Secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana

Mons. Scarpellini afirma que la Iglesia en Bolivia fue más dura «con los gobiernos neoliberales» que con Evo Morales

 

Tras su toma de posesión como obispo de El Alto, el secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), monseñor Eugenio Scarpellini, ha asegurado que desde la Iglesia Católica «éramos más duros con los gobiernos neoliberales». En una entrevista con Página Siete, el sacerdote italiano, que cumple 25 años de servicio en Bolivia, también confirmó que él fue quien invitó al Papa Francisco el 17 de mayo del presente año para que visite al país.

03/09/13 9:32 AM


(Página Siete/InfoCatólica) Mons Scarpellini tomó posesión como titular de la Diócesis de El Alto en reemplazo de monseñor Jesús Juárez, actual arzobispo de Sucre.

- ¿Cuáles son sus planes para encarar una nueva misión como obispo de El Alto?

Estoy en El Alto hace tres años como obispo auxiliar, así que no es nuevo. La idea es dar continuidad a lo que se está haciendo, ir conformando las parroquias para que estén al servicio de la gente, porque El Alto ha crecido mucho, y trabajar en el tema de las vocaciones. El Alto es deficitario de vocaciones y en el país tenemos este mismo problema. En toda Bolivia tenemos 1.500 sacerdotes y es muy poco. En El Alto tenemos 68, incluyendo la ciudad y las seis provincias. La Diócesis de Bérgamo, de donde yo soy, y que tiene más o menos la misma población que El Alto, tiene 850 sacerdotes.

- ¿Influye en esto la proliferación de iglesias evangélicas o de otras religiones?

No es un problema de las iglesias, es un conjunto de factores. La figura del sacerdote como tal no es muy atractiva para los jóvenes. Es difícil, es sacrificado, es algo que te compromete a una vida de servicio y muchas veces sin muchas recompensas humanas. Por otro lado, las familias no entienden cuando un hijo quiere ser sacerdote y ponen toda clase de estrategias para convencerlo de desistir, hasta chantajes morales, los he visto… Si antes el sacerdote tenía un rol protagónico en la comunidad, hoy no; hay caminos mucho más fáciles para ello: movimientos sociales, sindicatos, estudios…

- ¿Crece o decrece el catolicismo en el país?

El porcentaje es bastante constante. Parecería que en algún momento algunos, por una situación personal, de vida, se acercan a una congregación religiosa, a un grupo hermano (Eklesía u otros), pero después vuelven a la Iglesia Católica. El pueblo boliviano, El Alto, tiene muy arraigada una fe en un Dios Creador. Existe una devoción popular, una serie de tradiciones que conducen a Dios, y es muy arraigado. Por eso salen y vuelven, lo veo constantemente.

- ¿En qué ha influido a la Iglesia Católica el hecho de que Bolivia, que históricamente era un Estado católico, se declare Estado laico?

Quisiera recordar dos cosas. Lo primero, la Iglesia Católica ya no es religión oficial desde 1967. Segundo, quiero recordar que la misma Iglesia Católica pidió que el artículo 3 de la antigua CPE se revisara, que se planteara que Bolivia sea un Estado laico. Laico significa que hay un espacio de política administrativa de la sociedad, a través de sus gobernantes, que no privilegia ninguna religión y hay un espacio donde la persona vive su fe, su religión con absoluta libertad y garantías.

- ¿Cuál es la función de un Estado laico frente a la religión?

Es el de no privilegiar ninguna religión, pero poner en alto estructuras, situaciones que favorezcan la formación religiosa de todos sus ciudadanos, según la religión que quieran profesar, para que todos puedan vivir, celebrar y manifestar su vida religiosa. Estoy hablando de capacidad educativa, de capacidad de gestión en obras sociales, etcétera. Hay una interrelación sumamente positiva en la vida religiosa y la social; no hay contraposición, sino integración para el bien de la gente.

- ¿Esa tensión que se percibe con el Gobierno es más aparente?

Diría que hay dos niveles. Y hay que decirlo con claridad. Algunas veces es mediática, los medios a veces se aprovechan de eso, y lo segundo es que hay aún personas e instancias gubernamentales que no entienden bien esta relación entre Estado laico y religión, y piensan que Estado laico es darle la contra.

- A veces es evidente la confrontación...

La Iglesia dio «palo» a los dictadores en tiempo de dictadura, porque estaba por la democracia. En tiempos de democracia, la Iglesia también fue fuerte con sus denuncias, cuando había atropello a los derechos humanos en momentos de confrontación social. Y lo hizo con gobiernos neoliberales. Y si hoy hay situaciones que afectan los derechos humanos, como el tema de Palmasola o manifestaciones sociales que creemos son realmente justas, la Iglesia sale defendiendo lo que es justo. Aunque sea un Gobierno de otra índole ideológica, la Iglesia no ha cambiado su postura.

- Pero ha bajado el tono, era más crítica a los gobiernos neoliberales que ahora.

Es interesante esto, porque a veces dicen que la Iglesia está en contra del actual Gobierno. No. Éramos más duros con los gobiernos neoliberales porque valoramos las cosas positivas que se están haciendo ahora. Pero cuando vemos actitudes que según nuestra manera de ver no son positivas, sentimos el deber moral de denunciarlo.

- Por ejemplo…

Cuando hay violencia o se solucionan problemas con la violencia… No podemos aceptar. Cuando vemos que todavía la seguridad ciudadana no se trabaja fuertemente, cuando vemos que se utiliza la justicia de manera muy parcial (...) lo denunciamos en 2011 con la carta de arzobispos. O cuando vemos que hay la tendencia de manejar de forma diferente ciertos hechos en función de ciertas posturas se debe alertar sobre esto. Cuando vemos la vulneración de los derechos de las personas, especialmente de la mujer y los niños (…), es nuestro deber decirlo. Más allá del Gobierno que esté, es el deber de la Iglesia. Partimos de un principio fundamental ético, moral y evangélico: que toda persona humana es hijo de Dios. A partir de ello miramos la realidad.

- La Iglesia mandó un mensaje interesante, en Cochabamba, este 6 de agosto, cuando anunció que no asistiría a los actos de celebración.

Pero eso se está haciendo hace varios años... Yo soy obispo de El Alto y allí proponemos la celebración del tedeum unos días antes del 6 de marzo (aniversario de El Alto). Invitamos a todas las autoridades y los que quieren participar lo hacen, celebramos la eucaristía, después ellos hacen su acto cívico…

- Pero la Iglesia dijo que no asistiría al acto nacional.

Porque es el Gobierno el que organiza el acto religioso y en un Estado laico no le toca al Gobierno organizar un acto religioso. Lo dije varias veces, el acto religioso lo organizamos las iglesias históricas, nuestras, nosotros lo preparamos y lo hacemos; pero cuando un acto es preparado y conducido por un Gobierno va en contra de su misma Constitución porque es un Estado laico. Y en eso estamos firmes y no queremos ni aceptamos que se manipule este elemento.

- ¿Cómo se está encarando la visita del presidente Evo Morales al papa Francisco, el 6 de septiembre?

Estamos contentos. El pedido del Jefe de Estado pasó por nuestras instancias y la Nunciatura hizo las gestiones. Y si la Nunciatura lo hizo es porque estamos contentos y favorables a ello. Me parece lindo que un Presidente de Bolivia se acerque al Papa para dialogar con él. Tendrá inquietudes que manifestar y seguramente recibirá otras del Santo Padre. Además, hay cierta sintonía entre nuestro Presidente y el Papa. Él (Morales) dijo, después de su visita a Brasil, cuando el Papa estuvo allá, que el Santo Padre lo había alabado, entonces es una sintonía que va en bien de Bolivia.

El papa Francisco está en sintonía con Bolivia. Conoce el país, vivió unos meses en Bolivia. Eso me consta, porque lo encontré en mayo pasado y me manifestó que conoce Bolivia y El Alto. Esperamos que se den pautas para una mejor colaboración entre Estado e Iglesia en Bolivia… porque siempre hay que mejorar.

- ¿Usted cree que el Presidente busca bajar las tensiones con la Iglesia, que al principio de su gestión se elevaron bastante?

Yo prefiero no entrar en las intenciones del Presidente, él las tendrá en su corazón. Yo leo los hechos: él ha pedido un acercamiento al Santo Padre; como tal se acercó a él en Río de Janeiro y hoy pide ir a Roma, y para mí éste es un hecho positivo.

- ¿Es posible esperar una próxima visita del papa Francisco a Bolivia?

Yo he sido la primera persona en invitar al Papa a Bolivia. El 17 de mayo, en Roma, entregué personalmente, en manos del papa Francisco, la carta en la que los obispos de Bolivia lo invitamos al país. Hablamos unos minutos, recibió la carta e hizo una gran sonrisa, como diciendo: «Me invitan todos los países del mundo, no sé qué haré». No creo que sea tan sencillo que se produzca de inmediato, tal vez en 2015.