La Iglesia con todos, al servicio de todos

 

El Día de la Iglesia Diocesana, que celebramos el 17 de este mes de noviembre, es una gran llamada que el Señor nos hace a todos para que le ayudemos a ayudar a los demás, especialmente a los más pobres.

08/11/13 11:22 AM


Cuando el Señor instituyó la Iglesia, quiso que su labor evangelizadora se perpetuase en el tiempo, para que su salvación llegara a todos los hombres, en especial a los que son sus preferidos, los pobres. Para realizar esta misión, muchas personas marchan a países lejanos a anunciar el Evangelio y encarnarse hasta donde les es posible, con una generosidad sin límites. Otras –las más- no tienen ese carisma, pero están también llamados a realizar la misma misión en el lugar donde Dios les ha colocado. Es el caso de todos nosotros, los que formamos la Iglesia que vive en Burgos.

Al contemplar la realidad en que viven muchos hermanos nuestros afectados por la crisis económica que perdura en el tiempo: falta de trabajo, precariedad en el empleo, dificultades para hacer frente a las necesidades más elementales de la vida, etc. queremos tenerlos cada vez más presentes de modo afectivo y efectivo, Y queremos hacerlo no de cualquier manera sino como nos enseñó el Maestro: estando con todos y al servicio de todos. El Día de la Iglesia Diocesana, que celebramos el 17 de este mes de noviembre, es una gran llamada que el Señor nos hace a todos para que le ayudemos a ayudar a los demás, especialmente a los más pobres.

Tengo la certeza de que nuestra Iglesia de Burgos quiere estar al lado de toda persona que siente necesidad, sea de la condición social que sea, edad, confesión religiosa… Más aún, está haciendo un gran esfuerzo y en actitud de servicio y entrega, es decir atendiendo todas sus necesidades y hasta el final.

No siempre somos capaces de cumplirlo en su totalidad. ¡Hay tanto que hacer! ¡Necesitamos tantos recursos! De ahí que todos seamos necesarios e importantes. Sobre todo, si no limitamos la ayuda a lo exclusivamente económico. No cabe duda que ésta es importante. Pero hay otras necesidades no menos importantes y que reclaman nuestra ayuda. Pienso, por ejemplo, en los sufrimientos de tantas parejas desestructuradas o en peligro de romperse, en tantos niños a los que es preciso despertarles a la fe, en tantos padres que sufren el abandono y la soledad de sus hijos, en tantas personas sin ninguna esperanza y en otras que no conocen a Jesucristo. 

 Con motivo de esta Jornada tan nuestra, quiero hacer una llamada a todos los diocesanos para que todos acojamos a Jesús, prolongado en su Iglesia, para que todos nos comprometamos un poco más con su proyecto que la Iglesia nos hace cercano, para que todos seamos capaces de llevar a los demás a Quien la Iglesia nos da.

Comparte lo que eres y lo que tienes, ayuda a nuestra Iglesia de Burgos y tu aportación dará el ciento por uno en frutos. Tu donativo personal o familiar es muy necesario para lograr entre todos que nuestra Iglesia pueda estar siempre con los que más lo necesitan.

Celebrar el Día de la Iglesia Diocesana el próximo domingo, 17 de noviembre, es lo mismo que hacernos cercanos y a la vez echar una mano a los que más nos necesitan. Nuestro compromiso no puede esperar.

Por eso con el afecto de pastor pido a cada uno de los diocesanos: Ayuda a la Iglesia, ganamos todos. Para todos, mi agradecimiento sincero y mi bendición.

+Francisco Gil Hellínarzobispo de Burgos