Otras Religiones
02 de septiembre del 2013

Limpian de peticiones el Muro de las lamentaciones. Nunca son leídas y son enterradas en el Monte de los Olivos

Es para dejar espacio a nuevos mensajes. Son de personas de todo el mundo y de distintos credos. Según el rabino del Kotel, las cartas -que suman millones- nunca son leídas y son enterradas en el Monte de los Olivos de Jerusalén.


 

Los mensajes son rezos de judíos y no judíos. El lugar es un espacio espiritual para todos, dijo el rabino del Kotel, Shmuel Rabinowitz. Los contenidos de las cartas nunca son leídos ni totalmente contados por aquellos que las recolectan, y son luego enterradas en el Monte de Olivos de Jerusalén, expresó.

Este martes se limpió el Muro de los Lamentos de Jerusalén y se hizo lugar para que se puedan poner nuevos mensajes a Dios en papel entre sus antiguas rocas.

Millones de personas visitan el Kotel por año y dejan rezos escritos allí. Shmuel Rabinowitz, jefe rabino del Muro de los Lamentos, dijo que es importante asegurarse de que siempre haya lugar para notas futuras. "Hay millones de cartas entre las piedras del Muro. Éstas son rezos de judíos y no judíos, este es un lugar sagrado, un lugar para todos", dijo.

Los contenidos de las cartas nunca son leídos ni totalmente contados por aquellos que las recolectan, agregó, pero estiman que en cada limpieza hay suficiente para llenar al menos 100 bolsas de supermercado, cada una con miles de notas. Éstas son luego enterradas en el Monte de Olivos de Jerusalem, expresó.

"Estamos quitando estas cartas para que la gente pueda poner nuevas. Protegemos la privacidad de las mismas y las enterramos en la tierra", agregó Rabinowitz.