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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 20 de octubre de 2013

LA FRASE DEL DOMINGO 20 DE OCTUBRE

"Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar, te enseña a que hagas cuanto puedes, y a que pidas lo que no puedes". (San Agustín 354 - 430)

 


El papa Francisco

El papa en el Ángelus recuerda que la oración nos hace sentir más cerca a Dios
Esta mañana en vía de la Conciliación se ha celebrado "100 metros de carrera y de fe"

Francisco: Dios escucha siempre y conoce todo de nosotros
Durante la oración del Ángelus, el santo padre ha dedicado un pensamiento a las mujeres que dan un verdadero testimonio

Mirada al mundo

Multitudinaria eucaristía en Santuario de Los Andes: "Es un abrazo de los jóvenes de Chile a Jesucristo y su Iglesia"
Más de cien mil personas participaron de la misa tras la peregrinación al Santuario de Santa Teresita y que además, dio término al paso de la Cruz Misionera por la arquidiócesis, tras dos años de Misión Joven

Testigos de la Fe

El movimiento apostólico de Schoenstatt inaugura su año de jubileo
El año de celebraciones comenzó en Schoenstatt el día 18 de octubre con una misa celebrada por el Cardenal Rylko

España es el país con más misioneros en el mundo, 13.000 distribuidos en 130 países
El 41,11% de los habitantes del mundo viven en los Territorios de Misión

Misionera comboniana: "Creo que Egipto puede salir adelante, hay esperanza"
Mesa redonda sobre La misión, expresión de fe y de caridad

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

Santa María Bertilla Boscardín
«Tildada de tontita, en su breve existencia recorrió un sendero espiritual admirable, calificado por Pío XII como camino de los coches: humilde, oculto, edificante. Inundó con su caridad a los pobres y a los enfermos»


El papa Francisco


El papa en el Ángelus recuerda que la oración nos hace sentir más cerca a Dios
Esta mañana en ví­a de la Conciliación se ha celebrado "100 metros de carrera y de fe"

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 20 de octubre de 2013 (Zenit.org) - Un domingo más, el santo padre se ha unido a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro para rezar juntos el Ángelus. Minutos antes de comenzar la oración mariana, en la Vía de la Conciliación se ha estado celebrando la iniciativa del Consejo Pontificio de la Cultura y el Centro Deportivo Italiano, "100 metros de carrera y de fe", en la que personas de todas las edades y representando distintas nacionalidades han realizado el tramo corriendo, en esta actividad que se enmarca en el Año de la Fe.

Con este evento, se  ha querido subrayar la importancia del deporte como bien cultural, educativo y espiritual y llamar la atención de los diversos componentes del mundo católico sobre el papel formativo que puede asumir el deporte en la catequesis cristiana. Durante el desarrollo del evento, varios corredores han dado testimonio y compartido con los presentes su historia de fe y el mundo del deporte.

Ante una repleta plaza de San Pedro y alrededores, el santo padre ha reflexionado sobre la viuda del Evangelio de hoy, invitando a los presentes y a los fieles a no cansarse nunca de rezar, porque Dios nos invita a rezar con insistencia, no porque no sepa qué necesitamos o porque no nos escuche. Del mismo modo, Francisco ha recordado que en "nuestro camino cotidiano, especialmente en las dificultades, en la lucha contra el mal fuera y dentro de nosotros, el Señor no está lejos, está a nuestro lado; nosotros luchamos con Él al lado, y nuestra arma es precisamente la oración, que nos hace sentir su presencia junto a nosotros, su misericordia y también su ayuda".

En la jornada mundial misionera que se celebra hoy, el santo padre ha querido recordar que la misión de la Iglesia es difundir en el mundo la llama de la fe, que Jesús ha encendido en el mundo. Así, ha nombrado a dos testigos de la fe que supieron cumplir esta misión de anunciar el Evangelio aunque les costara la vida; Afra Martinelli, italiana asesinada en Nigeria hace unos días y Stefano Sándor, que ayer fue proclamado beato en Budapest.

Un pensamiento especial también hoy para las mujeres, que como la viuda del Evangelio, luchan por su familia, que rezan, que no se rinden nunca. Un recuerdo hoy todos nosotros a estas mujeres que con su actitud nos dan un verdadero testimonio de bien, de valentía, de poder de la oración. También ha saludado especialmente a las madres argentinas, ya que hoy se celebra el día de la madre en la tierra natal del papa.

Leer las palabras completas del papa en el Ángelus aquí

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Francisco: Dios escucha siempre y conoce todo de nosotros
Durante la oración del Ángelus, el santo padre ha dedicado un pensamiento a las mujeres que dan un verdadero testimonio

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 20 de octubre de 2013 (Zenit.org) - A las 12 de esta mañana el santo padre se ha asomado a la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.

Estas son las palabras de papa antes de la oración  mariana:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!,

en el Evangelio de hoy Jesús cuenta una parábola sobre la necesidad de rezar siempre, sin cansarse. La protagonista es una viuda que, a fuerza de suplicar a un juez deshonesto, consigue que él la haga justicia. Y Jesús concluye: si la viuda consiguió convencer a aquel juez, ¿queréis que Dios no nos escuche, si lo rezamos con insistencia? La expresión de Jesús es muy fuerte: "Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? (Lc 18, 7)

"Gritar día y noche" ¡hacia Dios! Nos toca esta imagen de la oración. Pero preguntémonos: ¿por qué Dios quiere esto? ¿Él no conoce ya nuestras necesidades? ¿Qué sentido tiene "insistir" con Dios?

Esta es una buena pregunta, que nos hace profundizar en un aspecto muy importante de la fe: Dios nos invita a rezar con insistencia no porque no sabe qué necesitamos, o porque no nos escucha. Al contrario, Él escucha siempre y conoce todo de nosotros, con amor. En nuestro camino cotidiano, especialmente en las dificultades, en la lucha contra el mal fuera y dentro de nosotros, el Señor no está lejos, está a nuestro lado; nosotros luchamos con Él al lado, y nuestra arma es precisamente la oración, que nos hace sentir su presencia junto a nosotros, su misericordia y también su ayuda. Pero la lucha contra el mal es dura y larga, requiere paciencia y resistencia - como Moisés, que debía tener los brazos alzados para hacer vencer a su pueblo (cfr Ex 17, 8-13) Y así: hay una lucha que llevar adelante cada día; pero Dios es nuestro aliado, la fe en Él es nuestra fuerza y la oración es la expresión de esta fe. Por eso Jesús nos asegura la victoria, pero nos pregunta: "Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?" (Lc 18, 8) Si se apaga la fe, se apaga la oración y nosotros caminamos en la oscuridad, nos perdemos en el camino de la vida.

Aprendamos por tanto de la viuda del Evangelio a rezar siempre, sin cansarnos. Era buena esta viuda, sabía luchar por sus hijos, y pienso en tantas mujeres que luchan por su familia, que rezan, que no se cansan nunca. Un recuerdo hoy todos nosotros a estas mujeres que con su actitud nos dan un verdadero testimonio de bien, de valentía, de poder de la oración. Un recuerdo a ellas. Luchar, rezar siempre ¡Pero no para convencer al Señor a fuerza de palabras! ¡Él sabe mejor que nosotros qué necesitamos! Más bien la oración perseverante es expresión de la fe en un Dios que nos llama a combatir con Él, cada día, en cada momento, para vencer al mal con el bien.

Después de la oración del Ángelus, el santo padre ha dirigido a los presentes estas palabras:

¡Queridos hermanos y hermanas!

Hoy celebramos la Jornada Mundial Misionera. ¿Cuál es la misión de la Iglesia?. Difundir en el mundo la llama de la fe, que Jesús ha encendido en el mundo: la fe en Dios que es Padre, Amor, Misericordia. El método de la misión cristiana no es el proselitismo, sino el de la llama compartida que calienta el alma. Doy gracias a todos los que con la oración y la ayuda concreta apoyan la obra misionera, en particular la preocupación del obispo de Roma para la difusión del Evangelio. En esta Jornada estamos cerca a todos los misioneros y las misioneras, que trabajan mucho sin hacer ruido y dan la vida. Como la italiana Afra Martinelli, que ha trabajado  durante mucho años en Nigeria: hace algunos días fue asesinada, por robo; todos han llorado, cristianos y musulmanes. La querían mucho. Ella ha anunciado el Evangelio con la vida, con la obra que ha realizado, un centro de instrucción; así ha difundido la llama de la fe, ¡ha combatido la buena batalla! Pensemos en esta hermana nuestra y le saludamos con un aplauso, todos.

Pienso también en Stefano Sándor, que ayer fue proclamado beato en Budapest. Era un salesiano laico, ejemplar en el servicio a los jóvenes, en el oratorio y en la instrucción profesional. Cuando el régimen comunista cerró todas las obras católicas, afrontó las persecuciones con valentía, y fue asesinado a los 39 años. Nos unimos a la acción de gracias de la Familia salesiana y de la iglesia húngara.

Deseo expresar mi cercanía a la población de Filipinas afectada por un fuerte terremoto, y os invito a reza por esa querida nació, que recientemente ha sufrido distintas calamidades. Saludo con afecto a todos los peregrinos presentes, comenzando por los jóvenes que dan dado vida  a la manifestación "100 metros de carrera y de fe, promovida por el Consejo Pontificio de la Cultura. ¡Gracias, porque nos recordáis que el creyente es un atleta del espíritu! ¡Muchas gracias!

Acojo con alegría a los fieles de la diócesis de Bologna y de Cesena-Sarsina, guiados por el cardenal Caffarra y del obispo Regattieri; como también a los de Corrientes de Argentina y de Maracaibo y Barinas de Venezuela. Hoy en Argentina se celebra el día de la madre. Dirijo un saludos a las madres de mi tierra.

Saludo al grupo de oración "Raio de Luz", de Brasil; y las Fraternidades de la Orden Secular Trinitaria.

Las parroquias y  las asociaciones italianas son muchas, no puedo nombrarlas, ¡pero saludo y doy las gracias a todos con afecto!

¡Feliz domingo! ¡Hasta pronto! ¡Buen provecho!

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Mirada al mundo


Multitudinaria eucaristía en Santuario de Los Andes: "Es un abrazo de los jóvenes de Chile a Jesucristo y su Iglesia"
Más de cien mil personas participaron de la misa tras la peregrinación al Santuario de Santa Teresita y que además, dio término al paso de la Cruz Misionera por la arquidiócesis, tras dos años de Misión Joven

Por Redacción

ROMA, 20 de octubre de 2013 (Zenit.org) - Cien mil jóvenes y sus familias, tras recorrer 27 kilómetros, llegaron al Santuario de Santa Teresita en Los Andes para celebrar la eucaristía junto al arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati. La de este año es la peregrinación número 23 que se realiza como camino de santidad de Chacabuco al Carmelo.

La peregrinación estuvo marcada por el paso de la Cruz de Chile Misionera por cada rincón de la arquidiócesis y fue signo de los dos primeros años de la Misión Joven.  De hecho, su imagen fue central durante la Eucaristía.

"Quisiera dejarles un mensaje muy sencillo, pero central: la Iglesia joven está llamada a plantar la cruz de Cristo, no la del dolor, sino la de la resurrección", afirmó el arzobispo durante su homilía. Además, añadió que "plantar la cruz de Cristo significa tener los ojos abiertos ahí donde se necesita conocer el mensaje de vida abundante que el Señor nos ha regalado".

Frente a la multitud, el prelado enfatizó que "sin fe, Chile no tiene futuro, sin jóvenes llenos de fe que anuncien al Señor en el corazón de nuestra sociedad, Chile no tiene futuro", al tiempo en que los alentó a participar de las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias. "Que cada uno sienta la responsabilidad de aportar con su voto a la construcción de un país más justo, fraterno y que acoja lo valores de la fe", les exhortó.

El arzobispo, además, hizo especial mención a los llamamientos del papa Francisco durante la última Jornada Mundial de la Juventud en Brasil: "No se queden en el balcón"- les dijo- reiterando que no deben tener miedo de meterse en el ámbito de la construcción de la ciudad y de la sociedad en general.  Por último, destacó la presencia de peregrinos de todo el país en la celebración: "Cuando llegué me he encontrado con hermanos y hermanas que vienen desde el extremo norte hasta Punta Arenas, esa gran presencia de ustedes es un abrazo de los jóvenes de Chile a Jesucristo y su Iglesia", afirmó.

Minutos antes de la misa, el himno de la Misión Joven sonó con más y los cien mil asistentes al Santuario, se pusieron de pie, listos para seguir la coreografía que venía desde el escenario central. "Caminemos con Jesús, para dar vida a los pueblos…", el ritmo hizo bailar a sacerdotes, religiosos, consagrados y por su puesto, a los jóvenes en el flashmob más grande realizado en Chile. 

Al final, monseñor Ezzati bendijo las piezas de la Cruz Misionera que llevaron los jóvenes a la peregrinación, "esforcémonos por mantener encendido el misterio misionero que está cruz representa", dijo.

Por último, entregó el olivo que se bendijo durante el partido Chile- Ecuador, y que forma parte de una invitación que ha hecho el papa Francisco para promover el deporte. El padre Rodrigo, rector del santuario, recibió el árbol que será plantado en la casa de Santa Teresita.

Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago


 

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Testigos de la Fe


El movimiento apostólico de Schoenstatt inaugura su año de jubileo
El año de celebraciones comenzó en Schoenstatt el dí­a 18 de octubre con una misa celebrada por el Cardenal Rylko

Por Redacción

ROMA, 20 de octubre de 2013 (Zenit.org) - El Movimiento de Schoenstatt acaba de inaugurar su año internacional de jubileo el pasado día 18 de octubre, preparándose para su centenario, el cual tendrá lugar el 18 de octubre 2014. El cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, fue el primero en ingresar al Santuario Original (situado en el valle de Schoenstatt, Alemania) en este año de jubileo, representando a toda la Familia de Schoenstatt a lo largo y ancho del mundo.

Más de dos mil participantes se reunieron en Schoenstatt en torno al Santuario Original para la apertura del año jubilar, en unión con cientos de miles en todo el mundo. Sólo en el santuario nacional de Schoenstatt en Tuparendá, Paraguay, 40.000 peregrinos cantaron loas a María, como cada día 18 de mes, renovando y haciendo actual la alianza de amor que sellaran el P. Kentenich y los jóvenes seminaristas, con María, hacía exactamente 99 años. La hermana Nilza da Silva, responsable de prensa de Schoenstatt en Brasil, relata sobre las celebraciones en su país, con “miles de parroquias” y numerosas catedrales con la participación de decenas de miles de peregrinos a lo largo y ancho de su país, junto a sus párrocos y obispos.

El año de celebraciones comenzó en Schoenstatt el día 18 de octubre a la mañana con una misa en la Iglesia del Peregrino, celebrada por el Cardenal Rylko. A la tarde tuvo lugar una peregrinación desde la Iglesia de Adoración, en el Monte Schoenstatt en cuya sacristía yacen los restos del P. José Kentenich, hacia el Santuario Original. A la noche tuvieron lugar las celebraciones centrales de la apertura del año jubilar.

Diversos teams de líderes de Schoenstatt se encuentran trabajando desde hace muchos años, bajo la coordinación del P. Stefan Stecker,coordinador de la Presidencia General del Movimiento, preparando las celebraciones del centésimo aniversario de Schoenstatt, que tendrá lugar en Schoenstatt, Alemania, el 18 de octubre 2014, y la semana siguiente en Roma, incluyendo una audiencia con el papa Francisco, para cuyas celebraciones se espera la presencia de más de 10.000 peregrinos de todo el mundo.

El P. Andrew Pastore, coordinador del team de comunicaciones, expresó que “nuesta contribución a la Iglesia y al mundo se manifiesta a través de diversos proyectos de los cinco principales campos de apostolado en los cuales Schoenstatt estuvo más involucrado en sus primeros 100 años de vida, que son un regalo para la Iglesia y el mundo”, y que expresan la médula de las celebraciones de Schoenstatt: la Cultura de Alianza. Cada campo central de acción tendrá su carpa gigante en cctubre 2014 en Schoenstatt, donde se expresará la contribución a la Iglesia. Los temas de estos campos y carpas resumiendo los proyectos misioneros en el apostolado son: Matrimonio y familia, juventud, pedagogía, Iglesia y sociedad.

Sobre el movimiento

Schoenstatt fue fundado el 18 de octubre de 1914, en tiempos sumamente difíciles. El joven P. José Kentenich fue nombrado director espiritual de los jóvenes del seminario palotino, en el pueblito de Schoenstatt, en un valle junto al río Rhin. Se consagró a la Virgen junto a los muchachos en la pequeña capilla ubicada en el parque del seminario, ofreciéndole a María su compromiso por asipirar a la santidad, y pidiéndole que los bendijera y se estableciera en la capillita, sellando una alianza de amor, acto que se transformaría en central para el futuro Movimiento. Los muchachos fueron enviados a la guerra, donde probaron su fidelidad a la Virgen, cuya respuesta no se hizo esperar, bendiciendo a los jóvenes con abundantes gracias, y transformando la capillita en un santuario de peregrinación para muchos peregrinos de todo el mundo que se acercan a dicho lugar de gracias en busca de solaz, paz, transformación interior y conciencia de misión.

Schoenstatt está hoy presente en la mayoría de los países del mundo, con la misión de contribuir a la renovación de la Iglesia en Cristo, por la intercesión y guía de María, con su advocación de Madre Tres veces Admirable de Schoenstatt. Más de 200 santuarios similares al Original abren sus puertas a peregrinos en todos los continentes para llenarse con las gracias de María y Jesús  y para fortificarse en el camino a la santidad, ardiendo por la misión de construir un mundo nuevo, con mujeres y hombres nuevos.

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España es el país con más misioneros en el mundo, 13.000 distribuidos en 130 países
El 41,11% de los habitantes del mundo viven en los Territorios de Misión

Por Redacción

ROMA, 20 de octubre de 2013 (Zenit.org) - España es el país que más misioneros envía a la Iglesia Universal. Hay alrededor de 13.000 misioneros españoles en el mundo, repartidos en 130 países. La media de edad de los misioneros es de 71 años y las mujeres representan el 54'19%. Además, el 50% son religiosas, el 36% sacerdotes, el 7% laicos, el 6% religiosos, y un 1% obispos. Los datos los ha dado a conocer Obras Misionales Pontificias de España en ocasión de la la Jornada Mundial de las Misiones.

Como recordó Francisco en el mensaje del DOMUND 2013 "todo el mundo debería poder experimentar la alegría de ser amados por Dios, el gozo de la salvación! Y es un don que no se puede conservar para uno mismo, sino que debe ser compartido. Si queremos guardarlo sólo para nosotros mismos, nos convertiremos en cristianos aislados, estériles y enfermos. El anuncio del Evangelio es parte del ser discípulos de Cristo y es un compromiso constante que anima toda la vida de la Iglesia

Las ayudas que la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe envía a misiones se dividen, según su destino, en dos grandes partidas. Por un lado están las ayudas ordinarias (24.604.999,98€) destinadas al sostenimiento de los territorios de misión y por otro lado las ayudas extraordinarias  (42.718.118,14€), para construcciones, vehículos, emergencias y formación. A estas cifras hay que añadir 16.923.247,73 euros destinados a seminarios y centros de formación de misioneros.

En el dossier facilitado por Obras Misionales Pontificias de España, explican que con 1 euro se cubre la necesidad de material higiénico de una familia al mes en Albania, con 20 euros se puede pagar la matrícula de estudio de un niño en Burkina Faso, con 120 euros se cubren los gastos de un alumno de un internado en Myanmar y con 2.900 euros se abastece de medicinas un centro de salud en un barrio de Dakar.

Los Territorios de Misión son las 1.103 circunscripciones eclesiásticas que dependen de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Representan el 37% de la Iglesia Universal. El 41,11% de los habitantes del mundo viven en los Territorios de Misión. Allí conviven 200.284.770 católicos, lo que representa un 7.02% de su población.

En los Territorios de Misión, están actualmente trabajando 62.133 sacerdotes. Cada sacerdote atiende de media 45.874 habitantes. Esta cifra supera más de dos veces la media mundial. La Iglesia de los territorios en misión celebró 4.565.801 bautismos en un año. Lo que representa el 27,25% de los bautismos del mundo

En lo territorios en Misión, la Iglesia católica atiende 26.711 instituciones sociales: hospitales, residencias de ancianos, orfanatos, comedores. El 22,81% de las instituciones sociales del mundo están en los Territorios de Misión. Además, la Iglesia Universal se encarga de 99.045 instituciones educativas: guarderías, escuelas, universidades, formación profesional. El 47.23% de las instituciones educativas se encuentran en los Territorios de Misión

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Misionera comboniana: "Creo que Egipto puede salir adelante, hay esperanza"
Mesa redonda sobre La misión, expresión de fe y de caridad

Por Redacción

ROMA, 20 de octubre de 2013 (Zenit.org) - Bajo el título La misión, expresión de fe y de caridad, se  realizó una Mesa Redonda en Madrid el pasado jueves, en el contexto de la Jornada del Domund que hoy celebramos. Tres misioneras españolas compartieron su experiencia misionera en Centro África, Egipto y Japón. El acto, moderado por el Padre Elías Royón, presidente de CONFER, mostró que la misión no tiene fronteras, y que está movida por la fe y la caridad.

En un comunicado enviado por Obras Misioneras Pontificias de España cuentan que la testigo privilegiada de los problemas políticos de los últimos años, la comboniana María Villar explicó su experiencia misionera en Egipto. Afirmó que el pueblo egipcio no es violento, tal como se ve en los medios de comunicación. Esta misionera llegó al desierto, sin agua ni luz, y fundó un dispensario. “Cuando vieron que nosotras tratábamos igual a cristianos y musulmanes, se preguntaban por qué”, explicó la hermana, que atiende diariamente a más de un centenar de pacientes, el 90% musulmanes. “Creo que Egipto puede salir adelante, hay esperanza”, explicó Villar, quien vivió de cerca la última oleada de violencia de los Hermanos Musulmanes, y reiteró que no todos los musulmanes son iguales. Con la redacción de la nueva Constitución, se están reconstruyendo las iglesias y colegios cristianos arrasados. “Por primera vez, los cristianos se están sintiendo ciudadanos con derechos”.

Una misión absolutamente atípica es la de los misioneros en Japón, tal como explicó la hermana Beatriz Cavestany, misionera de Cristo Jesús. “Japón es una llamada al fracaso”, afirmó. “En un país del Tercer Mundo, la Iglesia es deseada; sin embargo en Japón nadie te espera”. En una nación de 120 millones de habitantes, donde lo esencial es el deber hacia la empresa por encima de la familia, los misioneros se dedican a conseguir llegar a tantas personas que se sienten solas. “Uno de los problemas de Japón es que no se concibe el amor gratuito, los niños no reciben el cariño de sus padres”, explicó la misionera, quien ha trabajado con la pastoral de los no creyentes. Las conversiones son muy poco numerosas, pero impresionantes. “Si hubiese más misioneros es Japón, tal vez sería un poco mejor”.

Por último, sor Sabina Iragui compartió su experiencia de 40 años en Ruanda, Burundi y R. D. Congo. Última de diez hermanos –cinco de ellos misioneros-, esta Hija de la Caridad se marchó en 1973 a Ruanda, a un pueblo aislado, donde les visitaba un sacerdote una vez al año. Allí descubrió mucha necesidad sanitaria –ella es enfermera-, ya que la gente moría sin saber por qué. “Vi que lo prioritario era hacer un centro nutricional, un hospital y un centro de maternidad”, explicó la hermana. Después de unos años en Burundi, retornó a Ruanda, y vivió la violencia étnica desatada por el genocidio de 1994. “Conseguimos sacar del país a las hermanas nativas y así salvarles la vida, y nos quedamos allí las misioneras para acompañar a la gente”, recordó sor Sabina. Movida por la fe y la caridad, acompañó a los refugiados que huyeron a R.D.Congo, y vivió de cerca la epidemia de cólera. “Al principio íbamos a buscar muertos entre los vivos. Luego tuvimos que buscar a los vivos entre los muertos”, culminó.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


Santa María Bertilla Boscardín
«Tildada de tontita, en su breve existencia recorrió un sendero espiritual admirable, calificado por Pío XII como camino de los coches: humilde, oculto, edificante. Inundó con su caridad a los pobres y a los enfermos»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 20 de octubre de 2013 (Zenit.org) - Por fortuna, la eficacia ni es requisito ni influye en la santidad; tampoco el juicio humano tiene que ver con el divino, algo que se ha recordado ya en esta sección «santos y beatos: epopeyas de amor» en otras ocasiones. La vida de esta joven italiana, Anna Francesca, fue esa luz fulgurante que brilló en medio de quienes se apresuraron a negarle la gloria, tildándola de «tontita» dentro y fuera de la Iglesia. Relevando misteriosamente al fundador de la Orden en la que se santificaría, el beato Giovanni Antoni Farina, nació el 6 de octubre de 1888, justamente el año en el que este virtuoso prelado entró en el cielo. Anna vio la luz en Bréndola, Italia. Y tal vez si hubiese venido al mundo en un hogar amable y atento, hubiera tenido una infancia y juventud distinta, aunque quién sabe si de ese modo habría conquistado la gloria de los altares.

Lo de menos fue la pobreza de su familia campesina. Pero a su frágil salud, y cortedad de miras, se unieron los malos modales de un padre ebrio, apresado por los celos y violento, carácter seguramente agriado por las carencias económicas, que la maltrató cotidianamente. No es de extrañar que a sus 16 años, con este panorama y un desajuste que afectaba también a sus estudios, soñara con otra clase de vida y dejara atrás su empleo doméstico en casa de unos vecinos. Se comprende que mirase con esperanza un futuro mejor junto a las Hermanas Maestras de Santa Dorotea Hijas de los Sagrados Corazones, máxime cuando ya a sus 12 años había consagrado a Dios su virginidad.

Pero le precedía la apreciación de quienes la rodeaban o la conocían someramente, no tanto por su talante trabajador y su fuerza de voluntad, velada para la mayoría, como por el juicio que les merecía su escasa inteligencia. Y hasta el arcipreste Gresele tomó con cierta chanza la vocación de Anna cuando se la notificó el párroco Capovilla que la había acogido como integrante de las Hijas de María. Él también dudó inicialmente de su valía, pero se aseguró de que al menos serviría para realizar tareas domésticas. Así lo transmitió al arcipreste que habló con otras religiosas; ellas se negaron a admitirla. El caso es que Anna ingresó en el Instituto al que aspiraba, en la ciudad de Vicenza, y en 1905 tomó el hábito y nombre de María Bertilla en honor de la abadesa de Chelles, de origen francés, santa Bertilla. A fuerza de ser descalificada en su entorno, ella misma se creía incapaz; se minusvaloraba. Pero su virtud era una potente luminaria.

Con admirable humildad, teniendo claro que no elegía el convento como refugio para sus males sino como un trampolín para su perfecta consagración, fue directa al grano y dijo a la maestra de novicias: «Yo no sé hacer nada. Soy una inútil, una 'tontita'. Enséñeme a ser santa». Quizá no impresionara demasiado a la formadora con esta insólita y edificante presentación que hizo de sí misma, aunque era para conmoverse, pero el caso es que la destinaron a la cocina, a la panadería y a la lavandería, oficios que desempeñó durante un año. Solamente quería cumplir la voluntad de Dios. Mostraba su gratitud cuando era reconvenida por algo. Dócil, con gran inocencia evangélica, estaba a merced de su maestra: «me corrija siempre; me hará un gran favor». Ya estaba trazado su camino, que fue calificado por Pío XII como «‘Camino de los coches’, el más común. Nada de éxtasis, nada de milagros en vida, sino una unión con Dios cada vez más profunda en el silencio, en el trabajo, en la oración, en la obediencia. De esa unión venía la exquisita caridad que ella demostraba a los pobres, a los enfermos, a los médicos, a los superiores, a todos». Y así fue. Las palabras de su fundador: «vívase en la obediencia y en la obediencia se muera» cincelaron también su vida consagrada.

Alguien se percataría de que podía tener cualidades para la asistencia a los enfermos, y la enviaron a estudiar enfermería en el hospital regentado por las religiosas en Treviso. Pero la superiora general la devolvió a la cocina hasta que profesó en 1907. Entonces se reveló como un ángel de bondad para los niños afectados de difteria y del resto de enfermos de las diversas salas por las que pasó, algunos con lesiones nauseabundas. En 1909, no sin dificultad, mientras convalecía de una operación se preparó y obtuvo el título de enfermera. En 1915 asistió a los heridos de guerra en Viggiù, zona cercana a Como. Era más que evidente que poseía unas excepcionales cualidades para ello. La superiora no apreciaba su labor –que, sin embargo, conmovía a los oficiales y al capellán–, y la corregía severamente por su atención a los enfermos y su celo en el trabajo, enviándola a la lavandería. Del interior de la santa brotaba esta ardiente súplica: «Jesús mío, os pido por vuestras santas llagas, hacedme morir mil veces, antes que yo haga alguna acción solo para que me alaben». Así que las disposiciones que se tomaban en relación a ella, como ésta, las acogía con inmensa gratitud; era explícita a la hora de mostrarla. De hecho, cuando le notificaron su misión en el lavadero, manifestó gozosa: «muchas gracias, madre».

Una nueva superiora general la destinó al hospital de Treviso poniéndola al frente del pabellón infantil de infecciosos. Asumió la tarea con obediencia, en silencio, llena de caridad, haciendo vida su lema: «A Dios toda la gloria, para el prójimo toda la alegría y para mí todo el sacrificio». Al final fue hospitalizada. Años atrás había contraído una enfermedad de la que fue operada sin éxito. Un médico que la asistía, y que se declaraba no creyente, comentó después de hacerle una visita: «allá arriba está muriendo una santa». Su tránsito se produjo el 20 de octubre de 1922. Tenía 34 años. Antes de expirar dejó este mensaje a la superiora general: «Diga a las hermanas que trabajen solamente por el Señor, que todo es nada, todo es nada». Le acompañaron fama de santidad y prodigios. Pío XII la beatificó el 8 de junio de 1952. Juan XXIII la canonizó el 11 de mayo de 1961.

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