Roma
El resto de grupos han sido de 7 y 8 obispos

Los diez obispos catalanes consiguen que el papa Francisco les reciba en bloque

El viernes de esta semana le toca el turno a los obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense. Durante este encuentro, la Iglesia catalana rendirá cuentas al papa, pendiente del futuro de Cataluña y de la sucesión de Barcelona


 

El papa Francisco ha recibido este lunes a todos los obispos de España en el marco de la visita ad limina apostolorum y el próximo viernes por la mañana, tras una semana de encuentros con las diversas conferencias estatales, hará una audiencia únicamente para los obispos catalanes, los de las diez diócesis que forman la Conferencia Episcopal Tarraconense (CET), presidida por el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol.

El pontífice, que el día 13 hará un año que fue elegido, ya se ha ido reuniendo en todo este tiempo con algunos obispos en privado, pero esta vez, y en el marco de esta visita ad limina apostolorum , acogerá por primera Cuando los representantes de la Iglesia catalana en bloque.

Será un encuentro importante, ya que, según informa el diario de información en catalán ‘Elpuntavui’, Cataluña ahora mismo está siendo analizada con lupa por el Vaticano, dado el momento histórico que vivimos: el debate sobre el derecho a decidir, la desafección hacia España y la reclamación de independencia por parte de una gran masa social desde hace unos años.

Roma sabe bien lo que pasa en Cataluña -lo dejó claro una persona que tiene vía directa: el abad de Montserrat, Josep Maria Soler pero una visita los representantes de las diez diócesis catalanas juntos, a pesar de que ningún obispo ha mojado en público con el tema del proceso, es importante para terminar de hacerse una idea de lo que está pasando en el país. Y más teniendo en cuenta que hay en juego un tema capital para la Iglesia catalana: la sucesión de Barcelona.

Después de que el cardenal arzobispo de Barcelona, ​​Lluís Martínez Sistach por razones de edad, ya haya presentado su renuncia, la plaza de obispo de Barcelona, ​​una de las diócesis más grandes del Estado (y de Europa), queda vacante.