29.11.13

Reuniones. Cómo hacerlas con éxito

A las 9:33 AM, por Jorge
Categorías : Sin categorías

 

Me contaba no hace mucho un buen amigo, creyente, practicante y militante, cómo habían cambiado las reuniones del grupo de vida y reflexión del que lleva tiempo formando parte. Me decía que llevaban tiempo con pequeñas tensiones que hacían que a veces fuera difícil hasta la toma de decisiones aparentemente más simples. Normal. Todos somos buena gente, nadie quiere conflictos, pero cada cual tiene su pequeño ego que a la mínima busca su protagonismo.

Pues me dice que llevan una temporada en que todo ha cambiado. Hay cordialidad, mayor espíritu de colaboración, se han acabado los protagonismos y de nuevo encuentran en el grupo ese oasis de fe y comunidad que es lo que les ha ido atrayendo desde el principio.

¿La razón? Parece ser que comenzaban las reuniones con una pequeña oración casi a carreras para lazarse vertiginosamente a la reflexión y la acción. Y cuando se acababa la cosa, otro rezo de urgencia medio enfurruñados porque siempre pasaba algo. El cambio ha sido que antes de nada, se van a la capilla, al oratorio, y dedican a la oración ante el Señor un buen rato. Hay ocasiones que comienzan rezando juntos el santo rosario. Me dice que todo es diferente.

Pues lo mismo nos lo teníamos que apuntar. Porque da igual una reunión, una reflexión, comentar una noticia, o leer cualquier declaración, que rápido perdemos los nervios. Nos dejamos llevar más por nuestras vísceras, lo que nos sale del ego más perdido, que de una escucha atenta de Dios y de su voluntad sobre nosotros.

Pobres creyentes. Pobres de nosotros de buena voluntad que nos olvidamos con tanta facilidad de Dios para enzarzarnos en personalísimas discusiones como si se tratara de sacar adelante nuestros planes en vez de estar atentos a los planes de Dios. Pobres de nosotros que caemos con tanta facilidad en pensar que somos infalibles, certeros e indispensables mientras nos olvidamos de escuchar a Dios en la Palabra y los signos de los tiempos.

Me ha gustado mucho eso de un rato de oración sin prisas o el rosario antes de iniciar cualquier proyecto o debate. Habrá que apuntárselo.