Pone como ejemplo a seguir la legislación del estado

El arzobispo anglicano de Gales presume de casar a divorciados y pide bendecir uniones homosexuales

 

El miércoles pasado, en en discurso a los miembros del sínodo de la «Iglesia» de Gales, perteneciente a la Comunión anglicana, el arzobispo Barry Morgan aseguró que no había un punto de vista cristiano sobre temas tales como las relaciones entre personas del mismo sexo o la muerte asistida: «Solemos usar las Escrituras para reforzar los puntos de vista a los que ya hemos llegado de otras maneras y por otras razones».

25/04/14 9:29 AM


(Cascaraamarga/InfoCatólica) Sin embargo, ha declarado que «algunas personas han cambiado de opinión, por ejemplo, en la ordenación sacerdotal de mujeres o en las relaciones entre personas del mismo sexo cuando han experimentado el ministerio de una sacerdotisa o han descubierto que su propio hijo o hija es gay».

«La Sagrada Escritura en sí es mucho más matizada, sutil y compleja de lo que a menudo nos damos cuenta... No podemos limitarnos a citar textos bíblicos en diferentes materias y creer que eso resuelve un problema», destacó.

El Estado fue por delante

En referencia a la forma en que la Iglesia ha cambiado previamente su posición en temas como el divorcio y la celebración de un nuevo matrimonio, dijo: «El Estado permitió la posibilidad del divorcio y segundas nupcias mucho tiempo antes que nosotros como Iglesia. No sólo ahora bendecimos estas uniones, sino que casamos a los divorciados en nuestras iglesias».

Así, el prelado ha afirmado que «nuestros puntos de vista han evolucionado y cambiado sobre un tema del que Jesús se pronunció muy claramente. No tenía nada que decir sobre las relaciones entre personas del mismo sexo».

«¿Vamos, como Iglesia, a adoptar finalmente el mismo enfoque en lo que se refiere a las relaciones del mismo sexo, como lo hemos hecho con un nuevo matrimonio después de un divorcio, o es el matrimonio gay una categoría diferente al matrimonio de personas divorciadas?», preguntó a su auditorio.

El Arzobispo recordó a los miembros que la vida de las personas se vería afectada por la respuesta de su «iglesia» y advirtió del peligro de ser vistos como homofóbicos.