3.10.13

Con un par… y ¡Cómo es la dictadura gay!

A las 12:11 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe

Barilla

Este hombre tiene dos dedos de frente aunque, hoy día, no sea muy común entre según qué personas…

A esta altura de la película todo el mundo bien avisado sabe lo que ha pasado con unas declaraciones de Guido Barilla, a la sazón presidente del grupo que lleva su apellido y que es más que conocido por cualquiera que lleve a su estómago la pasta italiana.

Según están las cosas, este hombre no podía ignorar que le iba a pasar lo que le ha pasado y, seguramente, lo que le seguirá pasando. Y, sin embargo, dijo lo que dijo porque, a lo mejor, ¡se lo cree y lo dice!

¡Qué valor hay que tener, en este mundo políticamente correcto, para decir ciertas cosas!

Era de esperar que las personas que pertenecen, no ya al grupo de homosexuales sino, más en concreto, al grupo de presión que hace lo posible e imposible para que sus ideas contranatura se impongan a una sociedad muy mayoritariamente heterosexual, se iban a poner como unas fieras en cuanto leyeran lo que había dicho don Guido. Otra cosa no se puede esperar de según qué personas.

Le han dicho de todo lo que se puede decir desde la posición de alguien que se siente fuerte porque es apoyado por la gran mayoría de poderes públicos de occidente que ven en la homosexualidad una forma de tergiversar el devenir lógico y esperado de una sociedad heterosexual que de no actuar como la naturaleza dicta que se actúa haría muchos siglos que hubiera dejado de sociedad por falta de individuos que la constituyesen.

Pero esto no es lo peor. Aún hay algo que es tan grave que requiere la reacción de un gran número de personas.

Esto, sin duda, la falta de libertad de expresión que se dicta desde el lobby gay es una auténtica, funesta, asquerosa e impresentable dictadura, es lo que es infinitamente más grave por lo que supone.

Por ejemplo, cualquiera que pertenezca a este grupo de personas o que quiera dorarles la píldora (hacerles la pelota o venderse a sus ínfulas de poder), puede decir lo bien le venga en gana contra aquellas personas, gran mayoría (no lo olvidemos) que no tienen a bien aceptar que se eduque a sus hijos con patrones propios de tal tipo de comportamientos o se le metan por los ojos conductas homosexuales como si fuera lo más normal del mundo.

A este respecto, no venga nadie a decir que la aplicación a rajatabla de la llamada “ideología de género” es algo malo porque caerán sobre tal persona o grupo que así opine las más terribles palabras de descrédito por no estar a la moda, no ir con el mundo o, simplemente, ser carca u homófono.

¡Homófobo! Que gran palabra utilizada como comodín de esta dictadura homosexual que pretende instalarse en el seno de la sociedad occidental. Saliendo a relucir en cuanto no sea del gusto homosexualoide aquello que se dice o escribe. Y eso es lo que ha pasado en el caso Barilla. Y dirán que bien merecido que se lo tiene este hombre que se atreve a escoger a la “familia tradicional” para los anuncios y publicidades de sus productos. ¡Asquerosa libertad de expresión!

Ciertamente, la libertad de expresión sólo sirve, vale, está la mar de bien y es entendida como deleite del alma, para aquellos que defiende la dictadura gay. En tal caso sí que todo es bueno y benéfico para el ser humano. Pero como se trate de que haya alguien (véase este caso particular y otros muchos) que osen decir lo contrario a lo que defiende la tal dictadura… seguramente será crucificado, escarnecido y alanceado en la plaza pública que, hoy día es la de los medios de comunicación social. ¡Y que no se le ocurra protestar a nadie!

Esto es algo parecido como cuando resulta imposible hacer propaganda, decir que se piensa cómo o, simplemente asentir con la ideología conservadora más de derechas que hay… pongamos con el franquismo pero está muy bien, es defendible y mola cantidad decir que se está muy de acuerdo con una ideología como la comunista que ha causado millones de muertos desde que salió de la boca de Satanás y fue escupida al mundo. Y eso está muy bien visto y con ello demuestras ser moderno y estar a la última…

A esto, con franqueza lo digo, sólo puede llamarse dictadura, pero dictadura de la peor catadura.

Algunos comentaristas de la noticia que ha causado este artículo venían a decir que se podía hacer un boicot a Barilla. Y eso está muy bien porque desde el otro lado, cuando vemos que alguien causa daño a nuestra fe en el sentido que sea, hacemos lo mismo con otros productos o marcas.

Sin embargo, teniendo en cuenta que las personas homosexuales son una minoría muy minoritaria y que, seguramente, no todas ellas están de acuerdo con determinadas manifestaciones del lobby gay, no es poco cierto que tal boicot iba a tener un efecto nulo.

En realidad, este hombre, que demuestra tener un par… sabe lo que hace. Pero más que bien. Algunos lo llamamos ser consecuentes y otros, ganarse el martirio social. Eso también.

En todo caso, seguramente don Guido Barilla ha de pensar que prefiere la honra a los barcos. Y otros, sin dudarlo y por mundanos, se quedan con los barcos. Faltaría más.

¡Ah, por cierto! Que nadie me malinterprete con lo del título de este artículo. Con un par de huevos (y muchos más, supongo yo) se ha de hacer la pasta que elabora en sus fábricas este buen hombre. Pero con un par de huevos metafóricos (y, por lo tanto, accesibles en su práctica tanto a hombres como a mujeres) también se hacen y dicen otras cosas.

Eleuterio Fernández Guzmán