28.02.14

GrunArg

Figurémonos una Academia de Gastronomía, y frente a ella, una notoria Panadería. Y resulta que en los recipientes de “polvo para hornear”, esa pobre (?) gente coloca veneno para ratas, pero con un envoltorio más atractivo y elegante que todos los demás. ¿Qué les parece la “travesura”?… ¿Qué debe hacer una autoridad sanitaria frente al hecho? ¿Y qué actitud cabe a quienes han visto los efectos de intoxicación de sus familiares o amigos, ante la desidia corriente para corregir la cosa? Por mi parte pienso que no cabe jamás la resignación ante la pasividad generalizada en una epidemia, sino la acción diligente y enérgica para que se proteja cuidadosamente la “salud de la población”.

¿Y si este mismo ejemplo lo trasladamos a la esfera espiritual…?

¿Y si alguno cree que es más importante la salud del alma que la del cuerpo, dando crédito sincero a la Palabra de Dios, que nos pide temer más a los que matan el alma que a los que matan el cuerpo(Mt.10,28)?.

A quienes crean que el ejemplo es burdo, les respondo que no es ni una pizca de exagerado, frente al hecho de que por ejemplo en Buenos Aires, la librería que está justamente frente al Seminario Arquidiocesano, exhibe orgullosamente todos los títulos del monje hereje junto a la invitación a sus “conferencias” en su próxima visita a nuestro país. Luego los pobres fieles se sorprenden de que los sacerdotes salidos de este Seminario sean por lo menos dudosos en doctrina católica, confundiendo a más de uno, y los obispos se preguntan por qué muchos jóvenes con fe firme y vocación sacerdotal, eligen cualquier otro sitio para responder al llamado de Cristo, de modo de poder conservar no ya la vocación, sino incluso la fe íntegra. Sí; ya sabemos que no es la única librería ni el único seminario, pero no creo que sea sano ni psíquica ni espiritualmente, el acostumbrarse a este estado de cosas…

De las librerías que lo promueven, manteniendo atrevidamente el adjetivo de “católicas”, pues, no podemos sino repetir el vulgar refrán “por la plata baila el mono”, pero a ello se suma, lamentablemente, el coro de obsecuentes que por quedar bien con una moda -aunque ésta lleve muchas almas a alejarse de la fe verdadera- no dudan en ventilar lo que manden los apóstatas. Es el caso lamentable de catequistas, profesores, padrinos, y hasta instituciones, como la agencia de noticias católica argentina, que no entendemos cómo no ha calibrado el daño que hace a tanta monjita y laico desprevenido publicitando esta ingratísima visita, quemando con ello incienso a los ídolos, en vez de servir con fidelidad a la Iglesia, quien más que como empresa o empleador, deberíamos servir como a Madre. Dios les perdone, pues a juzgar por la propia nota, la plaga “grüniana", en Argentina al menos, ha llevado ya a más de 30.000 personas (¿católicos “desaparecidos” como tales?) a sus presentaciones en las 3 visitas anteriores.

El caso es que este monje “verde” vuelve a visitarnos, a ver cuántas almas católicas arrastra esta vez a la heterodoxia, herejía o apostasía, y yo espero, filial y humildemente, que si los obispos prefieren seguir mirando para otro lado a la vista del lobo, los fieles cuenten al menos con palabras contundentes de sus párrocos y confesores, advirtiendo sobre el veneno, con nombre y apellido, como lo hiciera Fray Nelson en su momento, valiente, paternal y cortésmente, a los colombianos.

-¿Y por qué tanto bochinche y guerra contra este famoso benedictino con cara de dulce de leche barbado e inofensivo?

- Porque de inofensivo tiene poco más que la barba, y como lo expresa con tan magistral y caritativa sintaxis el p. Guadalix: “Un católico bobo, un religioso bobo, un sacerdote cantamañanas acaban, si Dios no lo remedia, en un tsunami de proporciones inimaginables. Dentro del colectivo de religiosos, religiosas y curas del común abunda el espécimen, sobre todo porque nos han enseñado a ser buenos pero hubo gente que faltó a la clase donde se explicaba el arte de colocar el listón en el sitio ese justo donde acaba la bondad y comienza el hacer el canelo.”

Intentaremos recorrer, pues, los puntos más sobresalientes de la doctrina del benedictino, mostrando su franca oposición con la sostenida por la Iglesia Católica, a fin de que se comprenda el motivo de este artículo: son incontables los católicos desprevenidos que terminan siendo una gran cantidad de veces alistados para bregar entre las huestes del enemigo, y ni siquiera se han enterado de que estamos en guerra.

*La fuente que se nutre de pozos ciegos, no dará agua de manantial: parece verdad de Perogrullo, pero lo cierto es que un dato relevante para saber la fiabilidad de un escritor espiritual es el tipo de lecturas con que se ha formado. Si es católico, lo menos que se espera de él es que maneje fuentes católicas.

Sin embargo, como señalara ya Mons. Héctor Aguer(único obispo argentino que habló del tema), toda la espiritualidad difundida por Grün es una especie de transcripción pseudoespirtual de la simbología de Jung, abundantes en el gnosticismo, calificando al monje de “perniciosísimo” eco de la cultura New Age.

En efecto, el propio Grün dirá:

“He leído toda la obra de C.G.Jung además de muchos otros libros de Peter Schellenbaum, John Bradshaw y Ken Wilber. Precisamente la psicología transpersonal que vincula las experiencias místicas con la psicología actual, me interesa e inspira para comprender e interpretar de una manera nueva los textos místicos”. (J.PAULAS-J.SEBEK, Anselm Grün, reportaje comprometido, Bonum, Bs. As, 2003,78)

Es decir que siguiendo a Jung, Grün interpreta los textos de los más reconocidos autores místicos de la Iglesia, empezando por la propia Sagrada Escritura, como veremos más adelante.

Freud-Jung-Grun

I - KARL JUNG: Recordamos los aspectos más preocupantes del pensamiento de Jung, a través de sus propios textos, que probablemente más han influido en nuestro autor:

- Inmanentismo subjetivista: “Para mí [Dios] es la energía psíquica en general, la líbido quien crea la imagen de la divinidad utilizando los modelos arquetípicos, y el hombre en consecuencia rinde honor a la fuerza activa en él. Llegamos así a la conclusión de que la imagen de Dios sería ciertamente un fenómeno real, pero en primer lugar subjetivo”. “La figura de Dios es en primer lugar una imagen psíquica, un complejo representativo de naturaleza arquetípica que la fe identifica con un ‘ens’ metafísico”.

-Sincretismo relativista: Si yo dijera «creo en tal o cual Dios» esto sería insignificante; (pues) mis modelos psicológicos de comprensión están fuertemente apoyados por las representaciones colectivas de todas las religiones y no veo porqué una confesión debería poseer la verdad, única y perfecta”.

“La Iglesia se me convirtió gradualmente en una tortura pues allí se hablaba abiertamente -casi diría: desvergonzadamente- de Dios: lo que El quiere, lo que El hace…Yo estaba seguro de que éste era un camino equivocado para llegar a Dios”. Así “la religión teologica no podía servirme para nada pues no correspondía a mi experiencia de Dios”. (Jung: “Recuerdos, sueños, pensamientos”, Seix Barral, 2002)

-Idea perversa de Dios Padre: “en su omnisciencia lo dispenso todo de tal modo que los primeros padres deban pecar. Fue pues la intencion de Dios que ellos pecaran”.

-Idea de Cristo determinado por su destino, no libre: “Empecé a desconfiar de “her” (Señor) Jesús. Perdió su aspecto de pájaro grande acogedor y benévolo y quedó asociado a los enlutados y tétricos hombres de levita con sombrero de copa y relucientes zapatos negros que se ocupaban de la caja negra (ataúd)”.

“En el fondo tampoco El se comprendió a sí mismo: solo sabía que debía sacrificarse tal como le fue ordenado desde su interior. Su sacrificio le fue impuesto como un destino”.

-Odio luciferino a la Iglesia: Hay en efecto, una cita descaradamente blasfema que da cuenta de la cloaca interior de este hombre, que el benedictino confiesa preferir para “alimentar” su teología:

“Hice acopio de todo mi valor como si tuviera que precipitarme en el fuego infernal y dejé volar mi imaginacion: ante mis ojos surgió la hermosa catedral, sobre ella el cielo azul, Dios sentado en trono dorado en la cumbre del mundo y bajo el trono cayó una gran cantidad de excrementos sobre la cúpula de la Iglesia; la destrozaron y despedazaron los muros del templo. Esto era pues. Experimenté un gran alivio y un indescriptible consuelo. En lugar de la esperada condenación me llegaba la gracia y con ello una inexpresable dicha como nunca había experimentado”. (Ibidem, p.56)

Señala el p. Gabino Tabossi, en su oportuno análisis (“Y dijo el Hombre: «Hagamos a Dios a nuestra imagen y semejanza»” -Una aproximación a la teología de Anselm Grün-) que hemos usado en gran parte para este artículo:

“Otras musas inspiradoras para nuestro autor han sido teólogos vanguardistas del progresismo y filósofos como Bloch y Gadamer, marxista el primero y hermeneuta heideggeriano el segundo quien, al endiosar el lenguaje derivado de la conciencia, -a su vez está condicionada por la historia- termina por identificar lo real con el ser percibido en la conciencia: la verdad no existe en sí, sino en mí.

Rahner fue un autor que me interesó especialmente. Leí sus escritos y en mi examen doctoral escribí sobre él. Durante ese tiempo también leí una serie de libros psicológicos y comencé con la lectura de C.G.Jung. (…) Leí asimismo autores evangélicos. (…) También a Hans Küng y a Urs von Balthasar. Me importaba más la correcta interpretación del cristianismo que las exigencias morales. Leí también a filósofos como E. Bloch y H.G.Gadamer que enriquecieron mi teología. Con respecto a Teilhard de Chardin yo no solo lo apreciaba por sus esfuerzos por vincular las ciencias naturales a la teología; también creó –a mi entender- una teología mística que tiene su fundamento en una nueva relación con la creación” (Anselm Grün, Reportaje comprometido, 30-32).

Al decir Grün que le “importaba más la correcta interpretación del cristianismo que las exigencias morales” hace patente su poca estima por la moral y su mucho aprecio por la fe, bien al estilo luterano.

Dice finalmente haber encontrado en la filosofía existencialista del ateo Martin Heidegger ideas que han fecundado la teología porque tal pensamiento, más que ningún otro, ha “respondido a las preguntas del hombre moderno” (cf. Ibid., 26-27).”

Esta declaración es francamente indignante…Quizá Grün lamente que Jesucristo no haya podido contar con el asesoramiento de algunos existencialistas para comprendernos mejor…

Este espacio no nos permite detenernos en el análisis de cada uno de los autores que “enriquecieron” (sic) su teología (de algunos se ha ocupado el p. Iraburu en la serie “Mala doctrina”, de su blog) pero por ejemplo, acerca de Hans Küng, a quien sancionado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Iglesia debió quitarle la licencia para enseñar, afirma Grün que

“Para mí personalmente, Küng no es en absoluto un teológo que esté fuera de la Iglesia. Él no formuló tesis alguna que esté fuera del dogma [de la infabilidad pontificia]. Su demanda es más bien práctica. Su obispo G.Moser intercedió a favor de Küng. Detrás de todos los puntos de vista y en este caso es posible ver también rivalidades personales, concretamente entre él y Ratzinger. Detrás de todas las acciones [conflictivas] en la Iglesia también se esconden resentimientos personales. Por otra parte, no todo lo que se refiere a la cátedra [¿de Pedro?] está siempre fundado dogmáticamente” (J.Paulas-J.Sebek, Anselm Grün, reportaje comprometido, Bonum, Bs. As, 2003, 32-33).

El párrafo precedente no sorprende si se tiene en cuenta que Grün sostiene una particular concepción de la Iglesia, en que se advierte muy bien la huella de sus modelos:

-“La Iglesia ya no puede presentarse autoritariamente, como representarse exclusiva de la verdad” (Reportaje comprometido., 152)”.

-“La Iglesia católica no debe identificarse con la Iglesia católica romana y su estructura, sino en que lo verdaderamente católico radica en que la Iglesia está abierta para todas las experiencias espirituales, que respeta a las otras religiones con sus conocimiento y experiencias, y que quisiera incorporarlas todas a la plenitud que Cristo representa para ellas. -No es la Iglesia la plenitud. “Ni el cristinismo en su figura histórica ni la Iglesia pueden pretender absolutidad”.

“Como cristianos, no tenemos la verdad absoluta. Absoluto es solo Jesucristo. Pero nuestra forma de hablar de él no representa la plenitud que él representa. (…)Todo lo que digo de Jesús está marcado por mis puntos de vista limitados y siempre condicionados por la historia de vida. Por lo tanto sólo podemos hablar de la absolutidad de Jesucristo en una nueva modestia y, al mismo tiempo, en una confianza profunda, pero no de la absolutidad del cristianismo, de cómo se muestra concretamente y de cómo se representa en su dogmatismo”.

“El cristianismo es el cumplimeinto del anhelo humano, tal como se expresa en muchas religiones. Cumplimiento no es algo exclusivo sino inclusivo.” (ANSELM GRÜN, La fe los cristianos, San Pablo, 2007, 138-152).

Si quedara alguna duda sobre el juicio que le merece la Iglesia como Madre y Maestra a este “hijo” suyo, leemos:

“Los hombres desean hablar abiertamente de la sexualidad. Odian la moralina que a menudo se introduce en la perspectiva de la Iglesia sobre la sexualidad. La Biblia habla de la sexualidad masculina con toda naturalidad. El lenguaje bíblico no está todavía contaminado por la moral sexual romana.” (Luchar y amar, 22)

“En la década de 1980 se habló en la Iglesia alemana de los ancianos enojados. Se pensaba en los teólogos como Rahner y Heinrich Fries. Estos hombres, que no tenían ya nada que perder, no repararon en manifestarse públicamente contra el dogmatismo romano. El anciano enojado tiene sin duda una importante función tanto en la Iglesia como en la sociedad.”

Frente a esta arrogante impiedad, cabría oponerle a Grün las figuras ancianas de la Madre Teresa o del Beato Juan Pablo II, entregados fielmente hasta el fin, y como telón de fondo la cita “La vejez venerable no es la de largos días, ni se mide por el número de años. La prudencia es la verdadera sabiduría, la vida intachable es la honrada vejez”(Sab.4,8-9).

Sobre la profesión de la fe católica, los hijos de la Iglesia tenemos por el contrario, la convicción de que “Cristo y la Iglesia no se pueden confundir pero tampoco separar, y de que entre ellos existe una continuidad histórica” (cf.“Dominus Iesus”, n°16,§1,3).

Recordamos aquí algunos pocos puntos del Catecismo referidos a nuestra fe en la Iglesia:

85 “El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo” (DV 10);

88 El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando define dogmas, es decir, cuando propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la Revelación divina o también cuando propone de manera definitiva verdades que tienen con ellas un vínculo necesario.

93 «El Espíritu de la verdad suscita y sostiene este sentido de la fe. Con él, el Pueblo de Dios, bajo la dirección del Magisterio […]

811 “Esta es la única Iglesia de Cristo, de la que confesamos en el Credo que es una, santa, católica y apostólica” (LG 8). Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí (cf. DS 2888), indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su misión. La Iglesia no los tiene por ella misma; es Cristo, quien, por el Espíritu Santo, da a la Iglesia el ser una, santa, católica y apostólica, y Él es también quien la llama a ejercitar cada una de estas cualidades.

812 Sólo la fe puede reconocer que la Iglesia posee estas propiedades por su origen divino

Con respecto a los vínculos de unidad que deben reinar entre los miembros de la Iglesia, nos dice el Catecismo que entre ellos se halla na misma fe recibida de los Apóstoles.

Y más adelante (816) señala, con referencia a su necesidad para la Salvación, citando el decreto sobre Ecumenismo del Concilio Vaticano II: «Solamente por medio de la Iglesia católica de Cristo, que es “auxilio general de salvación", puede alcanzarse la plenitud total de los medios de salvación. Creemos que el Señor confió todos los bienes de la Nueva Alianza a un único Colegio apostólico presidido por Pedro, para constituir un solo cuerpo de Cristo en la tierra, al cual deben incorporarse plenamente los que de algún modo pertenecen ya al Pueblo de Dios» (UR 3).

Con respecto a plena incorporación a la Iglesia:

837 «Están plenamente incorporados a la sociedad que es la Iglesia aquellos que, teniendo el Espíritu de Cristo, aceptan íntegramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos, dentro de su estructura visible, a Cristo, que la rige por medio del Sumo Pontífice y de los obispos, mediante los lazos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión. No se salva, en cambio, el que no permanece en el amor, aunque esté incorporado a la Iglesia, pero está en el seno de la Iglesia con el “cuerpo", pero no con el “corazón"» (LG 14).

Sobre la Verdad, en la luminosa y bellísima encíclica Veritatis Splendor, el beato Juan Pablo II, señalaba el vínculo indisoluble entre el conocimiento de la Verdad y la moral católica, es decir, entre Bien y Verdad, exhortando insistentemente a los obispos a que ejerzan fielmente su misión, y recordándoles su “deber de declarar la incompatibilidad de ciertas orientaciones del pensamiento teológico, y de algunas afirmaciones filosóficas, con la verdad revelada.” (VS, 30)

Nos preguntamos entonces, ¿Anselmo Grün está plenamente incorporado a la Iglesia, profesando y enseñando una fe tan alejada de la católica? Y la pregunta ya mil veces formulada, sin cansancio: ¿Por qué se permite que siga enseñando en nombre de la Iglesia, a quien NO posee su doctrina, tentando, confundiendo y engañando a los fieles?

NvaEra

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II -EUGEN DREWERMANN: el punto de apoyo en la exégesis bíblica.

Desde una posición tácitamente protestante, en que ni la Tradición ni el Magisterio tienen la menor cabida (desafío a que nos presenten al menos 20 citas tomadas de la Obra Completa de Grün, en que se tengan sinceramente en cuenta una o el otro), el punto de apoyo es la Sola Scriptura, para cuya interpretación acude a las fuentes arriba mencionadas, sobre todo psicológicas.

El p. Horacio Bojorge s.j. nos ofrece en su blog Toma y lee, una clara exposición acerca de los sentidos bíblicos, entre los cuales existen abusos en que se acomoda el texto bíblico presentando una intención ajena a su sentido literal y auténtico tal como ha sido siempre interpretada por la Iglesia y según la fe católica. Entre estos sentidos acomodados, el p. Grün es experto, utilizando la Sagrada Escritura como “libro de autoayuda”, siguiendo el ejemplo de otro de sus maestros alemanes. Señala allí el p. Bojorge una importante advertencia:

“En efecto el propio Grün, en su obra “Evangelio y psicología profunda” (1988) reconoce, sin ahorrarle elogios, que su fuente de inspiración es la obra del sacerdote alemán Eugen Drewermann: “en todo cuanto sigue utilizo los dos tomos de Drewermann Psicología profunda y exégesis, a los que debo interesantes puntos de vista, y un libro de Sanford , discípulos ambos de Carl G. Jung, en el que el autor hizo ya hace veinte años [hacia 1968, contemporáneamente a Gabriel Morán] una exégesis bíblica desde el punto de vista de la psicología profunda”.

Tres años después de este elogio, el obispo de Paderborn separaría al P. Eugen Drewermann de su cátedra, y al año siguiente le prohibiría predicar, apartándolo del ejercicio del sacerdocio (Grün, Evangelio y Psicología Profunda, Narcea Ediciones, Madrid 2003), debido a que Drewermann sostenía una interpretación psicologista del mensaje bíblico y evangélico, descalificando las interpretaciones católicas tradicionales como erróneas. Sus tesis eran una plasmación de la doctrina modernista de la revelación de Dios inmanente al alma en forma de fenómenos psicológicos, en la línea de las doctrinas de Sigmund Freud y Carl Jung.

Anselm Grün, entonces, ya no hace lo mismo, ya que se hubiera expuesto a la misma suerte que Drewermann, si se hubiera topado, con un pastor celoso como el Arzobispo de Paderborn, Mons. Johannes Joachim Degenhardt, quien soportó la tormenta desatada en los medios por su intervención en el caso Drewermann. Juan Pablo II reconoció el coraje meritorio del Arzobispo y lo promovió al cardenalato.

Anselm Grün, aunque manifiesta sus simpatías por los enfoques de Drewermann citándolo en su bibliografía, se guarda de imitar la brutal sinceridad de su maestro.

Lo que hace Anselm Grün no es negar de plano, como Drewermann, la interpretación tradicional del Evangelio y proponer sustituirla por una interpretación psicologista de corte entre analítico y junguiano. Su método apunta a una sustitución pragmática sin entrar en una refutación teórica.

Grün presenta las interpretaciones bíblicas correctas, pero las yuxtapone, a sus interpretaciones psicologistas afirmando que son equivalentes: “o también". Grün baraja sentidos bíblicos reinterpretados en sentido acomodado o traslaticio. El confiado lector se encuentra con el relato evangélico y su sentido literario tradicional que le es familiar, pero también se le sirve, en el mismo plato, la acomodación psicológica, como si fuera igualmente válida.”

Los arquetipos junguianos sirven a Grün para distorsionar completamente toda exégesis bíblica. Vemos así, por ejemplo, la descripción del Santo patriarca Abraham, “padre de todos los creyentes”(Rom.4, 11-18), a quien la Iglesia ha definido como “gigante paradigma en el arte de la obediencia”(Catecismo, 144), como un neurótico impotente y filicida:

“Mientras Abraham utiliza a su mujer para conseguir un determinado objetivo, ésta no le puede dar ningún hijo. Sólo cuando tres hombres visitan a Abraham [tres hombres misteriosos en los que la Tradición eclesial ha visto una imagen profética de la Trinidad] y le regalan su protección, queda capacitado para recibir de Sara un hijo. (…) [Hoy dia] son muchos los hombres que sufren de impotencia. Abraham necesita de energía masculina de tres hombres para hacerse fecundo. De igual modo, los hombres necesitan la comunión con hombres que les protejan, que les transmitan su propia fuerza”.

“El sacrificio de Isaac por parte de su padre se puede interpretar de diversas maneras. Una interpretación sería ésta: Quien ordena a Abraham sacrificar a su hijo no es Dios, sino la enfermiza imagen que Abraham tiene de Dios. El ángel del Señor impide a Abraham que sacrifique a su hijo. Le da a conocer otra imagen de Dios. Pero la escena puede entenderse también desde el punto de vista psicológico. Desde esta perspectiva, la historia refleja la oculta tendencia de muchos padres hacia la aniquilación de su propio hijo.”(Luchar y amar, San Pablo, 2006, 32-36)

 

Nos encontramos, pues, con una franca sacralización de la psicología –o mejor dicho, del psicoanálisis- , de neto cuño New Age. iso desempolvar un interesante documento de los Consejos Pontificios de la Cultura y para el diálogo religioso acerca de la Nueva Era para comprender la relación entre muchos desaciertos del benedictino:

La tendencia a intercambiar la psicología y la espiritualidad fue retomada por el Movimiento del Potencial Humano cuando éste se desarrolló a finales de los años sesenta en el Instituto Esalen de California. La psicología transpersonal, fuertemente influida por las religiones orientales y por Jung, ofrece un camino contemplativo donde la ciencia se encuentra con la mística. El énfasis que se pone en la corporeidad, la búsqueda de métodos para expandir la conciencia y el cultivo de los mitos del inconsciente colectivo eran todos acicates para buscar al « Dios interior » dentro de uno mismo. Para realizar el propio potencial había que ir más allá del ego individual a fin de convertirse en el dios que uno es en lo más hondo de sí mismo. Esto se podía llevar a cabo escogiendo la terapia adecuada: la meditación, las experiencias parapsicológicas, el uso de drogas alucinógenas. Todos estos eran los caminos para lograr « experiencias cumbre », experiencias « místicas » de fusión con Dios y con el cosmos. (2.3.2)

En este contexto, las dos “caras” del misterio de la Redención (Pecado original y el mismo Jesucristo), son gravemente distorsionadas.

En el siguiente post nos ocuparemos, Dios mediante, de estos aspectos.