Doctrina de la Fe dijo no a ese tipo de leyes

El cardenal Robles Ortega no ve mal una ley de libre convivencia que regularía uniones homosexuales

 

El cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, no ve con malos ojos la posibilidad de que la Ley de Libre Convivencia que de nuevo será discutida en el Congreso del Estado mexicano se apruebe con ciertas modificaciones, siempre y cuando se respete la institución de la familia; considera que hay otras alternativas para garantizar los derechos de lesbianas y homosexuales, que no contemplen el matrimonio, ni la adopción. La Congregación para la Doctrina de la Fe se opuso en su día a cualquier tipo de reconocimiento legal de dichas uniones.

28/10/13 8:34 AM


(El Occidental/InfoCatólica) El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha solicitado modificaciones en el texto legal que contemplan el dejar por escrito que toda aquella asociación de mutua cooperación o afecto que se respalde en dicha ley no tiene derecho a la adopción, además de que la asociación no se firmará en un Registro Civil, entre otros puntos, que buscan diferenciar estas uniones de la alianza matrimonial.

«Honestamente no conozco esta nueva propuesta, pero sí va en esa línea, creo que sería positivo, o sea, que se distinga, que se respete la institución familiar como nosotros la concebimos, y que se busquen otras alternativas», dijo Robles Ortega.

La Ley de Libre Convivencia que busca reconocer el derecho legítimo de todos los ciudadanos con capacidad jurídica para formar una familia, relación de mutua cooperación o afecto, asimismo brindar o recibir protección médica y económica ante las leyes del Estado y la sociedad civil, podría esta semana ser discutida nuevamente en el Congreso del Estado.

Doctrina de la Fe dijo no a cualquier reconocimiento legar de las uniones homosexuales

En junio del año 2003, el Papa Juan Pablo II, beato, aprobó la publicación de un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la cuestión del tratamiento legal de las uniones entre homosexuales. Dicho documento estaba firmado por el cardenal Ratzinger, actual Papa emétiro. 

En el texto se manifestaba la postura magisterial de la Iglesia contraria a cualquier legalización de dichas uniones:

En el caso de que en una Asamblea legislativa se proponga por primera vez un proyecto de ley a favor de la legalización de las uniones homosexuales, el parlamentario católico tiene el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley. Conceder el sufragio del propio voto a un texto legislativo tan nocivo del bien común de la sociedad es un acto gravemente inmoral.

En caso de que el parlamentario católico se encuentre en presencia de una ley ya en vigor favorable a las uniones homosexuales, debe oponerse a ella por los medios que le sean posibles, dejando pública constancia de su desacuerdo; se trata de cumplir con el deber de dar testimonio de la verdad...

Oposición no solo en el caso de que se equiparen al matrimonio

El texto de Doctrina de la Fe manifestaba la oposición a las leyes a favor del reconocimiento de las uniones entre homosexuales no solo cuando se equiparaban con el matrionio. El texto acababa así:

La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad.