28.03.14

Un buen dato para comenzar la mañana: España es el segundo país de la Unión Europea con más pobreza infantil superado solo por Rumanía. En otros datos ya ni entramos.

Pues ya ven la situación. A uno, como es natural, no le queda más remedio que mirar a la administración y hacer preguntas. No creo yo que estemos tan mal como para no poder hacer algo, revisar presupuestos y administrar los bienes de todos de otra forma.

Ayer se presentó el informe de Foessa “Análisis y perspectivas 2014″. En él se afirma que con 2.600 millones de euros es posible acabar con la pobreza severa en España. Muchos millones son. Pero esa cantidad es el equivalente al proyectado rescate de las autopistas o poco más del doble de lo que costó por ejemplo el aeropuerto de Ciudad Real.

Somos una gran nación con recursos para poder acabar con la pobreza al menos más sangrante. Pero… los dineros de los españolitos se nos van entre los dedos en proyectos faraónicos, ERES, Gurtell, comisiones, prebendas. Hay para todo, para derrochar, vivir, marisquito, obras para los amiguetes, sobres, sueldazos (Magdalena Alvarez, por ejemplo, más de 22.000 euros mensuales de sueldo además de otros ingresos), derroches varios. Pero no se consigue arañar un pellizquito para que esos niños en pobreza severa salgan de su precariedad.

En España, el riesgo de pobreza entre los niños menores de 18 años se situó en 2012 en el 29,9 %, casi nueve puntos por encima de la media de la UE, que estuvo en el 21,4 %, según datos de 2013 de Eurostat. De 2011 a 2012, la tasa de pobreza en este sector de población aumentó del 15,6 % al 19,4 %. Casi un tercio de los niños españoles viviendo con más ajustes de los nbevesarios. Si a esto añadimos que España tiene la mayor tasa de abandono escolar prematuro de la UE, el panorama es del todo desolador.

Cualquiera podría pensar que ante estos datos la administración está aprobando presupuestos especiales para salir al paso de la pobreza en España, especialmente la pobreza infantil, a la vez que organizando de nuevo un plan Marshall a la española o volviendo a los extintos planes de desarrollo.

Nada de eso. Nada extraordinario. La única ocurrencia de la administración, al menos en Madrid, en quitarse el problema de en medio mandándoselo a Cáritas. Cada vez más nos llega gente enviada desde las juntas municipales con derivaciones muy concretitas: “a esta familia el abono transporte”, “a estos los libros del colegio”, “a ver si es posible que paguéis los recibos de luz y gas”, “que si podéis acoger en el economato a estos otros”. Ya conté en una ocasión que el material deportivo de la cárcel de Soto del Real lo aporta Cáritas.

A mí me parece una vergüenza que con la que está cayendo se quiten a los pobres de en medio a base de derivar a Cáritas sin coordinar, sin una palabra, sin nada. De repente te aparece una familia en la parroquia con un papelito del ayuntamiento para que puedan acceder al economato. Y cuando dices que no es posible atender a más familias, porque llegamos a donde llegamos, te responde, y con razón, que a ellos alguien les está tomando el pelo. Pues sí. La administración, desde hace tiempo, que ha decidido que los recursos se emplean en otras cosas.

No nos toca a las parroquias arreglarlo, no es la primera vez que digo que esto es cosa de “jefes a jefes”, es decir, de director Cáritas Madrid, presidente de la comunidad y alcaldesa. Porque Cáritas hace lo que puede y colabora en lo que sea necesario, pero lo que no puede pretenderse es que la solución de la pobreza, seria pobreza en España y en Madrid, sea cosa de Cáritas mientras las administraciones están en lo que están. Vamos, digo yo.