24.04.14

Scalfari, ¿el fin de la papología?

A las 6:53 PM, por Juanjo Romero
Categorías : General

Creí que sí, pero parece que va a ser que no. No sé si recuerdas el asunto.

  • Eugenio Scalfari, periodista y confeso ateo, director del diario italiano La Reppublica entrevista al Papa Francisco el 24 de septiembre de 2013.
  • La «entrevista» se publica el 1 de octubre en el diario anticlerical el 1º de octubre de 2013 y lleva su firma.
  • La «entrevista» contiene afirmaciones y fabulaciones increíbles, que el periodista pone en boca del Papa
  • La Santa Sede publica la entrevista en su página web.
  • Los medios de comunicación de todo el mundo se hacen eco de la entrevista (como no puede ser de otro modo). Se generan reacciones de entusiasmo, de desaprobación y mediopensionistas.
  • El 11 de noviembre de 2013 la Santa Sede retira la entrevista de la página web, no era más que una recreación realizada por el «periodista» que ni siquiera la grabó. Luego ya se supieron más detalles sobre todos las deseos del ateo que quería el que el Papa hubiese dicho.

Durante un mes y pico la gente opinó sobre lo que supuestamente había dicho «el Papa al ateo»: relativismo, no es necesaria la evangelización, experiencias místicas, fabulación sobre la aceptación del papado, el papel de los laicos, de la mujer…

Podríamos establecer tres categorías de opinadores:

  • Muchos medios de comunicación y la progrez eclesiástica: entusiasmada. No era para menos: ¡qué bien lo que ha dicho!
  • Algún medio de comunicación y sectores algo excitados de católicos: escandalizados. No era para menos: ¡hala, lo que ha dicho!
  • Un grupo importante de comunicadores, blogueros, periodistas católicos intentando hacer encaje de bolillos y forzando una interpretación católica a la supuesta entrevista. No era para menos: en realidad lo que ha dicho quiere decir

Cuando a mediados de noviembre, el propio Scalfari reconoce que ‘puso en la boca de Francisco cosas que él nunca dijo’, los opinadores de las tres categorías se quedaron, como se dice castizamente, colgados de la brocha: no había o no se sabía lo que había dicho, luego nada podía opinarse.

Reconozco que la política de comunicación de la Santa Sede –a todos los niveles– no es ajena a esta confusión, se le dio el visto bueno a la «entrevista» con el sello de su publicación en la web. Sinceramente, creo que hay cosas que no se están haciendo bien, no que haya mala intención, es que no se están haciendo bien. Punto. Más que obviarse unos mínimos estándares, faltó el sentido común más elemental en todo el proceso.

Pero de todo este error inducido del «caso Scalfari» debería haberse sacado una lección: prudencia. En especial por parte de periodistas, analistas y opinadores.

Quien no quiera ejercitar la prudencia como virtud, al menos que haga caso al consejo de Marx (Groucho): «más vale parecer tonto y callarse que hablar y confirmarlo». O si se prefiere la Sagrada Escritura: «hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:[…] un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar;»

Así que cuando vuelva a entrar en ebullición la ‘papología’ y te cuenten, como en estos días, que alguien ha dicho que el Papa ha dicho, primero, reza, eso siempre es lo primero. Y luego, espera y asegúrate. Te ahorrarás sofocones; alegrías falsas, sin fundamento; juicios temerarios y sinvivires. Keep calm!,y di no a la ‘papología’.

Si de una «entrevista» publicada en la web del Vaticano podemos sacar esta experiencia, qué decir de una conversación telefónica, supuesta o no. En este sentido, la aclaración posterior de la Santa Sede (que algunos aspectos podría haber sido más explícita) dice cosas muy interesantes y muy claritas:

Ha habido numerosas llamadas telefónicas, en el marco de las relaciones personales pastorales del Papa Francisco.

Dado que no se trata en absoluto de actividades públicas del Papa no se deben esperar informaciones o comentarios por parte de la Oficina de Prensa. Lo que se ha difundido en este sentido, saliendo del ámbito propio de las relaciones personales, y su consiguiente amplificación por parte de los medios de comunicación, por lo tanto no tiene confirmación de fiabilidad y es fuente de malentendidos y confusión.

Por lo tanto hay que evitar deducir de esta circunstancia consecuencias relativas a la enseñanza de la Iglesia.

Por partes:

  • Primero, señala el ámbito, relaciones personales, que por lo tanto no tienen ninguna trascendencia en cuanto al magisterio.
  • Segundo, lo apostilla excluyéndolo de la actuación de la Oficina de Prensa. Este detalle es importante: no se va a estar comentando cualquier actividad no pública. Es lo que quisieron hacer ayer con un escueto «no comment», que al final han tenido que comentar dada la dimensión.
  • Tercero, no se va a confirmar nada de lo que se produzca en este ámbitono tiene confirmación de fiabilidad– (algún periodista concluye de esto que sí hubo llamada, pues no, no desmentir no es admitir).
  • Cuarto, abunda en la falta de sentido que tiene opinar sobre cosas no fiables: fuente de malentendidos y confusión.
  • Quinto, si en un futuro, o en este presente, algo pertenece a ese ámbito, sea cierto o no, de ahí no se deduce absolutamente nada respecto a las enseñanzas de la Iglesia.

Confío que la próxima vez haya más prudencia