meeting de Rímini
El cura 'Pepe' Di Paola: cercanos al pueblo pero sin análisis políticos del evangelio. La mejora de las villas desmiente que la religión sea el opio de los pueblos

Por H. Sergio Mora

RIMINI, 21 de agosto de 2013 (Zenit.org) - El tema de la teología de la liberación entró hoy de lleno en el debate del 'Meeting de Rimini para la Amistad entre los Pueblos'. Fue en durante la conferencia realizada ante un auditorio de unas diez mil personas, por el 'cura antidrogas' de la Villa 21 de Buenos Aires, el padre 'Pepe' Di Paola; por el profesor Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontificia Comisión de América Latina; y por el sacerdote Stefano Alberto, docente de Teología en la Universidad del 'Sacro Cuore' de Milán, sobre el tema “El papa Francisco con la Lumen Fidei, en las periferias de la existencia”.

El párroco de la Villa 21, indicó en que “en la encíclica 'Lumen Fidei' se habla de fe como encuentro y lo hemos podido practicar en diversos aspectos concretos del encuentro entre Dios y los hombres”: a través del trabajo realizado en los barrios marginados, de la integración de sus habitantes, al conseguir servicios hídricos y sanitarios que les permitan vivir con dignidad, bautizando y confirmando a tantos que por motivos burocráticos no habían podido hacerlo. Favoreciendo también la devoción popular que dichos habitantes traían de sus países limítrofes.

Incluso sufriendo amenazas de los traficantes que aprovechando la ausencia del Estado usaban esas villas para vender droga, lo que al padre 'Pepe' le valió serias amenazas. El sacerdote indicó que durante toda esta labor contaron con el apoyo del entonces obispo de Buenos Aires, Jorge María Bergoglio.

(ver texto de la conferencia)

Cuando el padre 'Pepe' concluyó su exposición, el periodista Alver Metalli que moderaba la conferencia le preguntó sobre una pregunta recurrente enre los periodistas: la relación que tuvieron con la teología de la liberación.

El joven sacerdote recordó que el desafío quizás más relevante fue “de prevención y recuperación en la que nos empeñamos en nuestros barrios, con una especie de trabajo a la Don Bosco”. Y que “la conclusión de nuestra experiencia es: la fe del pueblo es transformadora y la única fuerza genuina”.

Por ello indicó que “quienes dijeron que la religión es el opio de los pueblos al ver hoy la realidad de las villas, deberían cambiar de opinión”. Porque “el poder de transformación hizo posible que estos barrios hoy tengan un progreso más grande del que podíamos imaginar. “Y esto nace de un empeño y no de una ideología que separa y divide”.

“Nos sentimos herederos -reconoció el padre Di Paola- de los sacerdotes que crearon estos grupos de religiosos que operan en las villas y que eran parte de los sacerdotes del tercer mundo”.

Puntualizó entretanto que en “Argentina tenemos dos personas muy importantes con quienes nos formamos en la teología del pueblo: los padres Lucio Gera y Rafael Tello”.

Dijo también que “de la teología de la liberación, hemos tomado elementos correlatos con poner al pobre en un lugar privilegiado” si bien precisó, “nunca insertamos ningún análisis extraño fuera del evangelio”.

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Teología de la Liberación: no era necesaria para predicar el evangelio a los pobres
Precisa el profesor Carriquiry en el Meeting de Rimini. Y añade: Diabólico insistir en una discontinuidad entre Benedicto XVI y Francisco

Por H. Sergio Mora

RIMINI, 21 de agosto de 2013 (Zenit.org) - En la conferencia sobre la encíclica Lumen Fidei, que se realizó hoy durante el 'Meeting de Rimini para la Amistad entre los Pueblos', tras la exposición del sacerdote amenazado por atacar a la droga en la Villa 21 de Buenos Aires, José María 'Pepe' Di Paola, en la que explicó el trabajo de integración realizado con la población marginalizada, tomó la palabra el profesor Guzmán Carriquiry.

El secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, indicó que “cuando se siente hablar el padre 'Pepe' de su experiencia en Buenos Aires en las villas miseria” nos ayuda a ver al obispo Jorge Mario Bergoglio cuando en las villas compartía el pan con los pobres y cerca de sus sacerdotes.

“En el fondo -indicó el profesor uruguayo- es la misma imagen que vemos cuando lavó los pies en la cárcel de menores; visitó Lampedusa; la favela de Vaghina; o el hospital de tóxico-dependientes de Río de Janeiro”. Y enfatizó “¡No hace falta una teología de la liberación para hacerlo. Es suficiente el evangelio vivido, el abrazo de la caridad, el testimonio conmovido de sí”.

Y sobre la encíclica Lumen Fidei, tras elogiar el trabajo de los pontífices venidos de contextos tan diversos, sensibilidades y estilos diferentes, calificó como una “obra del demonio -príncipe de la mentira y de la división- concentrarse obsesivamente en confrontar al obispo emérito de Roma y su sucesor”.

Esto precisó, “sea a para permanecer nostálgicamente aferrados al papa anterior, lo que se vuelve una nostalgia 'canalla', cuando degenera en juicios farisaicos sobre el papa actual; sea para elogiar al papa actual de manera de denigrar a los predecesores”. O quienes consideran “todas las novedades y reformas que trae como rotura revolucionaria en la tradición de la Iglesia, en aquella historia ininterrumpida de amor que es la Iglesia”.

El conferencista recordó además: "Si bien las villas miseria crecieron mucho en las últimas décadas, Buenos Aires por cierto es mucho más que eso” y añadió: “es una enorme ciudad cosmopolita en donde hay raíces católicas populares, pero que también está marcada por todas las realidades estímulos y llagas de la cultura global”, en donde existe un 'norte y un sur', que propone “grandes desafíos pastorales”.

El secretario del Pontificio Consejo recordó también en su conferencia las palabras del papa Benedicto XVI en el vuelo de San Pablo a Aparecida, cuando dijo: “Estoy convencido, al menos en parte, que aquí se decide el futuro de la Iglesia católica. Para mi eso fue siempre evidente”.

Sobre la situación actual de la Iglesia indicó que “era necesario liberar la fe de las incrustaciones mundanas para volverla nuevamente atractiva. Y citando a un autor italiano añadió: “Seguramente ya sus predecesores han iniciado un progresivo desmantelamiento de la pesadez real de la curia. Juan Pablo II prefería estar por las calles del mundo que en el Vaticano. Y Benedicto XVI disparó rayos contra el hacer carrera, clericalismo, mundanidad, división, ambiciones de poder y suciedad en al Iglesia. Ahora Francisco realiza lo que su predecesor pidió tantas veces... y mucho más. Todo esto es parte de la 'revolución evangélica' que marca un profundo cambio del modo mismo de ser papa”.

Y Carriquiry concluyó proponiendo que la encíclica Lumen Fidei sea leída a la luz del pontificado del papa Francisco, de las perlas de sus homilías cotidianas, de su catequesis y del “salir" como misionero para compartir la luz de la fe 'ad gentes'.  

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Egipto: este jueves celebrarán la misa por la Asunción
Será por la mañana y no por la noche, para evitar situaciones de peligro

Por Redacción

ROMA, 21 de agosto de 2013 (Zenit.org) - “La situación de seguridad está mejorando, en parte porque han sido capturados algunos líderes extremistas que incitaban a los jóvenes a la violencia. Todavía estamos encerrados en casa, pero los soldados nos han traído pan”.

Estas han sido algunas de las declaraciones de Mons. Youhannes Zakaria, obispo copto católico de Luxor a la agencia de noticias Fides, sobre la situación en Egipto.

El obispo desde  hace veinte días está recluido en el Obispado debido a la violencia que afecta a su país.

“De todos modos, mañana 22 de agosto, según el calendario juliano celebraremos la Asunción, con una misa que se celebrará por la mañana en vez de por la noche, por razones de seguridad.

Las celebraciones de este año serán muy reducidas ya que debemos tener cuidado de como nos movemos. Pero gracias a la policía y a los militares, nos sentimos más seguros que hace unos días”, declaró el obispo.

Mons. Zakaria también ha dado las gracias “a los que desde todas partes del mundo han querido expresar su solidaridad con el pueblo egipcio. He recibido llamadas telefónicas de los Estados Unidos, un obispo me llamó desde Alemania. Todos me han dicho que han recibido el llamamiento del Papa Francisco a orar por la paz en Egipto. Es una solidaridad verdaderamente increíble que me conmueve”.

“Todo el pueblo egipcio sufre, los musulmanes y los cristianos están unidos por sufrir la violencia de los extremistas. Así que por eso pido a todos que sigan orando por Egipto", dijo al concluir Mons. Zakaria. 

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Pío X
«Papa de la Eucaristía, gran reformador, celoso sacerdote y carismático pastor; un hombre sencillo y abnegado que asumió la altísima misión de regir a la Iglesia en medio de conmovedoras lágrimas, confesando su sentimiento de indignidad»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 21 de agosto de 2013 (Zenit.org) - «Para alabar a Dios bien, no se necesita ser sabio», decía Giuseppe M. Sarto, segundo vástago de los diez nacidos en una humilde familia de Riese, Italia, donde nació el 2 de junio de 1835. Su padre, cartero, murió cuando él se hallaba en plena juventud, pero su madre, que hizo un ímprobo esfuerzo para poder darle adecuada formación, tendría la alegría de verle con el solideo cardenalicio; había visto crecer a su pequeño «Beppi» recordando por activa y por pasiva que sería sacerdote. Su excelente formación catequética le marcó. Precisamente la catequesis fue una de las líneas significativas de su pontificado porque sabía el bien que una preparación rigurosa reporta a la fe, especialmente a estas edades. Una beca del párroco le permitió seguir cursando estudios en Castelfranco Veneto, aunque para ello debía recorrer diariamente 8 km., una distancia que efectuaba a pie dos veces. Sus arduos sacrificios dieron resultado, y en 1850, con otra ayuda que recibió del obispo de Treviso, se trasladó al seminario de Padua. Fue ordenado previa dispensa en 1858. Durante nueve años ejerció como vicepárroco de Tombolo y en 1867 fue designado párroco de Salzano (diócesis de Treviso). Si en Tombolo había abierto una escuela nocturna para adultos, en Salzano y Treviso siguió en esta línea ocupándose de ellos y también de los jóvenes. Sufragó las obras de ampliación del hospital de esta ciudad, restauró la iglesia y mostró su generosidad y abnegación con los afectados por la epidemia de cólera. Desde 1875 a 1878 fue director espiritual y rector del seminario, canónigo, vicario general y capitular a la muerte del prelado Zanelli.

En noviembre de 1884 fue designado obispo de Mantua, una diócesis difícil, presa de divisiones entre el clero. En su ejercicio pastoral tuvo como punto de mira singular la formación de este colectivo. Impartió en el seminario teología moral y dogmática; era seguidor de la doctrina tomista. En 1893 León XIII lo nombró cardenal de San Bernardo alle Terme, y casi a renglón seguido patriarca de Venecia en un momento político complejo por los afanes de injerencia del gobierno italiano que hubiera querido influir en su nominación. En Venecia prosiguió con su apostolado, promovió el canto gregoriano, estableció la facultad de derecho canónico y se granjeó el afecto y el respeto de los fieles. Era un hombre sencillo y humilde, de inmenso corazón, sensible al sufrimiento de los pobres y enfermos. Luchó por amor a Cristo para superar sus debilidades, y huyó de cualquier atisbo de pompa y ostentación, despidiendo al servicio para ser atendido por sus hermanas. Siempre se sintió, y así aludía a su persona, como un «cardenal rural».

Muchas obras impulsó en Venecia hasta que en 1903, tras la muerte del papa León XIII, después de varias votaciones del cónclave fue elegido para sucederle. Inicialmente todo apuntaba al cardenal Rampolla, pero fue vetado por el emperador de Austria. Por eso, Giuseppe –que escogió el nombre de Pío en honor de los pontífices que habiéndolo elegido antes dieron su vida defendiendo la religión–, revocó la prebenda de los gobernantes para intervenir en nombramientos que debían regirse por la voluntad de Dios. Él mismo, abrumado por la altísima misión que se le encomendaba, y sintiéndose indigno, quiso rehusarla, sin poder contener sus lágrimas. Pero le hicieron ver que aceptando la elección cumplía la voluntad divina. Con el peso de la temblorosa soledad del que ha sido designado para regir la Iglesia, manifestó: «Acepto el pontificado como una cruz…». Creyó que Dios le daría las gracias precisas para ejercer el gobierno, como así fue. Desde el principio se propuso «renovar todas las cosas en Cristo». Hacia Él quería conducir al mundo entero, afligido al constatar que el hombre vivía de espaldas a Dios.

Era piadoso y firme; estaba lleno de caridad. Había demostrado sobradamente sus dotes para encauzar la vida espiritual de los fieles corrigiendo y animando, exhortando a todos a que dejasen penetrar en su espíritu el amor de Dios. Y en esa línea se mantuvo cultivando personalmente la oración, llevando por doquier la devoción por Cristo y por María, sin abandonar los estudios. Se ocupó de que la instrucción catequética llegase a los adultos –es autor de un catecismo–, y a los jóvenes en las escuelas y en la universidad, de la formación del clero, diseñó un nuevo programa de estudios para los seminarios, estableció el seminario regional (le preocupaba la santidad de los sacerdotes), impulsó la redacción de un nuevo Código de Derecho Canónico, creó el Pontificio Instituto Bíblico en Roma, emprendió una importante restauración del Vaticano, dio realce a las misiones en la Iglesia, etc. También fomentó la recepción de la comunión, que aconsejaba fuese diaria, impulsó la solemnidad de los Congresos Eucarísticos, (de ahí su reconocimiento como «papa de la Eucaristía»), promovió la música sacra y dio realce al canto gregoriano. Además, combatió las herejías y plantó cara al modernismo entre otras acciones encaminadas a preservar la pureza de la fe.

En el aspecto diplomático tuvo que lidiar con distintos gobiernos reacios a la Santa Sede. Vaticinó el estallido de la Primera Guerra Mundial y profundamente consternado manifestó: «Esta será la última aflicción que me mande el Señor. Con gusto daría mi vida para salvar a mis pobres hijos de esta terrible calamidad». Pocos días después de expresarse así, cayó gravemente enfermo. Murió el 21 de agosto de 1914. En su testamento escribió: «Nací pobre, he vivido en la pobreza y quiero morir pobre». En el funeral se resaltaron las tres virtudes características de su vida: pobreza, humildad y bondad. Pío XII lo beatificó el 3 de junio de 1951, y también lo canonizó el 29 de mayo de 1954.

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