10.10.13

Mártires de la Guerra y del siglo XX

A las 7:50 PM, por Santiago Mata
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Hoy publicó Carmelo López Arias una entrevista con el autor de Holocausto católico y Europa Press un resumen de la rueda de prensa en que presenté el libro. Esta requiere una precisión sobre la cuestión de cómo llamar a los mártires. Ayer publicó Tomás de la Torre en Infocatólica su comentario final sobre el libro. Agradezco las tres publicaciones.

Aclaración

Me parece que un párrafo del texto de EP puede dar lugar a alguna confusión, y sin ánimo de polémica lo transcribo y comento:

“Según ha apuntado, no está de acuerdo con que los obispos utilicen la expresión de ‘mártires del siglo XX’ porque se inscriban en la persecución religiosa en Europa y porque en otros países, como Rusia, fueran asesinados más sacerdotes. En este sentido, ha puntualizado que la revolución rusa “no iba contra la Iglesia de esa manera” y que no solo fueron asesinados más curas sino también más campesinos y más personas en general.”


El que como historiador considere conveniente precisar que a los mártires (como al resto) no los matan los siglos, sino en este caso que se les mata en la Guerra y en concreto en la Revolución, no significa que proponga excluir la denominación “del siglo XX” en el marco que se usa, es decir el religioso, en el que se pretende evitar toda suspicacia y para ello se renuncia a dar datos que, en cambio, en el marco histórico, hay que dar. De modo que eso significa que discrepe como historiador: en el campo religioso ni tengo autoridad ni pretendo ni puedo dar consejos, de modo que está muy bien que usen ese término, simplemente, que no se puede pretender esa denominación imprecisa en el campo histórico, o eso pienso, con todo respeto para el que piense lo contrario.


Desde el punto de vista histórico, las tres razones que se alegan para la expresión “martires del siglo XX” me parecen insuficientes: 1) que algunos fueron asesinados antes de la Guerra; sí, pero no llega al 1% por lo que no justifica cambiar el nombre común y ordinario por otro; desde luego, es más exacto mártires de la revolución que de la Guerra, pero como todas las revoluciones invocan a sus “caídos” como mártires, resulta equívoco; además, hablar de la Guerra deja abierta la posibilidad de beatificar a mártires que no hayan muerto a manos de los revolucionarios estrictamente (como de hecho es el caso, aunque sea en el contexto de un proceso revolucionario, el contexto amplio es la guerra, aunque en este caso, por el brote de 1934, la revolución preceda a la guerra); 2) que no fueran combatientes: no por no ser combatientes dejan de ser víctimas de la guerra o del proceso revolucionario que la acompañó; y 3) que la persecución española se enmarca en el siglo XX, que es lo que hay que resaltar, y en concreto que murieran más curas en Rusia: al contrario, por supuesto en Rusia murió mucha más gente, pero en la esencia de la revolución rusa el odio a la religión y en particular a la Iglesia no era tan importante, pues la Iglesia rusa no tenía el arraigo que la católica en España, no era tan urgente aniquilarla, ni de hecho se la aniquiló en unos pocos meses.