16.03.14

Ya soy una “malamadre”

A las 12:04 PM, por Reme
Categorías : General

 

Por lo que me han comentado, el Club de las Malas Madres lleva ya un tiempo funcionando en la red. No las conocí hasta que ayer leí el reportaje en La Vanguardia titulado “Las malasmadres salen del armario”. Me faltó tiempo para entrar en su blog y descubrir una nueva “remesa” de mujeres que no se arrugan en la defensa de la mujer en sí misma: de su maternidad, de la conciliación familiar con el trabajo profesional, de una imagen digna y respetada en los medios de comunicación, y de la contribución en el mundo profesional, en la cultura, en la vida pública y política, sabedoras de la responsabilidad que lleva consigo el título de “guardianas del ser humano”, y las cualidades propias de la personalidad femenina .

Después de leer varias de las entradas, no todas sus tesis coinciden con mis criterios, pensé que era un quehacer en el que valía la pena participar. Sin más cavilación me suscribí en el blog.

Por qué…? ¿Por qué una madre como yo, entradita en años y con seis hijos a la espalda, se lanza a esta nueva aventura?

Si, ya sé que os parecerá, a muchos de los que me conocéis, todo un despropósito, pero está muy claro.

Por un lado, me gustó la manera, irónica, sin ñoñerías y con un extraordinario sentido del humor, con la que defendían la maternidad “no delegable”, que no desfallecen ante las adversidades con las que se encuentra una madre-esposa-trabajadora en su entrega a los demás en la vida de cada día. Todas intentamos cumplir lo mejor posible con nuestras obligaciones, pero la realidad es que ser mujer en el S.XXI es una tarea difícil y, a veces, incluso heroica. Compaginar familia y trabajo, las tareas domésticas, el cuidado de los hijos, las compras, la vida privada y las relaciones sociales siguen formando parte , digan lo que digan por ahí, de las responsabilidades que “deben asumir” las mujeres.

Es más, nos convertimos en una mamá pulpo que con cada nuevo día, nuestra piel, como la de los pulpos, va cambiando de forma, color y textura. Me explico. Nuestros ocho brazos y la aguda visión que nos proporcionan los grandes ojos de este cefalópodo no son suficientes para abarcar todas las tareas que tenemos que realizar diariamente

Por otra, la desmitificación sin rubores del pulso al que nuestra sociedad nos intenta marcar , cada día con más apremio, a la mujer del S.XXI, para que nos convirtamos en una “superwoman” ,o como yo la llamo , en una “Mujer 10”. Es decir, siempre alegres y optimistas, atractivas, deseables y con un cuerpo espectacular. Y eso, sin menguar, en ningún momento, nuestra capacidad de ser esposas perfectas, madres cariñosas y modélicas, profesional efectiva, incansable y con éxito, con tiempo extra para la familia, las amistades y las relaciones sociales o laborales.

Y por último, porque creo que una mujer cincuentona como yo, que ha pasado por todas las realidades que comparten las blogeras “malasmadres”, puede aportar su granito de arena, y sugerir en voz alta que la clave para sobrevivir en nuestro quehacer diario es dar lo mejor de nosotras mismas.

Ser mujer-madre ya es algo que comporta admiración y magnificencia. Es más, nos debería llenar de orgullo. Sí. Un orgullo del que emana un atractivo especial, una seguridad en nosotras mismas, que no solo nos convierte en el sanctasantórum de la vida, sino que nos hace modelos de excepción de valores propios de la personalidad femenina que cautivan a los hombres con su ejemplo : la ternura, la delicadeza, la fortaleza, la valentía, la generosidad, la comprensión, el cuidado de los demás, la alegría, el orden, la constancia, la protección… en definitiva, su humanidad…. puesto que , poniéndonos al servicio de nuestra familia y de nuestros hijos, nos hemos puesto al servicio de toda la humanidad.

Hay un refrán judío que dice así: “Como Dios no podía estar en todas partes, hizo a las madres”.

Pues eso.