1.09.13

Acaba de caer en mis manos un reciente ejemplar de Catalunya cristiana, semanario de información religiosa especialmente de Cataluña y que puede adquirirse en parroquias, iglesias y librerías. Desde el año 2009 comparte la redacción con Ràdio Estel. Es interesante observar el cambio de Catalunya cristiana no solo ya por los colaboradores, sino fijándose simplemente en la cabecera y el aparentemente ligerísimo cambio en su cabecera.

El dibujo que abre este post es la cabecera de Catalunya cristiana hasta el año 2009 cuando comienza sus andanzas con Radio Estel. El nombre y como logotipo, lo que podrían ser unas barras que identifican Cataluña, y una cruz que hace visible su ser revista católica o al menos cristiana.

Ahora el logotipo es otro. Las barras más marcadas mientras desaparece la cruz y nos encontramos con una “estela” al lado de la bandera configurando esa “estelada” símbolo evidente del independentismo catalán.

Muy significativo. Un semanario de información religiosa editado por las diócesis catalanas haciendo apuesta clarísima por la opción independentista. ¿Qué pasa, que los católicos no independentistas no tienen cabida en la Iglesia? ¿Es que vamos a entender como normal que las diócesis catalanas se abonen a opciones políticas partidistas concretas? Tanto hablar de democracia eclesial ¿se ha preguntado a los católicos de Tarragona, de Lérida si están por la labor? Gente que se rasga las vestiduras porque dicen que si Rouco se alía con el PP, y aquí tenemos una iglesia aliada con los partidos soberanistas y por lo visto no es lo mismo. Me resulta a la vez curioso que mientras se pide, parece que con la boca pequeña, la separación iglesia estado y la renuncia de la Iglesia a cualquier prebenda que le pueda venir de la administración, Catalunya cristiana se financie en parte con fondos aportados por la Generalitat. Pues quien paga manda. En Madrid, en Barcelona y en Sebastopol.

Tremendo el cambio de la cruz por la estelada. Tremendo por todo lo que significa. Se prescinde de la cruz en aras de una estrella independentista. Así le van las cosas a la iglesia en Cataluña. Cuando la cruz pasa a un segundo lugar para que el primero lo pueda tomar una opción política partidista, las iglesias se cierran y se hunden. A las pruebas nos remitimos: seminarios en almoneda, una crisis de la vida religiosa imparable y las parroquias cada vez con menos vida. Pues nada, sigan, sigan.

Y esto lo escribe alguien que quiere a Cataluña, que sus pocos días de vacaciones los pasa en Cataluña y tiene muchísimos amigos catalanes. Y no todos independentistas, por cierto.