5.04.14

 

El partido político Coalició Compromís ha remitido una nota a los medios de comunicación en la que apuntan a prácticas “poco transparentes” por parte de la ONG Humana, de la cual hay varios contenedores de ropa en el municipio de Santa Pola (Alicante). Lo cuenta el Periódico Santa Pola.

Tal y como apuntan en su comunicado y basándose en informaciones procedentes de los medios de comunicación “que afirman que el negocio de Humana proviene de materia prima gratis, nuestra ropa usada, y de beneficios astronómicos”, aseveran que, desde Humana, “han visto la oportunidad de disparar sus ingresos. Se trata de una multinacional con 28 tiendas en España, donde vende ropa procedente de nuestras aportaciones solidarias en sus 5.000 contenedores. Al ser una fundación, paga menos impuestos, aunque tenga una facturación millonaria”.

Toda una multinacional

Del mismo modo, quieren recalcar que “esta tienda sólo vende firmas exclusivas, y nada es a estrenar. La ropa de segunda mano es un valor en alza y lo saben en estos establecimientos, todos situados en zonas muy cotizadas. Toda la ropa que no les vale para sus propósitos, la inmensa mayoría, no es de marca y termina en la basura, con lo cual el esfuerzo de reciclaje hecho por los vecinos y vecinas de Santa Pola no vale para nada”.

Compromís afirma que forman parte de una cadena que cuenta con doce tiendas en Madrid, dos en Granada, otras dos en Sevilla y doce más en Barcelona, “que aseguran que todas sus ventas tienen un fin social”. La cadena de tiendas de ropa de contenedor tiene casi 800.000 clientes en España.

“Toda la ropa que se vende en Humana tiene la misma procedencia: los 5.000 contenedores que tienen por todo el país”, declaran, y añaden que “España es sólo una parte de la red. Desde su central de Dinamarca, se extiende a otros 35 países. En Barcelona se encuentra la mayor planta de reciclaje de la multinacional en España, pero no es la única. Tienen otras dos, con un total de más de 300 trabajadores y trabajadoras. Nadie diría que estamos en una ONG y no en una gran empresa”.

Dentro del comunicado de Compromís, se apunta a que la clave de todo el supuesto negocio es la etiqueta de “fundación”, con el objetivo de pagar menos impuestos. “La multinacional se queda el 85 % de lo que gana con la ropa que depositamos en los contenedores. Son 12 millones de euros de beneficios. A proyectos de solidaridad dedica 1,9 millones. Y ese dinero ganado está invertido en cuentas bancarias de paraísos fiscales”.

Por todo ello, Compromís per Santa Pola ha pedido que, si los contenedores de ropa usada de Santa Pola pertenecen a Humana, se retiren y reoriente la recogida de la ropa “que los santapoleros y santapoleras ceden para la solidaridad a organizaciones no gubernamentales que sean verdaderamente solidarias, de modo que toda la ropa usada que la gente del pueblo quiera entregar para su reciclaje y/o segundo uso llegue a personas que la necesitan, y no termine en la basura”.

Vinculación directa con la secta Tvind

Como informaba hace unos años El Semanal Digital, la secta Tvind nació en 1969 en Dinamarca al calor del hippismo y con la crisis de valores más creativa del siglo XX como combustible. Hoy es un imperio multinacional que tiene su rostro en España en la ONG Humana, denominada también “Fundación Pueblo para Pueblo”.

El fundador de Tvind es Mogens Amdi Petersen. Éste desapareció en 1979 por las acusaciones de control mental y persuasión coercitiva que se formularon contra él. Finalmente fue detenido en Los Ángeles en el año 2002, acusado de enriquecimiento ilícito, evasión de impuestos y desvío de fondos humanitarios a otros fines lucrativos.

Pero lo temible de esta fundación es que recaba voluntarios españoles (se han organizado diversos encuentros de captación en Madrid y Barcelona), que para poder colaborar, supuestamente, como cooperantes en África, deben pasar previamente por una forzosa e indispensable formación en Dinamarca.

Según el psicólogo José Miguel Cuevas, “ésta puede ser una trampa ideal para ejercer el control del individuo y comenzar con el adoctrinamiento, dirigiéndolos hacia una nueva pseudo-personalidad, a imagen y semejanza del grupo. Éste puede conseguirse mediante procesos tan sutiles como el cambio de horarios, de rutinas, de dietas o la restricción de medios de comunicación”.