12.11.13

Un amigo de Lolo - Dios en lo que es

A las 12:34 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Un amigo de Lolo

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Dios en lo que es

“Si creo en el panadero o en el cajero del Banco cuando me sirve, ¿Cómo no voy a aceptar el testimonio de un Dios que se hace presente en todos los pasos de mi vida”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (753)

Los seres humanos tenemos un sentido de lo que nos pasa basado, más que nada, en aquello que es constatable. Por eso no nos cuesta nada comprender lo que se pueda hacer o creer si tal acción o manifestación es comprensible desde el punto de vista material. Se impone, de tal forma, el tener sobre el ser y eso lastra mucho el sentido de lo espiritual que debe brillas en todo ser humano.

Decimos, por tanto, que en muchas ocasiones que tal o cual realidad es creíble porque está amparada en lo demostrable fácilmente y, al fin y al cabo, en lo accesible por nuestros sentidos.

Pero, para nuestro bien, hay otra realidad que es, además, crucial para nuestra vida. Dios mismo, en la realidad-de-nuestra-vida se hace partícipe, participa, de aquello que nos acaece. Pero no lo hace de forma rimbombante y para que se vea su poder y su majestad sino de forma sutil pero exacta; suave pero firme.

Por otra parte, según lo dicho arriba, valdría más un pensar mundano que uno que lo es espiritual y elevado sobre nuestra horizontal actividad diaria, sobre nuestra cotidianeidad. Y, sin embargo, bien sabemos que eso no es así.

Los seres humanos que hemos descubierto a Dios y no lo hemos rechazado, tenemos por cierto que todo aquello que nos acaece tiene mucho que ver con Quien nos creó. Es más, como estamos seguros que el Todopoderoso no posibilitó nuestra existencia para luego olvidarse de nosotros, nuestro ser mismo lo atribuimos a Quien quiso que fuéramos como somos. Ni más ni menos.

Muchos, agnósticos o ateos, no son capaces de entender cómo puede ser posible darse cuenta de que Dios se hace presente en nuestra vida. No lo ven porque tienen los ojos velados como les pasaba a los discípulos de Emaús aunque bien es cierto que aquellos que se alejaban de Jerusalén con tristeza y dudas se volvieron a ilusionar al ver partir el pan al invitado que llevaron a su casa, los aquí citados como desconocedores del Creador es más que probable que no lleguen a darse cuenta, siquiera, de Quien los creó y, sobre todo, de Quien los sostiene.

Verse, así, inmiscuido de tal forma en Dios que sepamos que de Él dependemos no es mala cosa ni supone dejarnos vencer por Quien tiene más poder que nosotros. Decir eso supone no darse cuenta de la verdad de las cosas y, además, no facilita en nosotros el conocimiento de la Verdad y de las consecuencias que eso tiene en nuestra vida… eterna.

No hay, por cierto, mejor negocio que ése. No lo olvidemos nunca.

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán