Diócesis

La carta que la Diócesis de Rabat ha enviado al Gobierno de España denunciando expulsiones ilegales de inmigrantes hacia Marruecos

La Diócesis de Rabat ha hecho público un comunicado sobre la situación de las personas migrantes que llegan al centro de acogida de Cáritas en la capital marroquí. En dicho comunicado, recomienda a las autoridades españolas que ponga fin a las expulsiones ilegales de inmigrantes hacia Marruecos.


 

Rabat, 25 de marzo de 2014

Desde principios de diciembre de 2013 nuestras organizaciones han constatado una llegada diaria de decenas, y después de centenares de emigrantes (a veces de menores) dejados en diversos lugares de aglomeración de Rabat  (sobre todo en la estación Kamra) por autobuses requisados por las fuerzas del orden provenientes de la regiones próximas de Ceuta y Melilla.

Algunas personas reconocen que han sido detenidas en intentos de pasar la frontera con Ceuta y Melilla, pero muchas de ellas manifiestan haber sido detenidas en la calle, en su lugar de residencia en el bosque o en territorio español. Hasta la fecha no hemos logrado obtener una explicación oficial sobre el motivo de estas prácticas de “desplazamiento forzado”, fuera de todo procedimiento judicial individual.

Entre estas personas abandonas sin refugio en Rabat, nosotros prestamos atención a un número creciente de heridos que presentan fracturas y diversos traumatismos que ellos atribuyen en gran parte a la violencia recibida de las Fuerzas Auxiliares de Marruecos o de la Guardia Civil durante la prestación.

Las acciones de acogida puestas en funcionamiento por nuestras asociaciones son inadecuadas a lo que nosotros consideramos como una crisis humanitaria, en plena capital. Para ilustrar la amplitud del fenómeno, el centro de acogida de emigrantes de Caritas que ha acompañado a más de 16.000 emigrantes en Rabat desde 2005, ha cerrado sus puertas de modo permanente desde el 24 de marzo de 2014 al no poder hacer frente a una afluencia exagerada (un centenar cada día) y a situaciones médicas (muchas heridas graves) que superan sus posibilidades.

Recordando las recomendaciones fundamentales de la relación del Consejo Nacional de Derechos del Hombre sobre la situación de emigrantes y rebudiados en Marruecos en referencia al cual SM el Rey Mohamed VI ha puesto las bases de una nueva política migratoria, respetuosa de los Derechos del Hombre, nosotros recomendamos:

-A las autoridades Marroquíes responsables de la seguridad en las fronteras que sean dadas cuanto antes algunas indicaciones para poner fin a la violencia en los interrogatorios, de garantir el respeto de los procedimientos individuales y de interrumpir los “desplazamientos forzados” en el interior del país.

-A las autoridades españolas, de poner fin a las expulsiones ilegales hacia Marruecos de emigrantes que han entrado en sus territorios, y de vigilar para que la cooperación con el Reino de Marruecos para “desterrar toda forma de violencia ejercida contra los emigrantes en situación irregular en los interrogatorios”; “garantizar a los emigrantes irregulares en caso de arresto, la detención provisional o de juicio, el acceso efectivo a la justicia (posibilidad de abogado y de intérpretes competentes, acceso a las autoridades consulares, acceso a los procedimiento de asilo, acceso a las atenciones médicas, etc) y que la gestión de la frontera se inscriba en el más estricto respeto de las dos legislaciones nacionales y del derecho internacional, y de recordar a sus servicios de policía la prohibición del uso de violencia hacia los emigrantes.

-Al Consejo nacional de los Derechos del Hombre en Marruecos y a la Organización de Naciones Unidas, de enviar observadores internacionales, de una parte y de otra, a las fronteras de Ceuta y Melilla, a fin de suprimir las violencia y violaciones graves del derecho del que son objeto los emigrantes, y de hacerlos llegar a las autoridades correspondientes.

-Y de inmediato, para mitigar el cierre obligado de las actividades del Centro de Acogida de Emigrantes de Caritas, pedimos a las autoridades sanitarias a escala regional (de Rabat y de otras ciudades de destino de los autobuses que transportan los emigrantes en el Norte), aun siendo conscientes de los medios limitados de las estructuras públicas, de poner en práctica un dispositivo de orientación y de atención a fin de que las atenciones necesarias sean dispensadas a las personas heridas y a las instituciones responsables de la protección de la Infancia, que sea prevista una asistencia adaptada sobre todo para los menores no acompañados.