Más de 10.000 personas vinculadas al Camino Neocatecumenal se encontraron el pasado sábado con el papa Francisco en el Aula Pablo VI. Esta ha sido la primera audiencia del Papa Francisco al Camino Neocatecumenal. Durante el encuentro se pusieron en marcha  40 nuevas missio ad gentes y  cientos de familias fueron enviadas en misión. Durante el encuentro el Santo Padre agradeció a los miembros del Camino Nocatecumenal su labor en la Iglesia y en el mundo.

El Santo Padre propuso algunas recomendaciones a los miembros del Camino Necocatecumenal, en un encuentro marcado por la alegría y el envío de familias para anunciar y testimoniar el Evangelio en varias partes del mundo.

«¡La Iglesia les está agradecida por su generosidad! Gracias por todo lo que hacen en la Iglesia y en el mundo. Y precisamente en nombre de la Iglesia, nuestra Madre, la Santa Madre Iglesia jerárquica, como le gustaba decir a San Ignacio, me gustaría ofrecerles algunas recomendaciones sencillas. La primera es la de tener el máximo cuidado para construir y conservar la comunión dentro de las Iglesias particulares en las que irán a obrar. El Camino tiene su propio carisma, su propia dinámica, un don, que como todos los dones del Espíritu tiene una profunda dimensión eclesial. Ello significa ponerse a la escucha de la vida de las Iglesias, a las que sus responsables los envían, valorizando sus riquezas, sufriendo por sus debilidades si fuera necesario y caminando juntos, como un único rebaño bajo la guía de los Pastores de las iglesias locales».

En su segunda recomendación, el Papa reiteró que donde quiera que vayan les hará bien recordar que el Espíritu de Dios siempre llega antes que nosotros:

«¡El Señor siempre nos precede! ¡El Espíritu siempre nos precede! ¡ Dios siempre llega antes que nosotros! Incluso en los lugares más remotos, incluso en las culturas más distintas, Dios esparce por doquier la semilla de su Palabra. De ahí brota la necesidad de prestar especial atención al contexto cultural en el que ustedes como familias van a obrar: se trata de un ambiente que es a menudo muy diferente del que provienen».

La tercera exhortación del Obispo de Roma fue la de cuidar los unos a los otros con amor, especialmente a los más débiles, ante las dificultades que pueda encontrar un hermano o una hermana en su itinerario:

“En estos casos, el ejercicio de la paciencia y de misericordia por parte de la comunidad es un signo de madurez en la fe. La libertad de cada individuo no debe ser forzada, se debe respetar también la eventual opción de los que deciden buscar, fuera del Camino, otras formas de vida cristiana que los ayuden a crecer en su respuesta a la llamada del Señor».

«Queridas familias, queridos hermanos y hermanas, los aliento a llevar por doquier, incluso en los ambientes más descristianizados, en especial a las periferias existenciales, el Evangelio de Jesucristo. Evangelicen con amor, lleven a todos el amor de Dios. Digan a los que encuentren por los caminos de su misión que Dios ama al hombre tal como es, aun con sus limitaciones, con sus errores, con sus pecados. Y por eso ha enviado a su Hijo para que Él tomara nuestros pecados sobre sí. Sean mensajeros y testimonios de la infinita bondad del Padre y de su misericordia inagotable. Los encomiendo a nuestra Madre María, para que inspire y sostenga siempre su apostolado. A la escuela de esta tierna Madre, sean misioneros celosos y alegres. ¡No pierdan la alegría! ¡Adelante!

El Cardenal Arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, mons. Antonio María Rouco Varela, fue uno de los cardenales que acompañaron en este encuentro a los miembros del Camino Neocatecumenal. Junto a él, estuvieron presentes el cardenal español, Antonio Cañizares Llovera, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y los cardenales Agostino Vallini, Vicario para la diócesis de Roma, Fernando Filoni, Prefecto de Propaganda Fidei, Stanislaw Rylko, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia, Paolo Romeo, arzobispo de Palermo y los eméritos Salvatore di Giorgi, Josef Cordes y el cardenal James Stafford.

Además, los cardenales George Pell (arzobispo de Sidney) y Seán O’Malley (arzobispo de Boston), enviaron una carta de adhesión. Acudirán también casi 100 obispos de todo el mundo.
 
Las missio ad gentes responden a una petición de los obispos que, preocupados por tantos alejados que no conocen a Cristo, confian en el testimonio de las familias cristiana que tienen la misión de mostrar en la perfecta unidad el misterio de la Santísima Trinidad. Para ello, el obispo erige mediante decreto (Canon 516, par 2) unamissio ad gentes confiando a un presbitero y a tres o cuatro familias con numerosos hijos la misión a los gentiles. Los presbíteros reciben del obispo una missio canonicacon la facultad de administrar los sacramentos, sobre todo de la iniciación cristiana para los alejados. Además, los obispos hacen también un acuerdo con los iniciadores del Camino en relación a las familias. Después de varios años, los obispos valoran de forma muy positiva la experiencia.
 
(RV/ Camino Neocatecumenal. Foto: Miembros del Camino Neocatecumenal en la JMJ Rio 2013)