IGLESIA EN ESPAÑA

“La beatificación de un monje mártir en nuestros días es un reclamo para los cristianos de hoy a vivir confiados en que Dios sigue siendo el valor más importante en la vida


 

Vicente Pecharroman Tristán, miembro de la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, ha sido el Postulador de dos de las causas de beatificación realizadas para la próxima Beatificación de los mártires del Siglo XX en Tarragona el 13 de octubre. Una de ellas  es la de Manuel Sanz Domínguez de la Sagrada Familia, Monje profeso de la Orden de San Jerónimo, del que nos habla en esta entrevista concedida a Agencia SIC.

Manuel Sanz Domínguez de la Sagrada Familia, Monje profeso de la Orden de San Jerónimo, muerto por odio a la fe en 1936 en Paracuellos del Jarama (Madrid) es el único miembro de la Orden de San Jerónimo que será beatificado el próximo octubre.

P- ¿Cuál ha sido el proceso seguido para llevar a cabo esta causa? ¿Cómo se inició?

El procedimiento instructorio diocesano se abrió en la archidiócesis de Madrid el 1 de diciembre de 1997 y la sesión de clausura tuvo lugar el 28 de noviembre de 1998.

La Positio super martyrio fue presentada el 14/02/2001 y el Decreto super martyrio fue publicado con fecha 20/12/2012

P- ¿Cuáles han sido las dificultades más importantes que han tenido que superar?

Ninguna dificultad especial.

P- Si tuviera que resumir en una idea el ejemplo de estos mártires, su respuesta ante la muerte ¿cómo lo describiría?

Fray Manuel era consciente de que le buscaban para matarle por ser sacerdote  religioso, pero   afrontó la situación con admirable entereza y con gran paz. Su aceptación de la voluntad divina, cualquiera que ella fuera, quedó reflejada en una hermosa frase pronunciada en el Monasterio de la Concepción Jerónima de Lista, Madrid, pocos días antes de ser encarcelado:  “Suceda lo que suceda doy gracias a Dios, porque me ha concedido un destino grande y hermoso. Si vivo, creo que veré restaurada la Orden Jerónima, objeto de todos mis sueños; y si muero, seré mártir por Cristo, que es más de lo que podía soñar”.

P-¿Qué supone, para los cristianos de hoy en día, una beatificación de alguien tan cercano en el lugar incluso en el tiempo?, ¿Y en especial para su diócesis/congregación?

La beatificación de un monje mártir en nuestros días es un reclamo para los cristianos de hoy a vivir confiados en que Dios sigue siendo el valor más importante en la vida. Ocupados en los quehaceres de una sociedad tejida de prisas y de competiciones entre unos y otros, el monje mártir nos invita a acudir al Señor cuando estemos cansados y agobiados y a  ‘buscar las cosas de allá arriba’.

Para la Orden Jerónima, la beatificación de Fray Manuel, restaurador de la Orden a principios del siglo XX, es un estímulo a vivir fielmente la vocación monástica y una esperanza de que bajo su protección surjan nuevas vocaciones para la Orden.

P-Actualmente ¿Siguen investigando en otras futuras beatificaciones de la misma  congregación?

No. La Orden Jerónima promovió la Causa de Fray Manuel bajo el impulso e invitación del Beato Juan Pablo II a realzar la entrega generosa de tantos sacerdotes, consagrados y seglares en la persecución religiosa del siglo XX en España. Esto ha significado una excepción, aunque grata, en el modo de proceder de la Orden que sólo aspira a tener a sus hijos inscritos en el Libro de la Vida.

(Agencia SIC)