28.11.13

De cuchillas, vallas y buenismo

A las 10:09 AM, por Jorge
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Antes de nada, y para que no haya dudas, estoy en contra de las cuchillas en la valla de Melilla. Dicho esto, sigo.

¿Qué es el buenismo? Dos definiciones sacadas de internet: “Es partir de la base equivocada que la bondad solucionará todos los problemas porque en el fondo todos los seres humanos somos buenos y esa bondad, como punto de partida, equivaldría al consenso y al diálogo”. “Ciertos esquemas de actuación social y política que tienen por eje esencial la puesta en práctica de programas de ayuda a los desfavorecidos, basadas en un mero sentimentalismo carente de autocrítica hacia los resultados obtenidos”.

Es decir, que el buenismo es un decir “como “to er mundo é güeno” abajo las leyes, las normas, las fronteras, las represiones…, todo es de todos, viva la mesa común, acabemos con las diferencias”, que en principio está muy bien, y sería perfecto si todos fuésemos ángeles del cielo, que no es el caso.

Seamos claro, el buenismo no vale ni en los conventos de monjas de clausura. Y mire que son buenas, y de comunión diaria y se aman y todo lo que queramos. Sin embargo, cada convento tiene su regla, sus constituciones, sus reglamentos de vida y las sanciones correspondientes, que pueden llegar a la expulsión de la hermana. Ni en los conventos se sostiene lo de vivir sin normas basándose en la buena voluntad de cada cual. Mientras seamos pecadores, que lo somos, no hay más remedio que establecer límites para que podamos convivir o al menos coexistir en una cierta paz.

¿Y pretendemos que la comunidad internacional, el mundo entero, viva sin normas, sin fronteras, sin límites? Ya quisiera yo que el Reino de Dios ya fuera realidad aquí y ahora, pero me da que nada de nada. Mientras no haya una total conversión de todos al plan de Dios, la hemos pifiado. Más aún cuando los planes de Dios para un musulmán y un cristiano, por ejemplo, son tan diferentes. Para nosotros, respeto al Islam, para ellos, acabar con el infiel. No es lo mismo.

El buenismo solo sirve para que los sinvergüenzas, aprovechando la ausencia de leyes, fronteras, normas y sanciones, campen por sus respetos, abusen de todo lo que se menea y hagan esclavos de sus caprichos a todos los demás.

He llegado a leer, con lo de las cuchillas en la valla de Melilla, que lo que hay que hacer es derribar todas las fronteras del planeta. Qué bonito. Porque supongo que se refiera a las fronteras entre las naciones y también entre los hogares, esos que seguimos cerrando con llave como Joaquina. ¿Seguro que si se derriban todas las fronteras las cosas irán mejor? Tengo mis dudas.

Me encantaría que se llegara a conseguir un mundo de todos donde brillaran la paz, la justicia, la solidaridad, el respeto. Pero… “A pesar de que esté ampliamente difundida la aspiración hacia una auténtica comunidad internacional, la unidad de la familia humana no encuentra todavía realización, puesto que se ve obstaculizada por ideologías materialistas y nacionalistas que niegan los valores propios de la persona considerada integralmente, en todas sus dimensiones, material y espiritual, individual y comunitaria” (Compendio de la doctrina social de la Iglesia nº 433). Es la pura realidad. Mientras seamos pecadores…

Por cierto, hablando de vallas y fronteras, ¿alguien va a soltar cuatro frescas a esos regímenes que tienen secuestrados a los ciudadanos dentro de sus fronteras y les impiden el más elemental derecho de circular libremente por el planeta? Por ejemplo pienso ahora en Corea del Norte o Cuba.

Invito a repasar el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia Sobre todo lo que afirma sobre la comunidad internacional y que está entre los números 428 y 450.