15.10.13

 

Chile otra vez. La Policía de Investigaciones (PDI) investiga tres suicidios ocurridos en Antofagasta y que podrían estar relacionados con una secta de corte destructivo, según relata el medio 24 Horas. El 20 de agosto pasado, una adolescente de 15 años se quitó la vida en el interior de su hogar y, dos semanas después, una amiga de la víctima -de 13 años- falleció en las mismas circunstancias.

Algunas semanas después, una tercera joven, esta vez de 15 años, falleció de la misma forma, pero en esta oportunidad el hecho tenía un antecedente extraño. En su rostro tenía dibujada una pirámide con un ojo en su interior, imagen conocida como el “Ojo de Horus” o “el ojo que todo lo ve”. Días después, un joven que tenía el mismo dibujo en un papel intentó quitarse la vida, pero no pudo. Una de las madres de la víctima conversó con él y éste le dijo que todos eran parte de un grupo donde se les obligaba beber varios litros de sangre. El que no lo hacía debía quitarse la vida, habría dicho el adolescente a la mujer.

Con estos antecedentes, la policía comenzó a investigar, aunque el subprefecto de la Brigada de Homicidios de Antofagasta, Jorge Curcovik, explicó al diario El Mercurio que no se ha recibido ninguna denuncia de una secta. Sin embargo, la madre de una de las jóvenes atribuye estos suicidios a “juegos de una secta”. “Nos preocupa que podrían venir muchos más adelante”, indicó la mujer, que no quiso entregar su nombre al diario.

Según pudo investigar por su parte, todas las víctimas se reunían en la galería comercial “Portal Galicia” y en el mall de la ciudad, donde participaban del juego llamado ‘ouija’ -tablero utilizado para supuestamente contactarse con espíritus- y eran guiadas por líderes religiosos. Agregó que, en agosto pasado, su hija había intentado suicidarse con pastillas, pero que su oportuno traslado al hospital regional le permitió salvar la vida.

La mujer aporta otro antecedente. Una amiga de su hija -quien se terminó suicidando- decía escuchar voces de un ángel negro que la incitaba al suicidio, del que después resucitaría. Además en su pared tenía dibujada la pirámide antes mencionada. De acuerdo con la madre de la víctima, entregó los antecedentes a la policía y ésta le dijo que se investigaría. “Al momento de quitarse la vida utiliza el mismo signo de la pirámide y se lo dibuja en la frente, en otras partes del cuerpo se pinta la cruz invertida, letras coreanas, palabras satánicas y el número 77″, explicó.

Tal como informa Terra, el subprefecto Jorge Curcovik, jefe de la Brigada Homicidios de la PDI de Antofagasta, aseveró que “había un nivel de conocimiento entre ellas, como amigas, pero no alguna otra relación. Nosotros trabajamos en el suicidio, no hemos recibido una denuncia respecto a una secta”.