25.02.14

 

Don Pascual Piles no es un religioso hospitalario cualquiera. Fue General de congregación religiosa San Juan de Dios durante un decenio. Y ahora es provincial de Aragón-San Rafael. Cabe pensar que sus ideas, sus reflexiones, reflejan en gran medida las de sus hermanos religiosos.

De la entrevista a Catalunyareligió.cat cabe destacar lo siguiente:

1- Reivindica la figura del jesuita Francesc Abel.

2- Asegura que la archidiócesis de Barcelona apoyó su participación en un centro de planificación familiar.

3- No parece que le gusten demasiado las formulaciones doctrinales de los primeros siglos del cristianismo y pide una mayor apertura.

4- En la Iglesia caben todos.

Pues bien:

1- El jesuita Francesc Abel sostiene que la vida humana no aparece hasta la octava semana de gestación. Siendo presidente del Instituto Borja de Bioética, dicho organismo valoró positivamente la ley que convertía el aborto en un derecho. O sea, la misma que ahora está en proceso de reforma.

Los obispos catalanes desautorizaron a dicho Instituto mediante un comunicado en el que afirmaron que “las opiniones expresadas en dicho documento no están de acuerdo con la doctrina católica, ni con la defensa de un derecho, prioritario y fundamental, como es el derecho a la vida".

2- Todo el mundo sabe para qué sirve un centro de planificación familiar. Pero es que el religioso afirma:

Siempre con conocimiento del arzobispo de Barcelona y siempre teniendo en cuenta que en el campo de atención de San Juan de Dios entran personas que quizás no son cristianas o que quizás tienen comportamientos poco convencionales: prostitutas, gente que vive en la calle…, a los cuales no se puede aplicar una moral sexual rígida y alejada de aquello que viven.

Ciertamente lo más importante para una prostituta no es que deje de usar preservativos, sino que abandone la prostitución. Entendemos que cuando una mujer así asoma por un centro de San Juan de Dios no se le dé a leer la Humanae Vitae. Pero que no nos vengan con que la misión de un religioso católico es repartir preservativos, o incluso facilitar abortos, entre las “trabajadoras del sexo” porque no nos lo tragamos.

3- Entre las formulaciones doctrinales de los primeros siglos están, entre otros, el dogma de la Trinidad, la cristología, el credo, la necesidad de la gracia, los primeros dogmas marianos… ¿en serio que debemos “abrirnos” en esas materias? ¿abrirnos a qué?

4- Es lo que parece a veces, que caben todos en la Iglesia. Otra cosa es que sea lo que debe ser. ¿Caben en la misma Iglesia los que apoyan una ley del aborto y los que no? ¿caben los que profesan los dogmas y los que creen que son cosa del pasado?

En definitiva, nada nuevo bajo el sol.

Luis Fernando Pérez Bustamante