Una opción muy válida para quien quiere seguir a Jesucristo

Director de la Legión de Cristo: «Queremos dedicarnos a hacer el bien en adelante»

 

El nuevo director general de los Legionarios de Cristo, Eduardo Robles Gil, ha asegurado que si volvieran atrás darían a conocer las noticias «rápidamente y de forma clara» y ha subrayado que, de ahora en adelante, quieren dedicarse «a hacer el bien». «Reconocer, los errores, pedir perdón y poner los medios para enmendar es liberador. Queremos dedicarnos a hacer el bien en adelante y seguir aprendiendo, mejorando, corrigiendo», ha indicado Robles Gil en una entrevista concedida a Europa Press.

01/03/14 6:20 PM


(EP/InfoCatólica) Sobre el documento publicado hace unas semanas por la Legión de Cristo en el que condenan «firmemente» los «gravísimos y objetivamente inmorales» comportamientos de su fundador, Marcial Maciel, y piden perdón, afirma que era un comunicado «necesario», un acto de «responsabilidad frente al pasado y al futuro» para «marcar una línea clara con lo que no se aprueba».

Además, unos días después de que concluyeran su Capítulo General, admite que si volvieran atrás actuarían «de otra manera», darían a conocer las noticias «rápidamente y de forma clara». En todo caso, recuerda que «después de los hechos, se ve con claridad lo que en el fragor de la batalla no siempre se veía tan bien» y afirma que, aunque cometieron errores, «se actuó de buena fe».

Robles Gil ha señalado que en los últimos cuatro o cinco años se ha incrementado el número de personas que han dejado la congregación, un total de 89 sacerdotes desde 2010, «muchos» de ellos, influenciados por la crisis institucional. «Siempre se dan estos casos como parte del proceso normal de discernimiento, sobre todo entre novicios y religiosos en formación que descubren que la vida religiosa no es su camino. Pero la crisis institucional también ha influido en la decisión de muchos. En los últimos cuatro años han dejado la congregación 89 sacerdotes», ha indicado.

Nos duele que se hayan ido, son hermanos, amigos

La mayoría de ellos, según precisa, sigue ejerciendo su ministerio en una diócesis pero les consta que algunos también han dejado el sacerdocio. «Nos duele que se hayan ido, son nuestros hermanos, son amigos, hemos vivido mucho juntos», asegura. Robles Gil considera que parte de la solución está en la formación pues han observado que es necesario «subrayar aún más» la responsabilidad personal de cada seminarista en la propia formación, «que él sea el protagonista de su discernimiento», de forma que los formadores acompañen pero cada uno sea responsable de su respuesta a Dios.

No obstante, también han constatado «que el Señor sigue llamando a jóvenes a la Legión de Cristo y a la vida consagrada en el Regnum Christi» pues en el año 2013 iniciaron su noviciado un total de 109 jóvenes y se ordenaron sacerdotes 31 legionarios.

En este sentido, el nuevo director de la Legión de Cristo defiende que esta congregación «sigue siendo una opción muy válida» para quien quiere seguir a Jesucristo y ser testigo de misericordia, algo que, según añade, han experimentado últimamente los legionarios en carne propia.

«Un punto y final» a una etapa

Robles Gil ve en la confirmación del Papa de su nombramiento como nuevo director, un signo de confianza de la Iglesia en la congregación que, tras unos años siendo gobernada por el Delegado Pontificio, el cardenal Velasio de Paolis, –que ha querido ser «fiel al Papa» y «se ha mantenido en la brecha»–vuelve ahora a depender, como el resto, de Congregación para los Institutos de Vida Religiosa.

Asimismo, ve el Capítulo General como «un punto y final» a una etapa y el inicio de otra marcada por los cambios en el corazón de las personas y por un cambio en su cultura institucional. No obstante, afirma que el proceso de renovación continúa. Según señala, los Legionarios de Cristo han vivido una etapa de «mucha turbulencia» en el que «muchas voces no creían que fuera posible una renovación».

Sin embargo, «la voz del Papa ha sido fuente de seguridad». Concretamente, apunta que las nuevas constituciones, pendientes de ser aprobadas por el Papa, regulan su estilo de vida, protegen su carisma, incluyen mecanismos para que exista un rendimiento de cuentas de los superiores y una mayor rotación de estos cargos y se plantean el reto «más importante»: la unidad dentro de la congregación. También tienen en cuenta la invitación de Francisco de salir al encuentro de los otros.