22.08.13

Confesarse uno para que la Iglesia mejore

A las 12:43 PM, por Jorge
Categorías : Sin categorías

 

El cura Paco, siempre fue Paco para los compañeros, mantuvo siempre su pequeño ten con ten con su madre la Iglesia. No recuerdo cura más fraterno con los curas, ni hombre que quisiera más a su Iglesia. Quizá por eso sufría tanto.

Se ordenó allá por los sesenta, con su sotana como estaba mandado. Tras el concilio se embarcó gozoso en lo que comprendió como la necesidad de “aggiornamento”. Siempre parroquias poco cómodas. Pasó de la sotana a la camisa según entendió que había que hacer en aquel momento. Me decía hace años ¿tú crees que deberíamos volver otra vez a la sotana?

Pasó momentos difíciles. Vital, entusiasta, visceral en ocasiones, cada documento, cada declaración, cada gesto lo estudiaba, analizaba, intentaba vivirlo… aunque algunas cosas le hacían chirriar y le rasgaban el alma. No voy a decir qué cosas concretas, pero a veces nos decía: “si lo dice la Iglesia será así, pero yo no entiendo nada, a mí me parece una barbaridad, un disparate”. Ya. ¿Y qué hacemos?

Él tenía su forma de reaccionar cuando algo le afectaba especialmente. Se iba a la iglesia, se colocaba delante de un enorme crucifijo y lentamente recitaba el credo, el largo, y cuando llegaba a eso de “Creo en la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica” lo repetía tres veces. Y tras la confesión de fe, buscaba un cura y se confesaba. Porque decía el bueno de Paco que malamente se iba a arreglar la Iglesia si él no cambiaba.

Eso sí, decía, “si veo al obispo se lo digo igual”.

Me impactó tanto lo de Paco que cada vez que pienso en errores de la Iglesia, intento confesarme lo primero. Y es la recomendación que hago a mi gente cuando me vienen con esas de que si la Iglesia no es fiel a Cristo… De acuerdo, la Iglesia… y tú, ¿hace mucho que no te confiesas?