21.09.13

 

Un hombre, una mujer y la hija de ésta, de 5 años, fueron encontrados muertos en una casa de Villa Concepción (San Martín, Buenos Aires), y los investigadores intentan determinar si murieron como consecuencia de un pacto suicida vinculado a cuestiones religiosas. El fiscal de San Martín a cargo del caso, Carlos Insaurralde, confirmó a Télam que el hombre practicaba el rito umbanda y que se encontraron anotaciones respecto a que le encomendaban su alma a Dios, pero explicó que hallaron en un vidrio una anotación con un pedido de auxilio y que llamaran al 911.

Ante esa situación, los investigadores tampoco descartan que el hombre hubiera retenido a la mujer y a su hija contra su voluntad dentro de la casa, que las haya matado y, luego, suicidado. Fuentes policiales confirmaron que el hecho fue descubierto el pasado 19 de septiembre en una casa ubicada en la calle 4 de Febrero al 1800, de esa localidad del partido de San Martín, y la estimación de los forenses que observaron los cadáveres es que llevaban muertos entre 30 y 45 días.

Según los investigadores, todo comenzó cuando varios vecinos alertaron a la Policía de que de la casa salía un fuerte olor y de que a los dueños de esa vivienda hacía muchos días que no se los veía salir. “Los vecinos contaron que se trataba de una familia muy introvertida, que no tenía relación con nadie en la zona y que jamás recibía la visita de familiares”, dijo a Télam un jefe policial que participa de la pesquisa.

Personal de la comisaría de Villa Concepción se dirigió al lugar y encontró la casa cerrada por dentro, por lo que con una orden judicial y un cerrajero, logró ingresar y encontró los cadáveres. Según las fuentes, los cuerpos de la mujer y su hija fueron hallados dentro de la cama de una de las habitaciones, tapados con una manta, y el del hombre estaba tirado al lado de esa cama. “Estaban en avanzado estado de descomposición. Creemos que las muertes se remontan a fines de julio último, cuando fueron vistos por última vez por los vecinos”, explicó un investigador policial.

En tanto, el fiscal dijo a Télam que el estado de descomposición que tenían los cadáveres “hace imposible determinar a simple vista si existió algún tipo de violencia sobre ellos”, aunque descartó el móvil de robo como línea investigativa, ya que “no había ningún acceso violentado y la casa tenía un cierto orden”.

El culto umbanda

Por otra parte, algunos vecinos contaron que en la casa se practicaba un rito y que era frecuente escuchar por las noches rezos y cantos con salmos en los cuales le encomendaban sus almas a Dios. El fiscal precisó a Télam que, de acuerdo a los primeros datos obtenidos, “el hombre practicaba el rito umbanda” y que “habían tomado la decisión de no tener contacto con otras personas, incluidos los familiares”. Algunos medios, sin embargo, señalan que la familia sería de confesión evangélica.

El fiscal Insaurralde aún intentaba este mediodía determinar cuál era la relación entre el hombre y la mujer y certificar si la niña era hija del hombre fallecido o de otro hombre. “Este punto es fundamental”, dijo el investigador judicial, ya que a su criterio “una de las hipótesis es que el hombre pudo haber mantenido contra su voluntad a la mujer dentro de la casa junto a la niña, y que ambas hayan sido víctimas del accionar del hombre”.

Esa versión cobró fuerza tras el hallazgo de un pedido de auxilio en una de las ventanas de la casa. “Auxilio, llamen al 911″, decía la inscripción encontrada, según contó el fiscal a Télam, quien inmediatamente ordenó el secuestro de todos los papeles manuscritos hallados en la casa para realizar un comparativo de la caligrafía, con el fin de establecer si fue escrito por alguna de las personas muertas.

Por otra parte, los investigadores descartaron que las víctimas hayan muerto como consecuencia de un escape de gas o algún problema con la instalación eléctrica. Peritos en rastros que trabajaron en la casa secuestraron también una botella plástica con líquido que ahora será analizado, ante la sospecha de que pudiera contener algún veneno. El fiscal ordenó el traslado de los cuerpos a la morgue para la realización de las autopsias, aunque debido al estado de descomposición en el que se encontraron, las operaciones se harían rápidamente tras un proceso de enfriamiento.

Más detalles del suceso

Las víctimas fueron identificadas como Eduardo Ariel Mauriño, de 33 años, su esposa Sandra Graciela, de 47, y la hija de ambos, de 5 años, tal como informa El Comercial. De acuerdo con las primeras informaciones, el lugar no presenta signos de violencia o de algún enfrentamiento, ni tampoco se pudieron ver heridas en los cuerpos. Asimismo, los peritos analizan el contenido de un líquido hallado dentro de una botella. La Policía investiga si se trató de un pacto suicida o de algún accidente doméstico. Descartan un hecho delictivo porque ningún elemento de valor faltaba de la vivienda. El fiscal del caso, Carlos Insaurralde, confirmó que en el lugar se halló un escrito que decía: “Ojalá Dios nos lleve”, lo que aumenta las sospechas de que se trató de un suicidio.