4.11.13

Trata y prostitución, “diabólicas”

A las 11:24 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Curia Romana

Del Vatican Insider

El tráfico de personas y la prostitución forman parte de las situaciones más oscuras del mundo moderno. Son manifestaciones “diabólicas” en las cuales se puede “tocar con la mano el anticristo". De eso está convencido Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales, organismo que ha dedicado dos días al estudio de estos flagelos.

“La trata de personas: la esclavitud moderna” fue el título de un grupo de trabajo preparatorio que reunió en El Vaticano (los días 2 y 3 de noviembre) a algunos de los máximos expertos en la materia. Todo por voluntad del Papa Francisco, que desde su natal Buenos Aires ha apoyado -incluso materialmente- diversos esfuerzos sociales contra el tráfico de seres humanos.

La mañana del sábado 2, después del desayuno en la residencia vaticana de Santa Marta, el pontífice saludó a Sánchez Sorondo y le dijo: “Estoy muy interesado en esto que están haciendo, el material que producirán es precioso porque yo quiero hacer algo al respecto". En entrevista con el Vatican Insider, el canciller explica los detalles de la conferencia.

¿Cuál es la novedad de este encuentro?

Es una gran novedad porque es una toma de conciencia del problema en sentido global y considerar el efecto más negativo de la globalización de la indiferencia, para seguir la frase acuñada por el Papa Francisco.

El encuentro ha surgido de una voluntad específica del Papa Francisco de atender este tema. Él quiere que le demos este material porque está muy interesado en hacer algo (con respecto a la trata de personas), por lo menos va a lanzar ideas como hace él.

¿Por qué la Iglesia no había abordado este tema a nivel global cuando muchos de sus miembros trabajan en este campo, a nivel pastoral?

Hay que decir la verdad, mi hipótesis es que sólo el Papa Benedicto empezó a darse cuenta del problema por lo que ocurre en Alemania. Por eso él dijo que debía combatir la prostitución de la manera más enérgica. Lo cual va a una idea que permaneció siempre en la Iglesia y que comenzó con San Agustín: una cierta organización de la prostitución es el mal menor. Pero está visto que en dos mil años de historia eso no ha servido. Es necesario buscar otra vía: combatir absolutamente la prostitución. El Papa Benedicto XVI lo dijo así y aseguró que la Santa Sede iba a darle seguimiento al tema. Francisco lo retoma y lo va a atender en serio.

Siendo la trata una actividad tan lucrativa y que involucra tantos intereses, ¿no es una labor titánica pretender afrontarla, incluso para la Santa Sede?

Sí es una labor titánica pero cuando se analizan los temas a nivel global comienzan a surgir las soluciones globales. Después del desastre de la Segunda Guerra Mundial empezó a hablar de los derechos humanos. Ahora gracias a esta globalización de la indiferencia, han aumentado el tráfico de personas y la prostitución, que son las cosas más oscuras, es tocar con la mano el anticristo. La trata es la manifestación más clara del anticristo, es diabólica.

¿La trata es un negocio mucho más lucrativo que el tráfico de armas y de drogas?

Yo digo que algunos sostienen eso y que podría ser, considerando las cifras a disposición. De todas maneras la misma gente comete unos y otros delitos, son estrategias similares para ganar dinero.

Serafines susurran.- Que sigue duro el rumor según el cual el Papa Francisco estaría considerando seriamente crear a la “primera” cardenal de la historia de la Iglesia el 22 de febrero próximo, durante el Consistorio Público que presidirá en la Basílica de San Pedro y que ya está confirmado. Aún no se tiene la lista definitiva de los futuros cardenales y eso ha desatado todo tipo de especulaciones.

La última de ellas alimentada por una encuesta digital que habría identificado en la “mejor candidata” a la teóloga irlandesa Linda Hogan de 49 años, casada y profesora en el Trinity College de Dublín. La supuesta noticia ha salta de un sitio de internet a otro, dando por hecho que Jorge Mario Bergoglio ya decidió esa apertura. Pero la verdad está muy alejada de estos cuentos de ficción, más propios de un diálogo de café que de las reales intenciones del pontífice.

Y aunque en teoría no existen obstáculos teológicos o doctrinales que impidan tal eventualidad, no parece que la misma coincida con algunos dichos públicos del mismo Papa. Aunque él mismo sostuvo la necesidad de dar mayor presencia y poder a las mujeres en la Iglesia, también se ha manifestado contrario a la “masculinización” del sexo femenino. Y, además, ha dicho con claridad que es enemigo acérrimo del clericalismo.

¿Qué gesto más clericalizante y masculinizante podría haber sino el de elevar al cardenalato a una mujer? Por otra parte y con sinceridad, ¿es realista pensar que se acabará la discriminación y se logrará la total paridad con el nombramiento de una “purpurada"? Como dice el refrán: una golondrina no hace verano.

No se trata de seguir la experiencia política de la “cuota rosa", a todas luces ineficaz, sino de identificar grandes teólogas del tamaño de Santa Teresa de Jesús. Líderesas y reformadoras como Santa Clara de Asís. Consejeras del Papa según Santa Catalina de Siena. Iluminadas estrategas como Santa Juana de Arco. Visionarias y emprendedoras como la Madre Teresa de Calcuta. Amorosas madres como la Virgen María. Y que en la Iglesia de hoy las hay, las hay.

Querubines replican.- Que por otra parte el Papa Francisco ya está lo suficientemente “enredado” con la decisión de cuántos cardenales nombrar, porque ya entre los hombres le bastan y sobran los candidatos. Y es que si Bergoglio se quiere atener al límite de 120 electores (es decir menores de 80 años) en el Colegio Cardenalicio, establecido por Pablo VI, en febrero apenas contará con 14 puestos vacantes. Pero los clérigos que aspiran al birrete colorado con muchos más.

De entrada hay algunos personajes de la Curia Romana a los cuales debería otorgar el birrete colorado, por el puesto que ocupan. El primero de ellos es el nuevo secretario de Estado, Pietro Parolín. A él se suman los prefectos de las congregaciones para la Doctrina de la Fe y para el Clero, Gerhard Ludwig Mueller y Benearmino Stella respectivamente. De ahí en más nada está asegurado, aunque la Argentina del Papa no puede carecer de púrpura. En ese caso también es casi seguro el cardenalato de Mario Poli, sucesor de Bergoglio en la Arquidiócesis de Buenos Aires.

De ahí en más se prospecta un Consistorio incierto. Técnicamente podrían acceder a la dignidad de “príncipes de la Iglesia” los arzobispos de Santiago de Chile, Río de Janeiro, San Salvador de Bahía, Monterrey en México, Los Ángeles, Lisboa, Yakarta, Turín, Venecia, Malinas-Bruselas, Lagos, Quebec, Montreal, Lusaka, Quito, Toledo, Marsella, Luanda, Maputo, Tokyo, Panamá, Montevideo, Managua y los que se sumen. Un elenco demasiado largo. Aunque el Papa puede hacer lo que quiera y superar, por mucho, el tope de los 120. Al fin y al cabo, ya nos tiene acostumbrado a las sorpresas.