¿Dónde hacemos las fotos? “En la capilla, que es donde está lo esencial”. David Escoín (Castellón, 1979), seminarista en segundo de teología en la diócesis de Segorbe-Castellón tiene claro por qué está en el Seminario desde 2009 y Quien le ha traído aquí. Le faltan dos cursos de teología para acabar la formación, y este año ha tenido una idea diferente para dar su testimonio de vocación a alumnos de secundaria y bachillerato: Será él quien pregunte.

La semana que viene darás testimonio a alumnos de secundaria y bachillerato del Mater Dei. ¿Cómo se te ocurrió cambiar el método?

-Estábamos en misa hace dos semanas, y escuchando las lecturas acabó de cuajar una idea que iba rumiando desde la habitación: en vez de someterme a un interrogatorio sobre mi vocación, empezaría a preguntar yo y a buscar las  inquietudes que los jóvenes tienen. Es como el sembrador que primero mira el terreno para saber qué es lo mejor al empezar a trabajar.

-¿Cómo despertar el interés vocacional en un joven?

-Creo que haciéndoles protagonistas y rezando. Que pongan los pies en el suelo y vean la realidad con sus propios ojos sin dejarse llevar por los demás, buscar el sentido propio de su vida. También tenemos que salir a la calle y hacer ruido, como dice el Papa Francisco: ir a institutos, buscar en otras realidades de la Diócesis, entrar en diálogo por las redes sociales y en los ámbitos donde se mueven, viven y hacen su vida normal. Pero lo fundamental es darse cuenta de que son hijos de Dios amados por Él: eso es lo que realmente cambia la persona.

-¿Qué te lo despertó a ti?

-El testimonio de unas personas que vinieron a casa. Eran cristianos, compartimos una comida, y me invitaron a hacer un poco de oración. Accedí y se despertó mi interés por Dios, por querer ir a misa, conocer poco a poco a Cristo. Después, el Señor me llamó. Fue hace diez años y lo esencial estuvo en la oración y sentir esos signos de los tiempos que el Señor te va poniendo.

-¿Qué gana un joven siendo sacerdote?

-No soy todavía sacerdote, pero pienso que es compartir esa perla preciosa que Dios regala para poder dar sentido pleno a la vida de los demás. Siendo sacerdote vas a encontrar ese sentido que aparece en el Génesis: los hombres estamos llamados a darnos a los demás en el amor. Poder mediar en la gracia de Dios a través de los sacramentos… y cuánta felicidad y sentido está dando el Señor en el mundo a través de los sacerdotes.

-¿Qué se necesita para responder a la llamada de Dios?

-Precisamente es una de las preguntas que he preparado para los jóvenes. Pero ya doy la respuesta: ser desprendido, dócil y vivir una verdadera caridad.

(Diócesis de Segorbe-Castellón)