Hace pocos días cumplió sus bodas de oro sacerdotales celebrando la Santa Misa junto al Papa Francisco en Roma. Mons. Joan Piris, obispo de Lleida y presidente de la Comisión episcopal de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española ha recibido a Agencia SIC en una entrevista en la que ha recordado sus años de ministerio y el encuentro con el Papa Francisco.
P.- Usted ha cumplido recientemente 50 años de sacerdocio y, desde 2001 ha desarrollado su ministerio episcopal en varias diócesis. ¿Cómo resumiría el servicio a la Iglesia prestado tanto como sacerdote como obispo en este medio siglo?
R.-No es fácil resumir 50 años. Yo he tenido la gracia de cambiar muchas veces de servicio y valoro este hecho. También hay que valorar la permanencia, la estabilidad, pero a mí me ha tocado cambiar repetidamente, cada 5 o 6 años he cambiado de tarea con lo cual he tenido una variedad de ministerios, sobre todo antes de ser Obispo, que me ha hecho vivir con una gran agilidad mental.
Creo que el ministerio, en el fondo, ha sido el mismo. Ser Obispo me ha añadido más responsabilidad pero he tenido la fortuna de tener siempre buenos colaboradores, que me han ayudado y me han abierto nuevos horizontes. He acompañado a muchas personas y me he sentido acompañado por muchas personas; no he sentido, esa famosa ‘soledad del presbítero, aunque quizás sí un poco más como Obispo.
P.- Ha celebrado su 50 aniversario de ordenación con una Eucaristía junto al Papa Francisco en Santa Marta ¿Qué supuso ese momento?
R.-Ese día coincidió la fecha de mi ordenación sacerdotal con el día en el que el Papa Francisco había decidido seguir el camino de la consagración. Fue muy emotivo porque había un clima de mucha confianza y de mucha intimidad. El Papa Francisco es un hombre con el que no hay distancias, rompe las distancias, es el primero que toma la iniciativa de salir a tu encuentro, de preguntarte cómo te encuentras… Al saludarme me dijo “¡50 años aguantando!” y le contesté “Bueno… me aguanta “el de arriba”.
Esa celebración supuso una experiencia muy rica. En esos momentos reviví muchas cosas y tuve presentes a tantísimas personas. Ofrecí la Misa por todas las personas con las que me he cruzado en mi vida.Un servicio ministerial a la Iglesia es una oportunidad de relación máxima. Yo he estado en 4 parroquias, he sido miembro de organismos nacionales o internacionales… con todo esto, he tenido oportunidad de ver, de escuchar, de ayudar a mucha gente… seguro que también, sin querer, no he respondido como algunas personas esperaban. Habrá que pedir perdón, lo hago… pido perdón al Señor cada día.
P.-Ese día, le mostró al Papa el Proyecto Viviendas Solidarias del Seminario. Un proyecto con el que se ‘adelantaron’ a las palabras del Santo Padre sobre el uso de edificios inutilizados de propiedad diocesana o religiosa
Le mostré al Papa el proyecto porque así me lo pidieron los voluntarios de Lleida. Unos días antes de irme me dijeron ‘Ya que va a Roma y verá al Papa ¿por qué no le muestra el proyecto de las Viviendas sociales del Seminario?’, el Papa acababa de pronunciar aquellas palabras sobre el uso social de edificios de la Iglesia inutilizados. Los voluntarios escribieron una carta y prepararon una carpeta para el Santo Padre con fotos, explicaciones del cómo, por qué y desarrollo del proyecto… Antes de celebrar la Misa, en la sacristía, se lo comenté y, en el saludo posterior a la celebración le entregue la carpeta. La observó bien, estuvo preguntado detalles y sobre todo, animando… Cuando vio la foto de los voluntarios me dijo ‘¡Aquí hay mucha gente pero implica a más personas! Añadió ‘¡esto es lo que hay que hacer!, por este camino hay que continuar creciendo’. Se lo agradecí y estoy muy satisfecho de esta iniciativa que, pienso, viene de Dios.
P.- Como Obispo de Lleida ha apoyado personal e institucionalmente este proyecto. Las circunstancias actuales ¿piden a la Iglesia un compromiso social más activo e incluso ‘creativo’?
R.- Creo que el Señor está pidiendo este tipo de iniciativas a las comunidades que pueden llevarlas a cabo. La Iglesia, durante toda la historia no ha hecho otra cosa que ayudar a vivir, ha construido hospitales, universidades, centros de acogida… Si Dios habla por medio de las personas, acontecimientos, situaciones, etc. lo que nos rodea actualmente es muy preocupante, hay mucha gente que sufre por motivos socioeconómicos, morales… y ante la pregunta ¿Qué podemos hacer? Pues si tenemos espacios infrautilizados y pueden servir, podemos ponerlos a disposición de quienes lo necesitan.
(Mª José Atienza/ Agencia SIC)