IGLESIA EN EL MUNDO

Los provinciales jesuitas europeos aprueban una declaración sobre Siria


 

La declaración ha sido aprobada en la Conferencia de los Provinciales Jesuitas de Europa que tiene lugar en Roma. Dicha declaración recoge la petición de los provinciales de Buscar urgentemente un alto el fuego, establecer una hoja de ruta que prepare el encuentro de todas las partes en conflicto y convocar una conferencia de paz que alcance un acuerdo común y que salvaguarde la vida del pueblo sirio.

En la actualidad, 3 jesuitas permanecen en territorio sirio. Paolo Dall’Oglio, jesuita que fue secuestrado el pasado mes de julio en la localidad de Raqqa, sigue en paradero desconocido.

Declaración sobre Siria

Nosotros, los Provinciales Jesuitas, como superiores mayores de Oriente Medio y de Europa, acogemos con calor las recientes palabras del Santo Padre sobre Siria. Con toda su fuerza, ha alertado a la opinión pública internacional sobre la tragedia de Siria y ha pedido “…a todas las partes en el conflicto que escuchen la voz de su conciencia y que no se cierren exclusivamente a sus propios intereses”. Con él, también nosotros declaramos que “jamás el uso de la violencia trajo como resultado la paz”, sino que el único camino hacia la paz es a través de una cultura de encuentro y de diálogo.

Pasos hacia la paz

Por tanto, nos alegramos del cese de las amenazas de ataques aéreos contra Siria y damos nuestro apoyo al proceso que tiene por objeto la destrucción de las armas químicas que se encuentran en territorio de Siria. Damos la bienvenida a una conferencia de paz para Siria que comienza ahora y urgimos para que este proceso avance rápido, valiente y firmemente. Pedimos a todas las partes en conflicto, así como a la comunidad internacional:

  • Buscar urgentemente un alto el fuego garantizado por una autoridad internacional;
  • Establecer una hoja de ruta que prepare el encuentro de todas las partes en conflicto;
  • Convocar una conferencia de paz que alcance un acuerdo común y que salvaguarde la vida del pueblo sirio.

 

Movilización social y civil

A la vez, llamamos una vez más a la movilización de la sociedad civil y de las agencias sociales para ayudar al pueblo de Siria que afronta una de las más importantes tragedias humanitarias de este siglo. Continúa siendo una necesidad urgente el cuidado de las personas refugiadas, tanto dentro como fuera del país (aproximadamente la cuarta parte del total de la población), el abastecimiento de alimentos, medicamentos y ayudas médicas, la liberación de rehenes y personas detenidas y la apertura de las instituciones educativas.

 

Los intereses en juego

También queremos llamar la atención sobre la necesidad del reconocimiento y la designación de los intereses que están realmente en juego, tanto en lo local, como en lo regional y en lo internacional, y que, desgraciadamente, no siempre se corresponden con los intereses del pueblo de Siria. Particularmente, queremos llamar a la reflexión sobre las consecuencias de la producción y el comercio de las armas; pedimos que cese la entrega y venta de armas a las partes en conflicto.

 

Discernimiento necesario

Con la más amplia comunidad internacional, querríamos igualmente urgir al rechazo a todo apoyo, tanto militar como diplomático, a cada una de las partes que abiertamente abogan por alguna forma de violencia, fanatismo o extremismo. El respeto a la dignidad de la persona y a los derechos humanos debería constituir un criterio y un punto preliminar y primario de referencia para toda la ayuda material.

 

Las comunidades cristianas en Siria

Finalmente, señalamos particularmente el maltrato y el ensañamiento con las comunidades cristianas que viven en Siria. Estas comunidades, presentes en Siria desde los orígenes del cristianismo, constituyen un elemento inseparable de su entramado social y de su riqueza cultural y contribuyen activamente a su desarrollo. Las soluciones que proponen el exilio o la eliminación de estas comunidades son inaceptables. Queremos animar a estas comunidades cristianas y queremos asegurarles que pueden jugar un papel valioso en sus sociedades con el testimonio fiel del Evangelio: un evangelio que llama a la paz, la justicia, el perdón, el entendimiento y la reconciliación.

 

La compañía de Jesús en Siria

En la actualidad 3 jesuitas permanecen en Siria, país que pertenece a la Provincia de Próximo Oriente de la Compañía de Jesús de la que también forman parte: Egipto, Líbano y Turquía.

Hasta el conflicto, la presencia de la Compañía, con 13 jesuitas, se centraba en Alepo, Damasco y Homs. Entre estos jesuitas se encontraba el italiano Paolo Dall’Oglio, que fue secuestrado el pasado mes de julio en la localidad de Raqqa y del cual seguimos sin tener información.

El trabajo de la Compañía de Jesús incluía capellanías, trabajo parroquial y de catequesis, la creación de un centro de espiritualidad y la gran labor del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR).

El SJR en Siria se ha centrado principalmente en dos frentes: la ayuda de emergencia a las personas más necesitadas y las actividades educativas que fomenten la reconciliación y la convivencia entre personas de diferentes entornos socioeconómicos y confesionales.

En la actualidad, las actividades de emergencia se centran en la ayuda alimentaria, el suministro de kits de higiene, artículos no alimentarios, salud básica, gestión de refugios y apoyo al alquiler de viviendas. Es fundamental para la misión del JRS en Siria el apoyo educativo y psicosocial que se ofrece a 9.800 niños, niñas y mujeres. En total, 300.000 personas reciben ayuda del SJR en Damasco, Homs, Alepo y las zonas costeras de Siria.

Además de forjar relaciones sólidas basadas en la confianza y la justicia, el SJR tiene su forma única de trabajar con las familias. El acompañamiento, uno de los pilares del trabajo del SJR, está incorporado a las visitas familiares periódicas, esenciales a todos los proyectos del SJR en la región. Gracias a estas visitas, el SJR puede identificar las necesidades de las familias, y lo más importante, hacer frente a estas necesidades a través del acompañamiento.

“La interrupción de la educación tiene un impacto negativo en el bienestar de los niños y las niñas, afectando a su autoestima, así como a su capacidad de interacción social y de expresarse. Combinar el apoyo educativo y el psicosocial es crucial para ayudar a los niños a enfrentarse a las pérdidas y al trauma”, dice el director del SJR en Oriente Medio y Norte de África, Nawras Sammour SJ.

Con el aumento de los niveles de destrucción, los sirios se ven obligados a huir a otras ciudades y países. Cada vez son más las escuelas y edificios públicos que se necesitan como refugios. Así, por ejemplo, en la norteña ciudad de Alepo, sólo el seis por ciento de los niños están matriculados en las pocas escuelas disponibles.

El apoyo educativo y psicosocial a los niños en Damasco, Homs y Alepo en los centros y refugios escolares del JRS en Siria muestran claramente tanto los beneficios de la educación como las dificultades de ofrecerla durante una crisis. En Alepo, el SJR es el responsable directo de cuatro escuelas-refugio donde viven más de 200 familias desplazadas. Al no poder utilizar los edificios para las clases, el SJR ha colocado tiendas de campaña en los patios de las escuelas, en las que maestros voluntarios imparten clases a los alumnos y alumnas.

En muchos casos, estos servicios de emergencia han sido la única educación que los niños sirios han recibido en casi dos años; en los lugares donde las escuelas regulares siguen funcionando, el apoyo suplementario del SJR también sirve como un importante amortiguador psicosocial para las personas traumatizadas por el conflicto.

“El apoyo que ofrecemos a los niños y a las niñas no sólo es importante desde el punto de vista educativo, sino también porque proporciona un entorno seguro durante unas horas al día y reduce la presión sobre los padres, que tratan de hacer frente a las realidades del conflicto. Los centros ofrecen rutina y estabilidad en medio del caos y un lugar donde los niños pueden sentirse seguros. En este tipo de entorno pueden aprender y expresarse mejor”, añadió el P. Sammour.

 

(Compañía de Jesús)